¡®Mani pulite¡¯ sindical en Argentina
Una serie de detenciones por presunta corrupci¨®n golpea como nunca antes a renombrados caudillos del gremialismo
Marcelo Balcedo, titular de un gremio de auxiliares de escuelas, ocultaba en su mansi¨®n en Punta del Este 14 autos deportivos, medio mill¨®n de d¨®lares, armas de guerra y hasta un zool¨®gico. Humberto Monteros, l¨ªder de los trabajadores de la construcci¨®n en Bah¨ªa Blanca, Buenos Aires, cay¨® con casi 300.000 d¨®lares junto a una decena de dirigentes. Otras detenciones igual de impactantes fueron las de Omar Caballo Su¨¢rez, un intocable que lleva casi 30 a?os como l¨ªder de los empleados de puertos, y Juan Pablo Pata?Medina, veterano gremialista que resisti¨® su ca¨ªda atrincherado en la sede de su sindicato en La Plata. Es posible que el listado sume nuevos nombres, pero estos son suficientes para que Argentina viva un fen¨®meno judicial in¨¦dito contra los l¨ªderes de la estructura sindical argentina, la m¨¢s poderosa de Am¨¦rica Latina.
La captura de dirigentes sindicales acusados de corrupci¨®n no tiene antecedentes hist¨®ricos en Argentina. El Gobierno asegura que no est¨¢ detr¨¢s de las causas judiciales y mucho menos de las detenciones. ¡°No tenemos una actitud persecutoria. Que actuemos en consecuencia cuando la Justicia nos pide intervenci¨®n es solamente ser responsables y seguir lo que establece la ley. No hay voluntad manifiesta de ir detr¨¢s de tal o cual, como no lo hay en la ¨®rbita pol¨ªtica o judicial¡±, dijo el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. El argumento oficial no convenci¨® a todos y puso en guardia a algunos jefes sindicales, incluso entre los considerados dialoguistas con la administraci¨®n de Mauricio Macri.
Uno de ellos, Luis Barrionuevo, del gremio de los gastron¨®micos, advirti¨® sin censura que el final anticipado es la suerte que puede esperar a cualquier presidente que ose enfrentarlos. ¡°No le pisen la cola a le¨®n¡±, amenaz¨®; y por si no hab¨ªa quedado claro, dio nombres: ¡°A los sindicatos los atacaron los militares, [Ra¨²l] Alfons¨ªn (1983-1989) y [Fernando] De la R¨²a (1999-2001) y no terminaron su mandato¡±. El Gobierno recibi¨® el mensaje. ¡°Los condicionamientos de Barrionuevo no nos impactan en lo m¨¢s m¨ªnimo¡±, respondi¨® Triaca. Pero el problema est¨¢ ah¨ª, oculto bajo las palabras.
El poder sindical es enorme en Argentina y Macri lo supo desde el primer d¨ªa. Apenas asumi¨® en diciembre de 2015 sell¨® con ellos una tregua a cambio de la cancelaci¨®n de una deuda millonaria que el Gobierno manten¨ªa con las obras sociales sindicales. Fueron 2.000 millones de d¨®lares que fueron a parar al sistema de salud que los gremios ofrecen a sus asociados, una de las bases de su popularidad. La tregua tuvo altos y bajos seg¨²n las disputas internas en la Confederaci¨®n General del Trabajo (CGT), que por falta de acuerdo est¨¢ gobernada por un triunvirato. El pulso lo marca tambi¨¦n la necesidad del Gobierno de aprobar en el Congreso una reforma laboral que reduzca ¡°el costo argentino¡±, como le gusta llamar a los empresarios lo que le sale cada trabajador registrado.
La CGT impuls¨® hasta ahora dos huelgas generales contra Macri,?muy pocas para un pa¨ªs como Argentina, en medio de la tensi¨®n que separa a los ¡°halcones¡± de las ¡°palomas¡±. La l¨ªnea roja, detr¨¢s de la cual todos parecen acordar, es la reforma laboral. Los l¨ªderes de la CGT advirtieron que si la intenci¨®n de Macri es una ley ¡°a la brasile?a¡±, no pasar¨¢. El proyecto de ley est¨¢ congelado en el Congreso por falta de apoyo del peronismo, y ser¨¢ sin duda la principal batalla legislativa de Macri en 2018.
En este escenario avanza el mani pulite y Macri sabe que gana m¨¢s de lo que pierde. ¡°El Gobierno tiene tres patas que le dan identidad: la obra p¨²blica, la lucha contra la inflaci¨®n y, la m¨¢s compleja, la lucha contra las mafias. El macrismo se muestra como un Gobierno que combate las mafias de la polic¨ªa, de la pol¨ªtica y, ahora, de los sindicatos. Como tiene que mostrar todo el tiempo que da pelea encuentra enemigos sin voto. ?Qui¨¦n va a estar en contra de combatir a los sindicalistas corruptos? Los sindicatos son una de las instituciones con peor imagen desde hace m¨¢s de 20 a?os¡±, dice Juan Germano, director de la consultora Isonomia. El marco de las detenciones no puede ser mejor. ¡°El sindicalista cae con un Lamborghini, son todas im¨¢genes muy fuertes y eso ayuda al Gobierno. Desde ese lugar se explica por qu¨¦ carga contra los sindicatos¡±, explica Germano.
Balcedo, Medina, Su¨¢rez, Montero son todos apellidos conocidos, pero est¨¢n lejos a¨²n de ser los peces gordos del sindicalismo. Al tope de la lista est¨¢ Hugo Moyano, exl¨ªder de la CGT como representante de los camioneros, un gremio poderoso que ahora lidera su hijo Pablo. Avanza una causa judicial contra Moyano por el supuesto manejo negro de dinero de su sindicato en sociedad con el club Independiente, del que ahora es presidente. En una entrevista reciente con EL PA?S, Pablo Moyano dijo que a su padre ¡°lo est¨¢n mirando con lupa desde el menemismo y si tuviera algo ya estar¨ªa en cana [en la c¨¢rcel]¡±. Para el heredero, ¡°algunos muchachos se habr¨¢n mandado algunas macanas [errores]¡±, pero no entre los Moyano.
La l¨®gica de la manzana podrida se repite en la CGT. Uno de los miembros del triunvirato, Juan Carlos Schmid, dijo a El PA?S que los detenidos ¡°son una verg¨¹enza para el movimiento¡±, pero opin¨® que ¡°por unas gotas sucias no se ensucia todo el oc¨¦ano¡±. ¡°Hay miles de secretarios generales, miles de comisiones internas, de delegados. El ejemplo de cuatro o cinco no es todo el universo sindical¡±, dijo. La avanzada oficial es judicial, pero sus consecuencias son pol¨ªticas. Adem¨¢s de la ley de reforma laboral, el gobierno tiene por delante la discusi¨®n anual por las subidas de salarios, en un pa¨ªs que cerr¨® 2017 con casi 25% de inflaci¨®n y espera bajarla a 15% en 2018. La gran pregunta es hasta donde tendr¨¢ espacio Macri para pisar la cola del le¨®n.
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