Villa Inflamable, la vida t¨®xica a cinco kil¨®metros de Buenos Aires
La Corte Suprema argentina declar¨® en 2008 inhabitable esta zona rodeada de empresas qu¨ªmicas, pero 1.800 familias siguen all¨ª y no encuentran alternativa
En Villa Inflamable la contaminaci¨®n no solo se huele y se respira. Tambi¨¦n se ve y se toca. A los pocos minutos de estar en esta zona declarada inhabitable por la Corte Suprema argentina en 2008, la ropa empieza ponerse negra. Son los restos de un enorme polo petroqu¨ªmico que est¨¢ a pocos metros, el de Dock Sud, con 40 empresas con enormes chimeneas que echan al aire los residuos durante las 24 horas. Pocos minutos despu¨¦s caen en forma de ceniza t¨®xica sobre estas casas precarias de chapa, madera y un poco de ladrillo donde viven 1.800 familias rodeadas de empresas qu¨ªmicas y toneladas de basura.
Estamos en la zona cero de la cuenca del Riachuelo, la m¨¢s contaminada de Argentina. Un lugar habitado pero oficialmente invivible a solo diez minutos en coche desde la capital. Hace muchos a?os que les han dicho que no pueden estar all¨ª, pero se quedan porque no encuentran alternativa. "Llevo 30 a?os ac¨¢. No se va nadie. Al contrario. Viene m¨¢s gente. Crecemos", cuenta Judit, una vecina que organiza, con apoyo de la agrupaci¨®n Barrios de Pie, el comedor popular Las Hormiguitas, que da de merendar a unos 60 ni?os por d¨ªa. Lleva 30 a?os en el barrio. Aunque parezca inexplicable al recorrer sus calles de tierra desbordadas por la basura, o la laguna casi fluorescente que bordea las casas, siguen llegando vecinos que no encuentran otro lugar donde vivir. Todo es alegal aqu¨ª, as¨ª que el que encuentra un hueco, muchas veces sobre aguas f¨¦tidas que tapan con tierra, hace su casa y no tiene que pensar en los cr¨¦ditos, avales, papeles y gastos que les van expulsando de otras zonas mejores.
La vida se abre paso y algunos, como el paraguayo C¨¦sar, incluso se consideran afortunados por vivir en un espacio abierto, aunque est¨¦ encajonado entre r¨ªos contaminados, industrias pesadas y el muro de la autopista. Para ¨¦l, la contaminaci¨®n no existe. "Mira, ah¨ª est¨¢ mi huerto. Todo crece bien y r¨¢pido. Y si crece, es que no hay contaminaci¨®n", se?ala con su l¨®gica aplastante desde lo alto de su casa, que est¨¢ ampliando para su familia. Las autoridades de salud explican que las napas est¨¢n llenas de residuos qu¨ªmicos, pero a C¨¦sar no le importa.
A orillas del Riachuelo hay unas 20.000 personas que han construido sus viviendas sobre un barro contaminado, explica Daniel Men¨¦ndez, l¨ªder de Barrios de Pie, uno de los movimientos sociales m¨¢s activos en estos lugares abandonados. Los vecinos se aferran a estas organizaciones porque es lo ¨²nico que les queda, y ellos buscan fondos y presionan al Gobierno para hacer una labor de contenci¨®n que evita que la situaci¨®n estalle. "Los datos macroecon¨®micos hablan de una supuesta recuperaci¨®n en Argentina pero ac¨¢ abajo no llega. Nadie sale de las villas, que siguen creciendo. Deber¨ªan realojarlos desde 2008, cuando la Corte Suprema decidi¨® que era zona inhabitable, pero no hay viviendas para ellos". Men¨¦ndez culpa de la situaci¨®n a todos, no solo al Gobierno de Mauricio Macri. Villa Inflamable pertenece a Avellaneda, un municipio popular del sur de Buenos Aires gobernado por los peronistas.
"A los comedores viene m¨¢s gente y no s¨®lo chicos, tambi¨¦n gente mayor. Hoy aparecieron dos mujeres ancianas, una de 97 a?os, vienen tambi¨¦n familias enteras a buscar la merienda, un vaso de leche. Esta imagen no la hab¨ªamos visto desde 2001", asegura Roc¨ªo, promotora de salud de Barrios de Pie, que analiza todos los datos que acumulan con las 80.000 personas que tienen trabajando en las m¨¢s de 4.000 villas miseria que hay en todo el pa¨ªs donde viven 1,3 millones de personas. Roc¨ªo insiste en que esa recuperaci¨®n no llega abajo. "La pobreza ha bajado del 32% al 28% seg¨²n los datos oficiales, pero el problema es que subi¨® la indigencia, y este es el problema principal, por qu¨¦ este problema c¨®mo lo resolv¨¦s? El 48% de los ni?os en el conurbano de Buenos Aires est¨¢n malnutridos. Las familias construyen una dieta para saciar el hambre, no rica en nutrientes porque no hay forma de tener una dieta equilibrada con ingresos tan deteriorados", explica.
Todo es complicado en estas zonas abandonadas a pocos kil¨®metros de una gran capital rica y esplendorosa como Buenos Aires. En ocasiones los intentos de realojo han fracasado por enfrentamientos mortales. La pasi¨®n por Dock Sud y San Telmo, los dos clubes locales, divide la zona. Los de un barrio se niegan a vivir en el otro por miedo a la violencia, y los realojos fracasan. Las batallas no son solo por el f¨²tbol, sino sobre todo por el control del territorio.
"Ac¨¢ todo est¨¢ contaminado: la tierra, el aire y el agua", dice Judit. Y en el pasado incluso fue peor. "Antes, con la planta de coque, ve¨ªamos el deceso de beb¨¦s", recuerda. Las protestas lograron cerrar la esa f¨¢brica. Pero no las dem¨¢s.
Cada familia recibe un bid¨®n de agua potable de cinco litros por d¨ªa pero es insuficiente. En muchas viviendas precarias viven hacinados padres con cuatro o cinco hijos, y hay que racionar el agua para beber, cocinar y lavarse porque la que sale por el grifo es muy t¨®xica. "El bid¨®n de agua y una tarjeta alimentaria de 200 pesos (10 d¨®lares) para cada familia, esa es la ¨²nica respuesta que ha dado el Gobierno a trav¨¦s de Acumar, es una verg¨¹enza. Los pibes nuestros se mueren porque tienen plomo en la sangre", se queja Judit. Ha habido realojos, sobre todo a las familias que ten¨ªan plomo en la sangre y corr¨ªan riesgo vital, pero se pueden contar con los dedos de las manos, cuentan.
Los ni?os tienen prohibido meterse al arroyo a jugar, pero cuando llueve y sopla viento del sudeste las calles de barro se inundan, el barro f¨¦tido lo cubre todo y el ritmo diario se interrumpe. "A las casas llega agua hasta con excremento. El olor es nauseabundo porque al no haber cloacas ni nada, te imagin¨¢s", describe Judit. Los menores no pueden salir de su casa para ir al colegio y el cami¨®n del agua y las ambulancias no pueden entrar al barrio.
Entre los habitantes son comunes las enfermedades cut¨¢neas y respiratorias. "Hay mucha prevalencia de bronquiolitis y de neumon¨ªas que va deteriorando cada vez m¨¢s la salud de los pibes y compromete su crecimiento", confirma Roc¨ªo. "Hoy acaba de fallecer un ni?o que ten¨ªa leucemia cr¨®nica. Pero es todo un proceso con el que venimos luchando desde el principio, desde hace 30 a?os", contin¨²a Judit.
Para cualquiera que la visite desde fuera, Villa Inflamable es un infierno. Pero para Judit y sus vecinos es su casa de toda la vida. Y por eso quieren irse, pero no de cualquier manera. Reclaman al Gobierno un realojo en condiciones que cada d¨ªa parece m¨¢s lejano. Saben que est¨¢n sobre suelo inhabitable, pero se han dejado all¨ª todos sus escasos ahorros. El caso de Judit es el de la mayor¨ªa: "Yo llegu¨¦ porque no pod¨ªa pagar el alquiler. Trabajaba en un hotel, me quebr¨¦ la pata y no pod¨ªa pagar m¨¢s. Ac¨¢ me dieron un trozo de agua. Empec¨¦ a trabajar de peluquera a domicilio y con mucho esfuerzo y camiones de tierra, construimos todo esto. Ahora no vienen con una propuesta seria, porque todos los vecinos que estamos ac¨¢ tenemos una inversi¨®n hecha. Obvio que queremos dignidad y queremos vivir mejor, pero queremos garant¨ªas". Casi diez a?os despu¨¦s de ser declarada invivible, Villa Inflamable sigue llena de vida, y nadie se quiere ir si no es para mejorar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.