Italia no sufre atentados (y en parte se debe a la lucha antimafia)
La experiencia contra los clanes ha desarollado la capacidad policial. Las organizaciones isl¨¢micas temen ahora que el discurso islam¨®fobo de la derecha conceda terreno a la radicalizaci¨®n
Bilal Daaou ten¨ªa 22 a?os cuando llamaron a su puerta los del Partido Dem¨®crata (PD) de Matteo Renzi. Quer¨ªan que el joven italiano de padres argelinos fuera en la lista a las municipales de 2017 por Sesto San Giovanni (Mil¨¢n). Sus amigos le hab¨ªan dicho varias veces que ¡°la pol¨ªtica no cambia las cosas¡±, pero ¨¦l decidi¨® aceptar. Discurso vivo, formado en la prestigiosa Polit¨¦cnica de Mil¨¢n; una sonrisa encantadora, un rostro adolescente, pulido con reflexiones bien maduradas. Se dio de bruces con la realidad. ¡°Present¨¦ tres ideas¡±, cuenta Daaou en un caf¨¦ de la capital lombarda. ¡°Los j¨®venes, la innovaci¨®n y la internacionalizaci¨®n de la ciudad¡±. Pero acab¨® siendo ¡°el candidato de los musulmanes¡±. El diario Il Giornale, propiedad de la familia Berlusconi, apunt¨® a Daaou y dispar¨® al PD. Culp¨® al partido del ex primer ministro de presentar a un joven radical en una localidad como Sesto San Giovanni, en el mapa del terror a su pesar porque all¨ª fue abatido Anis Amri, el tunecino que atent¨® en Berl¨ªn en las navidades de 2016. A Daaou le hab¨ªan encontrado mensajes en su Facebook elogiando al kuwait¨ª Tareq al Suwaidan. Aquello ocurri¨® cuando el chico ten¨ªa 19 a?os y Al Suwaidan era m¨¢s conocido por sus ideas innovadoras en gesti¨®n de empresas ¡ªlo que Daaou estudiaba¡ª que por su pr¨¦dica radical. En Sesto San Giovanni gan¨® finalmente Roberto di Stefano, de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi.
Y de las primeras decisiones que tom¨® fue anular la construcci¨®n de una gran mezquita en la localidad. Italia cuenta tan solo con ocho mezquitas oficiales. A partir de ah¨ª, unos 700 lugares de culto informales. El islam no es una religi¨®n reconocida sobre el papel pese a ser la segunda mayor tras el catolicismo con 1,6 millones de fieles (alrededor de 120.000 en Mil¨¢n). Solo tres pa¨ªses europeos superen esta marca: Francia, Alemania y Reino Unido. Pero como deja entrever el caso de Sesto San Giovanni, el rechazo al islam tambi¨¦n es alto (el 69% de italianos tiene una opini¨®n desfavorable, seg¨²n el Pew Research Center). Con todo esto en la coctelera, Italia se apunta no obstante un tanto grand¨ªsimo: ha sorteado el actual fen¨®meno de la radicalizaci¨®n de corte islamista; ha burlado el terrorismo yihadista y es el ¨²nico de los grandes pa¨ªses europeos en no haber sufrido un atentado. Y eso que anta?o la propia Mil¨¢n fue considerada una suerte de centro log¨ªstico de Al Qaeda.
Francesco Marone estudia entre los salones del Palacio Clerici de Mil¨¢n el fen¨®meno de radicalizaci¨®n en Italia. El analista, del Instituto para los Estudios de Pol¨ªtica Internacional (ISPI, en sus siglas en italiano), reconoce que el desarrollo de la inmigraci¨®n, un caramelo para los radicales, sufre cierto ¡°retraso¡±. Es a¨²n joven y va despacio. Se organiza, dice Marone, de forma ¡°fragmentada¡± en las ciudades; no existe ese proceso de guetizaci¨®n que ha sacudido Par¨ªs o Londres. ¡°No hay caladeros como el de Molenbeek en Bruselas¡±, se?ala. Si la comunidad de inmigrantes se re¨²ne es con un cariz ¡°familiar¡±.
Todo eso complica la penetraci¨®n de la mano yihadista, que tampoco ha abusado en su propaganda de referencias a Roma, Italia o el Vaticano, m¨¢s como s¨ªmbolos del cristianismo que como objetivos reales. No existe un anhelo de reconquista como s¨ª lo hay en el caso de Espa?a, territorio arabizado durante el periodo Al Andalus. Italia no ha contado tampoco con una importante presencia militar en Oriente Pr¨®ximo, motivo que enardece a los radicales. Marone va m¨¢s all¨¢ incluso: de los 129 combatientes que han partido hacia Siria e Irak, seg¨²n los ¨²ltimos datos remitidos de Inteligencia, solo una veintena de ellos ser¨ªan realmente ciudadanos italianos. El atractivo ISIS no ha prosperado, salvo en casos como la peque?a localidad de R¨¢vena (Emilia-Roma?a). Con la salvedad de que el 100% de los yihadistas que salieron de all¨ª eran tunecinos con profundas ra¨ªces en su pa¨ªs. Esto es, no era un fen¨®meno italiano.
La retornada Bombonati
El ¨²ltimo y reciente informe del Sistema de Informaci¨®n para la Seguridad de la Rep¨²blica, agencia de inteligencia italiana, se?ala que 2017 fue el primer a?o en el que un foreign fighter, combatiente extranjero, regresaba al pa¨ªs. En este caso fue una, Lara Bombonati, joven de 26 a?os, conversa y originaria de Mil¨¢n, aunque creci¨® en el Piamonte. Viaj¨® a Siria junto a su marido, Francesco Cascio, tambi¨¦n italiano. Este cogi¨® las armas y cay¨® en el combate, aunque se desconocen las circunstancias. Bombonati asist¨ªa activamente a los combatientes y atravesaba con frecuencia la frontera turco-siria hasta que fue detenida. Turqu¨ªa expuls¨® a la joven en enero de 2017 e inform¨® a Italia. La polic¨ªa dej¨® maniobrar a Bombonati hasta que entre el 22 y 23 de junio pasados, agentes de la Digos (operaciones especiales) la detuvieron en Tortona (Piamonte), tierra de su familia. Planeaba viajar a Bruselas para encontrarse con su futuro marido y reemprender el camino de vuelta a Siria.
S¨ª lo es la guerra abierta contra la mafia que ha facilitado canales de informaci¨®n constantes entre Polic¨ªa del Estado, Interior e Inteligencia, tremendamente ¨²tiles para combatir cualquier intento de organizaci¨®n terrorista. En esto, Marone ve una segunda vertiente: ¡°Se han adoptado medidas duras contra la mafia a las que la gente se ha acostumbrado¡±. Lo que explicar¨ªa que no haya debate interno alguno sobre el ritmo ascendente de las deportaciones por motivos de seguridad (proselitismo, radicalizaci¨®n en l¨ªnea¡). En 2017 se firmaron 105 expulsiones, con tunecinos y marroqu¨ªes a la cabeza. Una medida coercitiva que seg¨²n el analista del ISPI, Interior est¨¢ usando de un modo ¡°intensivo¡±.
En un portal de la calle Via Giuseppe Meda, all¨ª donde la ristra de tiendas estilo Armani se agota, se abre una de esas mezquitas no oficiales de Italia. Es la que gestiona la Comunidad Religiosa Isl¨¢mica Italiana (Coreis). Una peque?a y luminosa habitaci¨®n con dos grandes alfombras sirve a la oraci¨®n del imam Yahya Pallavicini. ¡°La cultura de la religi¨®n¡±, dice, ¡°es mucho m¨¢s fuerte en Italia que en el norte de Europa, donde se ha optado o por crear guetos o por la indiferencia¡±. La reflexi¨®n tiene sentido: ¡°El yihadismo quiere usar la religi¨®n como revoluci¨®n, pero si lo que se encuentra es un ambiente de respeto religioso no tiene cabida¡±. Pallavicini, asesor de varios Gobiernos, es uno de la decena de l¨ªderes musulmanes que firm¨® el pasado a?o un pacto con el ministro de Interior, Marco Minniti, para estrechar los lazos Estado-islam: oraciones en italiano, formaci¨®n de nuevos imames, financiaci¨®n de mezquitas transparente¡ ¡°Este di¨¢logo entre instituciones y l¨ªderes religiosos es parte de la historia de ¨¦xito de Italia contra el terrorismo¡±, prosigue el imam.
Pero hay un riesgo en ciernes: el discurso de centroderecha y de l¨ªderes como Matteo Salvini, milan¨¦s y candidato de la Liga a las elecciones del pr¨®ximo domingo, que ven incompatible ser italiano y musulm¨¢n y abogan por sacar el islam del pa¨ªs. ¡°Conozco algo a Salvini¡±, dice Pallavicini, ¡°y no pienso que crea en lo que dice sino que busca el ¨¦xito electoral, aunque me preocupa m¨¢s que haya gente que le vote precisamente por lo que dice¡±. La Liga, que acude a las urnas en coalici¨®n con el partido de Berlusconi y los xen¨®fobos Fratelli di Italia, ha echado el ojo a la cartera de Interior que hoy ocupa Minniti. ¡°Si lo consiguen¡±, afirma Pallavicini, ¡°entonces habr¨¢ espacio para la radicalizaci¨®n¡±. Para sembrar la confusi¨®n y hacer tambalear la identidad de miles de j¨®venes italianos que profesan el islam.
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