La maldici¨®n de Matteo Renzi
El ex primer ministro y candidato del PD pas¨® de ser un cicl¨®n de la pol¨ªtica europea a un l¨ªder con quien nadie quiere aparecer hoy en la fotograf¨ªa de campa?a
Los l¨ªderes como Matteo Renzi (Florencia, 1975) no piden favores. Pero a finales de febrero de 2016 tuvo que ir al Palacio Madama a buscar el apoyo de los senadores para aprobar las reformas que ten¨ªa entre manos. Detestaba esa c¨¢mara, sus privilegios, su hist¨®rica capacidad de bloqueo. Era incapaz de disimular su desprecio a una vieja clase dirigente a la que hab¨ªa comenzado a ¡°desguazar¡±, seg¨²n sus propias palabras. Era joven, r¨¢pido y ten¨ªa siempre la ¨²ltima palabra. Estaba tan seguro de s¨ª mismo que aquella tarde, mientas requer¨ªa su apoyo, anunci¨® que ser¨ªa el ¨²ltimo primer ministro en hacerlo. Sus reformas se aprobar¨ªan, ganar¨ªa el refer¨¦ndum y las funciones del Senado y de las personas que estaban ah¨ª sentadas quedar¨ªan laminadas. De modo que les ped¨ªa un favor, de acuerdo. Pero al mismo tiempo les amenazaba. Hac¨ªa meses, sin embargo, que Renzi hab¨ªa dejado de interpretar correctamente la m¨²sica que sonaba. Cuando lleg¨® el oto?o tuvo que dimitir.
Los pol¨ªticos nunca mueren en Italia. Pierden, fracasan, y esperan una nueva oportunidad. Giulio Andreotti ¨Csiete veces primer ministro- Berlusconi ¨Ctres veces y en busca ahora una cuarta encubierta-, D¡¯Alema ¨Cuna y siempre enredando-, o Veltroni, en la pole por lo que pudiera suceder el domingo. As¨ª que no es extra?o que Matteo Renzi haya vuelto tras anunciar que dejaba la pol¨ªtica tras la derrota del refer¨¦ndum del 4 de diciembre de 2016. Lo raro es la velocidad con la que subi¨®, reform¨® y se precipit¨® contra el asfalto. M¨¢s ins¨®lito todav¨ªa es ver a aquel cicl¨®n de la pol¨ªtica luciendo el cartel de perdedor y arrinconado en esta campa?a por el resto de contrincantes.
El entorno de Renzi, por primera vez, ha tenido que salir al rescate. La figura de Paolo Gentiloni ¨Cque se daba por amortizada- o de los ministros Marco Minniti y Carlo Calenda han crecido en unos comicios que solo un pacto de gran coalici¨®n con Silvio Berlusconi ¨Cque el propio ex Cavaliere busca- salvar¨ªan. El objetivo es mantener al PD por encima del 20% de votos (Pierluigi Bersani obtuvo un 25,4% en las ¨²ltimas elecciones). Si no, ha vuelto a decir a sus allegados, se marchar¨¢.
Si no tienes una ruta de navegaci¨®n clara ni un barco, terminas haciendo surf. Y tu ciclo pol¨ªtico termina siendo brev¨ªsimo", explica un alto cargo del partido
Alrededor del florentino, como se?ala el escritor Alessandro Baricco, siempre sucede todo a una velocidad de v¨¦rtigo. Fue el primer ministro m¨¢s joven de la historia de Italia, el que m¨¢s r¨¢pido quiso reformarla, quien alcanz¨® el mejor resultado en unas elecciones desde la Democracia Cristiana (40,8% de los votos). El exalcalde de Florencia, con una capacidad de improvisaci¨®n desbordante, fue un avanzado leyendo el clima de descomposici¨®n pol¨ªtica, los aires de cambio que corr¨ªan. Pero su arrogancia, se?alan colaboradores cercanos, la falta de un sistema meritocr¨¢tico claro a su alrededor ¨Cse rode¨® solo de su c¨ªrculo florentino m¨¢s leal- y el terrible descuido de no haber comenzado las reformas por su propio partido corroy¨® su liderazgo. Cuando se dio cuenta, un 60% del pa¨ªs no pod¨ªa ni verle. Su gobierno dur¨® 1.000 d¨ªas que le supieron a poco.
Renzi solo hab¨ªa gobernado un ayuntamiento. Era una fuera de serie, pero ¡°algo provinciano al principio¡±, recuerda uno de sus principales promotores. Viaj¨®, sali¨® de Florencia, comprendi¨® a toda la velocidad las reglas. ¡°Aprend¨ªa muy r¨¢pido, robaba ideas de aqu¨ª y de all¨¢. Ten¨ªa talento, velocidad, valent¨ªa y sab¨ªa arriesgar. Hoy el voto est¨¢ menos encuadrado, desorganizado; no corresponde a una asignaci¨®n ideol¨®gica tan clara y es m¨¢s emotivo. Renzi lo entendi¨® primero¡±. Ten¨ªa solo 39 a?os, pero fue capaz de encerrar a Berlusconi ¨Cque cay¨® rendido- en una habitaci¨®n y darle a probar de su propia medicina (El pacto del Nazareno). Tritur¨® al entonces primer ministro, Enrico Letta, y cabalg¨® la tormenta para formar un gobierno y cargarse a los viejos barones. ¡°Pero si haces una sustituci¨®n radical del grupo dirigente, debes tener a uno como m¨ªnimo igual de bueno que el anterior. Si no es as¨ª, y das el poder a un peque?o grupo de personas... Si no tienes una ruta de navegaci¨®n clara ni un barco, terminas haciendo surf. Y tu ciclo pol¨ªtico termina siendo brev¨ªsimo¡±.
Sucedi¨® exactamente eso. Renzi transfiri¨® el Palazzo Vecchio de Florencia al interior del Palazzo Chigi de Roma, creando el famoso Giglio Magico, un entorno de j¨®venes pol¨ªticos florentinos ¨CMaria Elena Boschi, Luca Lotti, Matteo Orfini¡.- en cuya elecci¨®n prim¨® la fidelidad al talento. El periodista toscano David Alegranti, autor de dos excelentes libros sobre el ex primer ministro, fue uno de los inventores del t¨¦rmino. ¡°El m¨¦rito fue una de sus consignas pol¨ªticas, pero luego acab¨® primando la lealtad por encima de todo. Pero Renzi ha acumulado golpes que no eran suyos. Todos los definen ahora como un monstruo, nadie quiere salir en la foto con ¨¦l. Pero al principio quien recib¨ªa su bendici¨®n era un hombre feliz¡±, se?ala Alegranti.
Era una operaci¨®n complicada, deb¨ªa romper el esquema para abrir el campo. Pero, finalmente, ha pasado de Macron de Micron¡±, se?ala el diputado Pippo Civati
Corr¨ªan buenos tiempos. Berlusconi estaba tocado de muerte, Movimiento 5 Estrellas no ten¨ªa credibilidad y media Europa buscaba salir en la foto con el tipo que nunca llevaba corbata. Pero ¨¦l quer¨ªa m¨¢s. Tras alcanzar un ¨¦xito hist¨®rico en las elecciones europeas de 2014 con un 41% de los votos, la tentaci¨®n de volver al partido naci¨®n y reconquistar un espacio que nadie hab¨ªa abarcado desde la desaparici¨®n de la Democracia Cristiana en Italia era enorme. Deb¨ªa pescar en el electorado de Berlusconi y simplificar el mensaje. Puede que demasiado para un pa¨ªs acostumbrado a hacer equilibrios sobre un eje: durante la Guerra Fr¨ªa entre este y oeste, y actualmente entre norte y sur. Dud¨® entre formar un partido nuevo o convertir el PD en uno a su imagen y semejanza. Como los malos porteros, se qued¨® a media salida.
El diputado Pippo Civati, compa?ero de viaje en aquella ¨¦poca, y candidato ahora de Liberi e Uguali, el nuevo partido de izquierdas que le disputar¨¢ a Renzi cientos de miles de votos, vivi¨® aquel proceso que provoc¨® la escisi¨®n de la izquierda y en el que hoy sigue embarcado. ¡°Hizo un c¨¢lculo pol¨ªtico equivocado. Quer¨ªa tomar votos del centro y abandonar la izquierda. Busc¨® ocupar ese espacio como ha hecho Emmanuel Macron. Crey¨® que podr¨ªa robar votos de Forza Italia, pero no lo consigui¨®. Era una operaci¨®n complicada, deb¨ªa romper el esquema para abrir el campo. Pero, finalmente, ha pasado de Macron a Micron¡±. El domingo, todos sus rivales, menos uno, esperan celebrar su entierro.
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