Macron baraja el refer¨¦ndum ante el rechazo a su reforma constitucional
La oposici¨®n ve un intento de socavar al Parlamento en la revisi¨®n de la Constituci¨®n, prioridad en 2018
Los refer¨¦ndums, en Francia, est¨¢n asociados a una mitolog¨ªa particular, a momentos cr¨ªticos de la Rep¨²blica. Un refer¨¦ndum precipit¨® la dimisi¨®n de un presidente, el general De Gaulle en 1969, y otros llevaron a Francia al borde de la salida del proyecto europeo, como el de 1992 sobre el Tratado de Maastricht, o el de 2005 sobre la Constituci¨®n de la UE. Otros toparon con un desinter¨¦s de la ciudadan¨ªa, como el de 2000, que redujo el mandato presidencial de siete a cinco a?os. El presidente Emmanuel Macron contempla un refer¨¦ndum ante la posibilidad de que la oposici¨®n torpedee su proyecto de revisi¨®n constitucional, prioridad para el primer semestre de 2018.
Ni revisar la Constituci¨®n ni organizar un refer¨¦ndum es inusual en la Francia contempor¨¢nea. Desde que De Gaulle fund¨® la V Rep¨²blica en 1958 y se adopt¨® la actual Constituci¨®n, esta se ha enmendado 24 veces y se han organizado nueve refer¨¦ndums. La ¨²ltima revisi¨®n constitucional data de 2008, cuando el presidente era Nicolas Sarkozy. Esta revisi¨®n reforz¨® los poderes del Parlamento, limit¨® a dos los mandatos consecutivos del presidente y cre¨® la instituci¨®n del defensor del pueblo. El ¨²ltimo refer¨¦ndum fue el de 2005, en el que la victoria del no al tratado constitucional europeo dej¨® tocado de muerte el texto y evidenci¨® el profundo arraigo del euroescepticismo en Francia.
La revisi¨®n que propone Macron, esbozada en julio en su discurso ante la Asamblea nacional y el Senado reunidos en sesi¨®n conjunta en Versalles, prev¨¦ reducir el n¨²mero de diputados y senadores y limitar sus mandatos, posiblemente a tres seguidos. Otro punto central es la introducci¨®n de ¡°dosis de proporcionalidad¡± en el sistema electoral. Ahora se rige por un sistema mayoritario a dos vueltas que sobredimensiona la representaci¨®n parlamentaria de los vencedores y anula la de los derrotados. El ejemplo m¨¢s claro es el del Frente Nacional, el segundo partido m¨¢s votado en las presidenciales de mayo pero residual en la Asamblea Nacional.
La reforma constitucional tambi¨¦n eliminar¨ªa el Tribunal de Justicia de la Rep¨²blica, una jurisdicci¨®n especial para juzgar a miembros del gobierno por cr¨ªmenes y delitos cometidos durante sus funciones, y compuesta en parte de parlamentarios. No son los ¨²nicos cambios. La ventaja del procedimiento es que puede aprovecharse para incluir otras reformas que exigen tocar la Constituci¨®n, como es el caso del estatus de C¨®rcega.
El principal foco de resistencia es el Senado, donde Los Republicanos ¡ªel partido de la derecha tradicional en Francia¡ª son mayor¨ªa. Una reforma constitucional requiere su aprobaci¨®n, como la de la Asamblea Nacional, donde La Rep¨²blica en Marcha ¡ªel partido de Macron¡ª es mayoritario. En un informe presentado el 24 de enero, un grupo de trabajo del Senado present¨® las ¡°l¨ªneas rojas¡± de esta instituci¨®n en las negociaciones.
¡°Las l¨ªneas rojas tocan puntos que pueden afectar a libertades fundamentales ligadas a principios de la democracia¡±, dice el senador Fran?ois Pillet, autor del informe. La no acumulaci¨®n de mandatos de los parlamentarios, por ejemplo, contradice, en su opini¨®n, el derecho a presentarse a unas elecciones consagrado por la Declaraci¨®n de los derechos humanos y el ciudadano. Pillet tambi¨¦n cuestiona que pueda mejorarse la democracia reduciendo el n¨²mero de cargos electos. Y teme que con la reforma algunos territorios queden infrarrepresentados, o sin representaci¨®n.
¡°Es un retroceso respecto a los avances de la reforma constitucional de 2008 que ampli¨® los poderes del Parlamento¡±, dice Pillet. ¡°Es una reforma que llevar¨ªa a un refuerzo del Ejecutivo y del poder presidencial, que en nuestro pa¨ªs ya es muy importante¡±.
La negociaci¨®n no ha empezado y todo puede ocurrir. Pero Macron ya ha ense?ado su carta en el caso de que el Senado bloquee la reforma. Se trata del refer¨¦ndum. En Versalles, Macron dijo que las reformas institucionales se someter¨ªan al voto de los parlamentarios. ¡°Pero si es necesario¡±, a?adi¨®, ¡°recurrir¨¦ al voto de nuestros conciudadanos por la v¨ªa de refer¨¦ndum¡±.
Macron podr¨ªa apoyarse en el art¨ªculo 89 de la Constituci¨®n, que regula su revisi¨®n y estipula que, una vez que la Asamblea nacional y el Senado han adoptado la reforma constitucional, la pueden ratificar los franceses por refer¨¦ndum, o el Congreso?¡ªla Asamblea y el Senado en sesi¨®n conjunta¡ª con tres quintas partes de los votos. En la V Rep¨²blica s¨®lo una vez, en la revisi¨®n de 2000, se ha optado por el refer¨¦ndum para ratificar un cambio constitucional. Fue el de 2000, sobre la abreviaci¨®n a cinco a?os del mandato presidencial.
Los otros ocho refer¨¦ndums se hicieron sobre la base del art¨ªculo 11 de la Constituci¨®n. Este art¨ªculo permite al presidente convocar un refer¨¦ndum sobre un proyecto de ley que afecte la organizaci¨®n de los poderes p¨²blicos. El presidente De Gaulle lo us¨® para esquivar al Parlamento en la reforma constitucional de 1962, que estableci¨® el sufragio universal para la elecci¨®n del presidente, y en la de 1969, que le llev¨® a dimitir tras perder el refer¨¦ndum. La legalidad de esta v¨ªa es dudosa.
¡°No es posible hacer un refer¨¦ndum por el art¨ªculo 11 en materia constitucional¡±, dice en una entrevista telef¨®nica el constitucionalista y profesor en la Universidad de Lille 2?Jean-Philippe Derosier. ¡°Ya existe una manera de revisar la Constituci¨®n con un refer¨¦ndum, pero es por una v¨ªa especial, la del art¨ªculo 89, que obliga a pasar antes por el Parlamento¡±. Es decir, el art¨ªculo 11 no se aplica a la revisi¨®n constitucional, y no puede usarse para este fin.
Si hoy Macron imitase a De Gaulle y convocase directamente un refer¨¦ndum para cambiar la Constituci¨®n, el Consejo Constitucional podr¨ªa, seg¨²n Derosier, anular el decreto de convocatoria de refer¨¦ndum por violar el art¨ªculo 11, que no cubre la posibilidad de una reforma constitucional. Otra opci¨®n consistir¨ªa en hacer una parte las reformas mediante leyes, sin cambiar la Constituci¨®n, lo que s¨ª permitir¨ªa usar el art¨ªculo 11 y convocar un refer¨¦ndum eludiendo el bloqueo del Senado.
El debate es t¨¦cnico s¨®lo en apariencia. Revela una pugna entre el ejecutivo y el legislativo en un sistema que, como apunta el senador Pillet, ya otorga amplias prerrogativas al presidente. La revisi¨®n constitucional de 2018 decidir¨¢ tambi¨¦n, entre otras cosas, si Macron ¡ªun presidente que no ha escondido su voluntad de reafirmar la autoridad de la instituci¨®n y su car¨¢cter semimon¨¢rquico¡ª reafirma sus poderes o los ve limitados.
El Gobierno anuncia una reforma del funcionariado ¡°sin t¨®tem ni tab¨²¡±
¡°Reflexionar, sin t¨®tem ni tab¨², sobre la transformaci¨®n de la acci¨®n p¨²blica¡±. As¨ª anunci¨® la semana pasada el primer ministro franc¨¦s, ?douard Philippe, una nueva reforma que toca, esta vez, a una de las se?as de identidad de la Rep¨²blica: la llamada funci¨®n p¨²blica. Es decir, los funcionarios.
La reforma, a la espera de los meses de di¨¢logo con los sindicatos, se encuentra en una fase preliminar. Prev¨¦ medidas ¡ªalgunas ensayadas durante la presidencia de Nicolas Sarkozy, entre 2007 y 2012¡ª como la remuneraci¨®n seg¨²n el m¨¦rito, un mayor recursos a personal externo con contratados temporales y un plan de bajas incentivadas. Responde a la idea del presidente Emmanuel Macron seg¨²n la cual, para preservar su modelo social, Francia debe liberalizarse e introducir una mayor flexibilidad en su sistema.
La primera reacci¨®n de los sindicatos ha sido hostil. En un comunicado, el sindicato CGT ech¨® en cara a Philippe los "elementos inspirados en leyes liberales del mercado y contrarias a la misi¨®n p¨²blica y al inter¨¦s general. "Nos sentimos un poco desconcertados", dijo Myl¨¨ne Jacquot, del sindicato CFDT, al diario Ouest-France. "Se habla de la funci¨®n p¨²blica como de algo completamente sin rostro, cuando se trata de cinco millones de personas".
Durante la campa?a que le llev¨® a la victoria en mayo, Macron ya prometi¨® reducir en 120.000 el n¨²mero de funcionarios de ahora a 2022, cuando termine el primer mandato de cinco a?os. Su rival conservador, Fran?ois Fillon, propon¨ªa una reducci¨®n de 500.000. En Francia hay hoy 5,65 millones de funcionarios, entre funcionarios del estado, funcionarios territoriales y empleados hospitalarios: los trabajadores de empresas p¨²blicas como correos, los ferrocarriles o EDF (Electricidad de Francia) no est¨¢n incluidos. La cifra de 5,65 millones sit¨²a a este pa¨ªs entre los que tiene una tasa mayor de empleados p¨²blicos, aunque en dimensiones no est¨¢ excesivamente alejado de otros pa¨ªses desarrollados como Reino Unido o Canad¨¢. Francia tiene 88,5 funcionarios por mil habitantes; Reino Unidos, 79,4; Canad¨¢, 100,4. El gasto p¨²blico en Francia se eleva a cerca del 56% del PIB. El objetivo de Macron es reducirlo en un 3%.
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