?Y si el papa Francisco no vuelve nunca a Argentina?
El Sumo Pont¨ªfice, un porte?o y peronista puro, se niega a viajar a su tierra mientras genere divisi¨®n
Este era el a?o. Desde que fue elegido, hace cinco, Jorge Mario Bergoglio siempre encontr¨® una poderosa excusa para no volver a su tierra. Sali¨® de Buenos Aires casi con lo puesto para acudir a un c¨®nclave y nunca volvi¨®. All¨ª dej¨® a toda su familia, su entorno m¨¢s cercano, sus contactos pol¨ªticos ¨Cnadie conoce tanto el mundo del poder argentino como ¨¦l, y todos los que son algo en este pa¨ªs viajan al Vaticano a verle, hasta el punto de que algunos le consideran una especie de l¨ªder no declarado del peronismo- y el club de f¨²tbol San Lorenzo del que era tan fan¨¢tico que incluso acud¨ªa al vestuario antes de los partidos para alentar y santiguar a los jugadores. All¨ª sigue la peluquer¨ªa donde se cortaba el pelo, el quiosquero al que llam¨® en persona para explicarle que ya no iba a necesitar sus servicios, el popular barrio de Flores donde se cri¨® y las villas miseria que recorr¨ªa para conocer los problemas de los pobres. Acaba de hacer obispo a uno de esos curas villeros que tanto alent¨®, pero ¨¦l no vuelve a visitarlos.
En 2013 ten¨ªa que asentarse. En 2014 a¨²n estaba en el poder Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, con la que tuvo enfrentamientos dur¨ªsimos cuando era arzobispo de Buenos Aires. En 2015 hab¨ªa elecciones presidenciales. En 2016 Macri viv¨ªa momentos duros de crisis econ¨®mica y tensi¨®n social. En 2017 de nuevo elecciones, esta vez legislativas. ?Y en 2018? Este a?o se acabaron las excusas. Y con el viaje en enero a Chile, el pa¨ªs vecino al que es imposible llegar sin pasar casi por encima de Buenos Aires, Francisco agot¨® cualquier margen, provoc¨® una fuerte indignaci¨®n incluso entre comentaristas argentinos habitualmente moderados con ¨¦l, y desat¨® la pregunta que recorre Buenos Aires. ?Y si no vuelve nunca?
2019 es a?o electoral de nuevo, la tensi¨®n con Mauricio Macri no remite y el presidente tiene todos los n¨²meros para ser reelegido para otros cuatro a?os. Bergoglio tiene 81 a?os y la posibilidad de que nunca vuelva a su tierra se empieza a plantear por personas como el periodista Joaqu¨ªn Morales Sol¨¢, que mantiene contactos con el Papa y asegura que estaba previsto que viajara en 2018, algo que ¨¦l mismo ha descartado recientemente en una conversaci¨®n con la c¨²pula de la Iglesia argentina.
?Qu¨¦ le pasa al Papa? ?Por qu¨¦ un hombre aclamado en todo el mundo no puede volver a su tierra? ?l ha dejado caer que no lo har¨¢ hasta que no vea que su viaje no ser¨¢ controvertido, no generar¨¢ divisi¨®n sino uni¨®n. Pero cada d¨ªa parece m¨¢s lejano ese momento. No hay un solo argentino, incluido Messi, que no genere controversia entre sus compatriotas. Pero con el Papa es peor. Francisco se ha convertido en uno de los ejes de la grieta que separa la pol¨ªtica local. Hablar bien o mal de ¨¦l coloca a un lado a otro.
La distancia con Macri
Su indisimulado enfrentamiento con Macri y su regreso a la ortodoxia econ¨®mica, su acercamiento a personajes muy pol¨¦micos de la oposici¨®n, como la l¨ªder de Madres de Plaza de Mayo Hebe de Bonafini, han provocado en el mundo cercano al presidente y en el antiperonismo en general, que en buena parte es de componente cat¨®lica, un rechazo visceral. Macri, que para Francisco representa una pol¨ªtica econ¨®mica que rechaza y una clase social a la que detesta, la de los empresarios multimillonarios, ha tocado estas semanas la ¨²ltima tecla que faltaba para chocar con Bergoglio, al abrir paso en el Congreso al debate para la despenalizaci¨®n del aborto. Adem¨¢s ha dejado claro que si se aprueba la reforma no la vetar¨¢, aunque ¨¦l, que viene de una cultura cat¨®lica italiana y espa?ola, est¨¦ en contra del aborto libre.
Ya nadie finge. En Argentina se escriben cosas del Papa que nadie en ning¨²n otro pa¨ªs se animar¨ªa a decir. Una parte de los argentinos lo ve como un pol¨ªtico m¨¢s, implicado a fondo en la enrevesada batalla local, de la que nadie sale indemne. ¡°Todos dicen que el Papa no viene porque no quiere a Macri, pero ?Macri quiere que venga? Yo creo que no. Tres veces estuvo en agenda el viaje y se cay¨®. ?l est¨¢ muy dolido con las cr¨ªticas del macrismo¡±, se?ala una persona muy cercana a Francisco, de trato frecuente con ¨¦l. El Gobierno, por el contrario, insiste en que est¨¢ permanentemente invitado y si no viene es porque no lo considera oportuno. El malestar de ambas partes crece.
La visita a Chile, donde ofreci¨® discursos muy pol¨ªticos de cr¨ªtica al capitalismo y se neg¨® a recibir en audiencia a Sebasti¨¢n Pi?era, gran aliado de Macri, ha alentado a¨²n m¨¢s esa sima que le separa de personas que deber¨ªan ser devotos del Papa de su propio pa¨ªs, en especial los cat¨®licos conservadores de las clases acomodadas. En ning¨²n pa¨ªs del mundo se destacaron tanto los pinchazos de p¨²blico en las misas del Papa en Chile como en Argentina. Muchos parec¨ªan disfrutar de esos problemas, mientras otros cat¨®licos de base, entusiasmados por la idea de tener un Papa argentino, se quejan amargamente de que estas peleas de altura est¨¢n impidiendo que ellos puedan ver en Buenos Aires a su Santo Padre.
En el entorno de Bergoglio insisten en que ¨¦l tiene problemas mucho m¨¢s grandes que Argentina, dicen que no est¨¢ pendiente de la pol¨ªtica local. Pero las constantes fotos con dirigentes locales y las cartas que env¨ªa o gestos que hace indican lo contrario. Es dif¨ªcil imaginar a alguien m¨¢s argentino que Bergoglio, para muchos la quintaesencia de un l¨ªder peronista, y por eso es a¨²n m¨¢s dif¨ªcil explicar que no haya vuelto y no triunfe precisamente en su tierra. La posibilidad de que no regrese nunca, algo que no sucedi¨® con los ¨²ltimos papas, el alem¨¢n Ratzinger o el polaco Wojtila, que s¨ª viajaron a sus pa¨ªses de origen, consolida la idea que en Argentina nadie logra ser indiscutible. No ya un pol¨ªtico, un deportista o un personaje hist¨®rico. Ni siquiera un Papa porte?o.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.