La inesperada movilizaci¨®n masiva de la derecha dio el triunfo a Pi?era en Chile

Nadie lo hab¨ªa visto venir, pero la clave de la aplastante victoria de Sebasti¨¢n Pi?era en Chile est¨¢, seg¨²n la mayor¨ªa de los analistas, en una inesperada movilizaci¨®n de la derecha, que super¨® su cota hist¨®rica en un pa¨ªs dominado en su etapa democr¨¢tica por el centro izquierda. Pi?era se llev¨® todo el aumento de participaci¨®n, al contrario de lo que se esperaba. El presidente electo, que no tendr¨¢ mayor¨ªa en el Congreso, lanz¨® un discurso moderado para buscar aliados y no dar alas a la confrontaci¨®n social que ya sufri¨® en 2011.

En Chile la abstenci¨®n sigue por encima del 50%, por tanto es dif¨ªcil hablar de cambios pol¨ªticos de fondo: la mitad del pa¨ªs directamente no participa en ninguna apuesta. Pero los analistas se centran en ese grupo que s¨ª se moviliza para concluir que la victoria de Pi?era implica un giro muy profundo hacia la derecha y un golpe dur¨ªsimo para el centro izquierda gobernante del que le costar¨¢ recuperarse. Adem¨¢s se queda sin liderazgo despu¨¦s del mal resultado de Alejandro Guillier, un candidato circunstancial que apareci¨® como un outsider en un momento de gran debilidad del Gobierno de Michelle Bachelet.

Pi?era logr¨® 860.000 votos nuevos, mayoritariamente de una movilizaci¨®n imprevista de la derecha, que fue a votar al entender que pod¨ªa ganar la izquierda. Pero algunos expertos creen que al menos un 25% de las personas que votaron en la primera vuelta por la izquierdista Beatriz S¨¢nchez apoyaron al expresidente derechista en la segunda, lo que mostrar¨ªa algo que muchos analistas han detectado, esto es que hay un electorado nuevo, sobre todo joven, poco politizado y que vota m¨¢s por simpat¨ªa, de forma muy vol¨¢til.

"Por un lado se moviliz¨® la derecha que rechazaba las reformas de Bachelet, y que en primera vuelta no vot¨® tanto porque pensaban que Pi?era ten¨ªa la elecci¨®n ganada. Pero por otro hay un voto menos ideol¨®gico que refleja mejor a esta sociedad m¨¢s liberal, de consumo, menos consistente, lo que se ha llamado hijos de la modernizaci¨®n capitalista, que ven atractiva a Beatriz S¨¢nchez pero votan despu¨¦s a Pi?era. ?l supo moverse hacia el centro en el final de la campa?a, mientras Guillier se mov¨ªa a la izquierda con Pepe Mujica", sentencia el soci¨®logo y analista pol¨ªtico Max Colodro.

Harald Beyer, director del Centro de Estudios P¨²blicos (CEP) y exministro de Educaci¨®n de Pi?era, cree que el resultado demuestra que el malestar con las reformas de Bachelet que detectaban las encuestas era real, aunque en la primera vuelta el centro izquierda se ilusion¨® con una victoria. "Las encuestas detectaban una baja aprobaci¨®n al Gobierno, especialmente en sectores medios. En este contexto las posibilidades del candidato oficialista eran muy reducidas. Hubo una mala lectura de la primera vuelta, con la idea de que un 55% reflejaba un apoyo al centroizquierda. Sin embargo, una parte relevante era un voto de castigo al Gobierno. Era dif¨ªcil, por tanto, que ese voto fuese traspasado a Guillier", asegura.

Pi?era, que lanz¨® en la noche electoral un discurso muy moderado, que hablaba de proteger a los m¨¢s d¨¦biles, de apoyar a los pueblos originarios, de no dar una marcha atr¨¢s radical a las pol¨¦micas reformas progresistas puestas en marcha por Michelle Bachelet, tiene ahora un enorme capital pol¨ªtico y buscar¨¢ una mayor¨ªa parlamentaria que no tiene con alianzas con diputados y senadores de centro izquierda. Logr¨® por tanto una gran movilizaci¨®n de la derecha, pero no es previsible que haga un giro radical. Ni tiene espacio pol¨ªtico para hacerlo ni es su estilo. Sobre todo porque teme que le pase como en 2011, cuando las protestas estudiantiles, germen del Frente Amplio, dominaron su mandato y dieron la vuelta al mundo.

"Hay una derrota moral, ideol¨®gica muy importante al centro izquierda", resume Colodro, "pero la columna vertebral del desacuerdo profundo en Chile no se resuelve en estas elecciones. La sociedad est¨¢ cruzada por un profundo desacuerdo del modelo de desarrollo. No hay consensos m¨ªnimos. Esta tensi¨®n se acabar¨¢ reactivando tarde o temprano", sentencia. Pi?era logr¨® un resultado espectacular y tendr¨¢ ahora mucha fuerza, pero la oposici¨®n al llamado milagro chileno y sus injusticias est¨¢ esperando para reorganizarse.