Schulz renuncia a ser ministro de Exteriores con la Gran Coalici¨®n alemana
Schulz hab¨ªa dicho en campa?a que no asumir¨ªa un puesto en un Gobierno liderado por Merkel; su predecesor, Sigmar Gabriel, le acus¨® de "falta de respeto"
Martin Schulz lleva 72 horas subido a una monta?a rusa que ha acabado por impactar. El todav¨ªa l¨ªder del partido socialdem¨®crata (SPD) alem¨¢n ha anunciado que tira la toalla y que no ser¨¢ el pr¨®ximo ministro de Exteriores alem¨¢n. El hombre, que hace menos de un a?o se convert¨ªa en la esperanza blanca del SPD, ha ca¨ªdo en irremediable desgracia dentro de su propio partido. El culebr¨®n pol¨ªtico que desgarra al SPD y al que asiste en directo Alemania echa m¨¢s le?a al fuego de un acuerdo de gran coalici¨®n que no acaba de cuajar y que todav¨ªa debe ser refrendado por las bases del SPD.
Desde que anunciara el mi¨¦rcoles que aspiraba a ser el nuevo ministro de Exteriores, el ruido de sus detractores ha ido in crescendo, hasta convertirse en un estruendo que ha terminado por derribarle. ¡°Aqu¨ª declaro mi renuncia a formar parte del Gobierno y espero poner as¨ª fin al debate interno sobre candidatos en el SPD¡±, zanj¨® Schulz en un comunicado.
El pol¨ªtico socialdem¨®crata prometi¨® tras las elecciones de septiembre que no aceptar¨ªa formar parte de un Gobierno de Angela Merkel. Cuatro meses despu¨¦s, el pasado mi¨¦rcoles, anunciaba flamante antes las c¨¢maras que dejaba la presidencia del SPD, marcado por una derrota hist¨®rica del partido (20,5% en las elecciones de septiembre), para ser el pr¨®ximo jefe de la diplomacia alemana en el cuarto mandato de Merkel. Lo hac¨ªa adem¨¢s traicionando a su antes amigo y hasta ahora titular de Exteriores, Sigmar Gabriel.
Schulz se ha convertido en cuesti¨®n de horas en un grave problema de credibilidad para un partido que en diez d¨ªas someter¨¢ su proyecto de gran coalici¨®n con el bloque conservador de Merkel a refer¨¦ndum y que en las ¨²ltimas horas transpiraba indignaci¨®n ante la decisi¨®n de su l¨ªder de ser ministro. Sacrificar la cabeza de un pol¨ªtico acusado de anteponer sus intereses personales a los de su partido, se convirti¨® de repente en una decisi¨®n cargada de l¨®gica pol¨ªtica. ¡°Los debates en torno a mi persona amenazan el ¨¦xito de la votaci¨®n. Presento pues mi renuncia a entrar en el Gobierno¡±, a?ad¨ªa Schulz en el comunicado el viernes.
Pero adem¨¢s, resulta que el perjudicado por las maniobras de Schulz era Gabriel, uno de los pol¨ªticos m¨¢s populares de Alemania y hasta hace poco su amigo. Gabriel le hab¨ªa cedido el a?o pasado el puesto de candidato a la canciller¨ªa al considerar que Schulz ten¨ªa m¨¢s posibilidades de triunfar.
El todav¨ªa ministro de Exteriores no ha ocultado su decepci¨®n, despu¨¦s de enterarse de que su antiguo camarada estaba dispuesto a arrebatarle la cartera sin mayores miramientos. ¡°Lamento que el evidente aprecio del p¨²blico no signifique nada para los l¨ªderes del partido¡±, dijo a grupo de medios Funke, ante los que se quej¨® de "falta de respeto". Y explic¨® que su hija estaba sin embargo contenta. ¡°No est¨¦s triste, pap¨¢, ahora tienes m¨¢s tiempo para nosotros y eso es mejor que pasar tiempo con el hombre con pelos en la cara¡±, relat¨® el propio Gabriel, refiri¨¦ndose a la barba de Schulz.
Era evidente que Schulz, un pol¨ªtico que encandil¨® a su partido con su nombramiento el a?o pasado, pero que fue perdiendo lustre a medida que encadenaba derrotas electorales hasta casi tocar fondo, no pod¨ªa competir con la popularidad de Gabriel.
El mi¨¦rcoles por la ma?ana, tras trece d¨ªas de intensas negociaciones, Merkel y Schulz comparec¨ªan para anunciar que hab¨ªan llegado a un acuerdo para formar una gran coalici¨®n. El SPD emerg¨ªa como el partido victorioso, de unas negociaciones en las que se dej¨® la piel y en las que, pese a ser el socio minoritario, logr¨® obtener las principales carteras de la futura gran coalici¨®n III. En especial, el ministerio de Finanzas, la joya de la corona del Gobierno alem¨¢n. Schulz hab¨ªa triunfado. Con ese resultado, las bases m¨¢s esc¨¦pticas comprender¨ªan que la socialdemocracia iba a tener un papel protagonista en el Gobierno de la canciller y que desde el poder iban a poder ejecutar las pol¨ªticas de izquierdas que defienden. La alegr¨ªa dur¨® poco y lo que hab¨ªa subido por la ma?ana, baj¨® a una velocidad de v¨¦rtigo a media tarde. Schulz comparec¨ªa junto a la jefa del grupo parlamentario del SPD, Andrea Nahles, para explicar que dejar¨ªa la presidencia del SPD para pasar a ser ministro de Exteriores.
La elecci¨®n ten¨ªa cierta l¨®gica. Schulz ha sido presidente del Parlamento Europeo y ha logrado situar a las reformas de la UE en el centro del programa del pr¨®ximo Gobierno. Pero la pol¨ªtica interna no obedece a razones de peso. En seguida prendi¨® la mecha y la estupefacci¨®n dio paso a la indignaci¨®n tambi¨¦n en el partido. Luego vinieron las declaraciones de Gabriel y los intensos rumores de que hab¨ªa perdido la confianza de los barones del partido. A media tarde, Schulz anunciaba su renuncia.
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