El sindicalista argentino m¨¢s poderoso reta a Macri: "No tengo miedo a ir preso, tengo suficientes pelotas"
Hugo Moyano, que corre riesgo de ir a la c¨¢rcel por malversaci¨®n, paraliza Buenos Aires y muestra su fortaleza con una gran manifestaci¨®n en contra del Gobierno
Desde hace 30 a?os, Hugo Moyano es el sindicalista m¨¢s poderoso de Argentina. Ha visto pasar a diez presidentes, incluidos los cinco que se sucedieron en las dos semanas tr¨¢gicas de 2001, con el corralito. Los pol¨ªticos de un lado y otro ca¨ªan, y ¨¦l segu¨ªa en pie al frente de Camioneros, como el estadounidense Jimmy Hoffa, su gran modelo inspirador. Pero por primera vez, a sus 74 a?os, Moyano est¨¢ d¨¦bil, y corre riesgo real de acabar en la c¨¢rcel por el presunto uso fraudulento del dinero de su enorme sindicato, con 200.000 afiliados y un conglomerado de empresas que incluye cl¨ªnicas de salud, hospitales y hoteles.
El sindicalista decidi¨® responder a la ofensiva judicial, que ¨¦l ve dirigida por el presidente, Mauricio Macri,?a la manera tradicional en Argentina: con una enorme manifestaci¨®n en la 9 de julio, la principal avenida de Buenos Aires, y un mensaje claro ante decenas de miles de fieles: "Dicen que esta marcha es para defenderme de mis causas judiciales. No estoy implicado en ning¨²n tema de corrupci¨®n, pero si fuera as¨ª, tengo las suficientes pelotas para defenderme solo. Estuve tres veces en cana, dos en la dictadura y una porque me pusieron la droga en mi despacho. No me cagu¨¦ nunca. No tengo miedo de ir preso, o que me maten. Estoy dispuesto a dar la vida por los trabajadores si es necesario. No me voy a ir del pa¨ªs, no tengo plata fuera", bram¨® como aviso mientras los suyos gritaban "Mauricio Macri la puta que te pari¨®" y "Si lo tocan a Moyano paramos el pa¨ªs".
Todo eran mensajes para Macri. Moyano dej¨® claro que no va a trabajar para destituirlo, pero s¨ª est¨¢ tratando de reagrupar a la oposici¨®n para que el presidente sea derrotado en 2019. "No somos golpistas como fueron ellos en su momento, o aliados de golpistas. No somos antidemocr¨¢ticos, pero s¨ª somos luchadores y vamos a luchar hasta que reconozcan los derechos de todos los trabajadores argentinos. Como dijo un premio Nobel mexicano, toda victoria es relativa y toda derrota es transitoria. Por eso prepar¨¦monos cuando llegue el momento de expresar la voluntad democr¨¢tica. Sepamos elegir. Los gorilas [antiperonistas] no pueden estar mas en la conducci¨®n del pa¨ªs porque nos quieren quitar la dignidad a los trabajadores". El tono fue dur¨ªsimo pero Moyano evit¨® convocar una huelga, que con el sindicalismo dividido podr¨ªa fracasar. M¨¢s bien era un aviso de lo que puede pasar si los jueces lo meten en la c¨¢rcel.
Nadie disimula en este pulso. El Gobierno presion¨® a otros sindicalistas clave para que dejen solo a Moyano. Y lo logr¨® con los m¨¢s importantes. ¡°Son unos cagones¡±, dice su hijo Pablo, que ha heredado el puesto de su padre en Camioneros. Esta vez, todos hablan claro en Argentina. Macri dice que Moyano tiene ¡°comportamientos mafiosos¡±. ?l contesta: "Si voy preso, que sea en la celda de al lado del padre de Macri" un conocido empresario ahora de 87 a?os.
Moyano exhibi¨® su poder con miles de personas que colapsaron Buenos Aires con un corte total en la gran arteria de la capital, que se llen¨® de autobuses y camiones que en sus volquetes, en vez de la carga habitual, llevaban decenas de militantes que siguieron la llamada de su l¨ªder y bajaban de los tr¨¢ilers en medio de la autopista colapsada. La 9 de julio es el escenario de las grandes ocasiones, de la celebraci¨®n de los ¨¦xitos de la selecci¨®n o del multitudinario mitin que dio paso a la victoria de Ra¨²l Alfons¨ªn y que ninguno de los presentes ha olvidado. El escenario, de forma nada casual, estaba colocado frente al ministerio de Desarrollo Social, que tiene en la fachada una enorme efigie de Eva Per¨®n inspirada en la del Che Guevara que a¨²n hoy est¨¢ en el ministerio de Industria cubano.
Fue un ¨¦xito de convocatoria, una exhibici¨®n de poder¨ªo. Pero a¨²n as¨ª, est¨¢ llena de riesgos. El sindicalista ha perdido el apoyo de algunos de sus colegas de otros gremios, y la CGT que ¨¦l dirigi¨® no respalda la marcha. Despu¨¦s de a?os de guerras internas con ¨¦l, un hombre duro que se ha hecho fuerte a costa de debilitar a otros sindicatos ¨Cen Argentina las centrales se roban unas a otras los afiliados porque el n¨²mero lo es todo y abre espacio a m¨¢s poder pol¨ªtico y econ¨®mico- sus colegas no quieren seguirle en su guerra para evitar la c¨¢rcel.
Moyano ha mostrado hasta ahora su enorme capacidad de supervivencia, pero esta vez el enemigo que tiene enfrente es Macri, un hombre que le conoce mejor que nadie ¨Cfueron aliados durante a?os cuando ¨¦l era alcalde y el camionero se enfrentaba con dureza a Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner- y que pese a los problemas econ¨®micos conserva una valoraci¨®n positiva en las encuestas que ronda el 50%, una de las mayores de Am¨¦rica Latina.
Moyano dirige un conglomerado econ¨®mico que va desde el f¨²tbol ¨Csu yerno dirige la Asociaci¨®n de F¨²tbol Argentino (AFA) y ¨¦l mismo preside Independiente, uno de los grandes- al correo ¨Ccontrola la empresa OCA, con graves problemas- pasando por la recogida de basuras, el transporte de caudales o combustible, los peajes, y en general todo lo que se mueve sobre ruedas. Pero ese universo tiene problemas serios ahora. Con el Gobierno y los jueces presionando, las cuentas del clan Moyano quedan al desnudo y se ve que ¨¦l contrat¨® casi todo lo que hace el sindicato con las empresas de su mujer, mientras los hijos de ella se hac¨ªan millonarios. El riesgo de acabar en la c¨¢rcel es real, y aunque su hijo Pablo se?alara en una entrevista en EL PA?S que ¡°ser¨ªa un orgullo ir a la c¨¢rcel con este Gobierno gorila [antiperonista]¡±, los Moyano ponen todo lo que tienen en la calle para recordarle a Macri su fortaleza.
Como mandan los c¨¢nones del peronismo, no hay enemigos irreconciliables cuando se trata de buscar el poder. As¨ª que el sindicalista se ha aliado con sus rivales kirchneristas, que marchan con ¨¦l, liderados por M¨¢ximo Kirchner, el hijo de N¨¦stor y Cristina. Tambi¨¦n se han sumado grupos de dirigentes sociales cercanos al Papa Francisco, como Juan Grabois, l¨ªder de los cartoneros. Moyano trata de unir a toda la oposici¨®n al macrismo y convertir la marcha en un lugar de protesta natural contra una situaci¨®n econ¨®mica delicada, en la que la inflaci¨®n no da tregua y las clases medias y bajas sufren las enormes subidas de precios y pelean para lograr aumentos de salarios que las compensen. Miles de personas acudieron a la marcha pues no tanto para defender a Moyano como para criticar la pol¨ªtica econ¨®mica de Macri, pero de fondo el pulso real es entre el sindicalista y el presidente de la Rep¨²blica.
Buena parte de los analistas argentinos cree que a sus 74 a?os, el pa¨ªs austral est¨¢ contemplando el final de uno de sus hombres m¨¢s poderosos, sin cuya fortaleza no se entiende la historia reciente de Argentina. Pero Macri no es el primer presidente que intenta acabar con ¨¦l. En pocos meses se ver¨¢ si la forma tradicional de resolver las cosas en Buenos Aires, esto es con miles de personas cortando calles, sigue siendo efectiva o los tiempos han cambiado y la calle ha perdido el peso que tuvo.
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