Las llegadas de migrantes en Europa se moderan un 60% en 2017
Espa?a alcanza el r¨¦cord de la serie con 22.900 migrantes llegados a las costas
La presi¨®n migratoria en Europa se atempera. El n¨²mero de personas que entraron irregularmente en la Uni¨®n Europea descendi¨® un 60% en 2017, hasta sumar 204.300. Los datos, divulgados este viernes por Frontex, la agencia europea de fronteras, suponen una vuelta a niveles desconocidos desde 2013, cuando las llegadas comenzaron a crecer con fuerza y alcanzaron su m¨¢xima expresi¨®n en 2015. La moderaci¨®n general contrasta con el empeoramiento de las llegadas por mar a Espa?a, que registr¨® el pasado ejercicio las cifras m¨¢s elevadas de toda la serie.
La UE ha dejado atr¨¢s la crisis migratoria que supuso la entrada de aproximadamente 1,5 millones de personas entre 2015 y 2016, en buena medida refugiados que hu¨ªan de la guerra siria y de otros conflictos de Oriente Pr¨®ximo. Tras la ca¨ªda en picado del 72% que se produjo ya el a?o pasado, 2017 ha vuelto a marcar un brusco descenso interanual. El mantenimiento ¨Ccon matices- del pacto migratorio con Turqu¨ªa, que frena las llegadas a trav¨¦s de las islas griegas, y los recientes acuerdos con las autoridades libias para evitar que los migrantes se embarquen hacia Italia han dado un nuevo giro a las cifras.
Para Espa?a, la tendencia es la opuesta. En pleno apogeo de entradas irregulares, principalmente mar¨ªtimas, los flujos se mantuvieron bajo control. Pero cuando las dos principales rutas de acceso a la UE se han moderado, las costas espa?olas han experimentado un mayor n¨²mero de desembarcos. Aunque los niveles quedan muy lejos de los registrados en las otras rutas -119.000 personas por Italia; 41.700 por Grecia-, un total de 22.900 personas arribaron a Espa?a durante el a?o pasado. La cifra supone un r¨¦cord desde que Frontex recoge resultados homog¨¦neos (2009) y duplica con creces las de 2016.
Las diferentes rutas no act¨²an, en general, como vasos comunicantes. Mientras que el grueso de los desembarcados en Italia son nigerianos y los de Grecia proceden de Siria o Irak, el 40% de quienes recalan en Espa?a provienen de Argelia o Marruecos. La agencia comunitaria que vela por el control de fronteras atribuye el repunte espa?ol a los disturbios que se registraron en la regi¨®n marroqu¨ª del Rif, que ¡°crearon oportunidades para que se produjeran mayores salidas desde la costa occidental en la segunda parte del a?o¡±. Eso se debi¨® a que Marruecos dedic¨® m¨¢s personal policial a sofocar esas revueltas y desatendi¨®, seg¨²n esa interpretaci¨®n, la vigilancia de la frontera con Espa?a. Tambi¨¦n influy¨® ¡°el uso creciente de barcos de gran capacidad que pueden transportar un gran n¨²mero de migrantes¡±.
Frente a las se?ales de alarma que emiti¨® Italia cuando sufr¨ªa la mayor presi¨®n migratoria, Espa?a ha permanecido bastante silente en el ¨¢mbito europeo ante el brusco incremento de sus cifras. El Gobierno prefiere intensificar los contactos bilaterales con los pa¨ªses de origen de esos migrantes antes que pedir dinero a Bruselas o europeizar el problema. Algo similar acab¨® haciendo Italia, que ha firmado varios acuerdos ¨Cen general poco transparentes- con diferentes representantes libios para reducir las llegadas a sus costas. Las tensiones pol¨ªticas vividas en lo m¨¢s crudo de la crisis convencieron a los dirigentes europeos de aplicar una pol¨ªtica de contenci¨®n de los flujos m¨¢s que de acogida, principalmente a medida que disminu¨ªa el n¨²mero de demandantes de asilo arribados a Europa y aumentaba el de migrantes que no huyen necesariamente de una guerra.
La magnitud del fen¨®meno en Libia, pese a todo, ampli¨® la implicaci¨®n europea. La UE ha promovido programas, en colaboraci¨®n con la ONU, para poder acceder a los centros de refugiados en Libia ¨Cmuchos de ellos con condiciones inhumanas- y propiciar el regreso de esos migrantes africanos a sus pa¨ªses de origen. Tambi¨¦n colabora con los guardacostas libios para que eviten las salidas al Mediterr¨¢neo. A finales de a?o, el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, adquiri¨® mayor protagonismo en la contenci¨®n de estos flujos y forj¨® un plan de actuaci¨®n con la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente espa?ol, Mariano Rajoy, y el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, adem¨¢s de la ONU y la Uni¨®n Africana.
Esas actuaciones ¨Cm¨¢s o menos bajo cuerda- con Libia explican en buena medida la moderaci¨®n de las cifras de 2017. Queda por ver si se trata de una tendencia duradera o si la inestabilidad en el pa¨ªs africano acabar¨¢ volviendo a impulsar las salidas.
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