El l¨ªder de la revuelta en Alhucemas se defiende apelando a la Constituci¨®n y al rey de Marruecos
Naser Zafzafi declara en el juicio donde se le acusa con cargos que podr¨ªan condenarle a pena de muerte
No cabe duda de que Nasser Zafzafi?es un l¨ªder y lo sigue siendo. Esta semana, Zafzafi compareci¨® ante el Tribunal de Apelaciones de Casablanca tras abanderar las revueltas de Alhucemas?que empezaron en protesta por la muerte de un vendedor de pescado triturado en un cami¨®n de basura?a finales de octubre de 2016 en la ciudad del norte de Marruecos. El desempleado, de 39 a?os, arrestado desde hace 10 meses, fue uno de los ¨²ltimos acusados en comparecer en un juicio que comenz¨® el pasado septiembre y en el que se le acusa con cargos que podr¨ªan ocasionarle la condena a la pena de muerte.
A punto de cumplir un a?o en la c¨¢rcel, todos los acusados por las protestas de Alhucemas ¡ªconocidas Hirak (Movimiento), en ¨¢rabe¡ª se han declarado inocentes y ajenos a cualquier acusaci¨®n de intenciones separatistas. Varios de ellos afirmaron en su d¨ªa que la polic¨ªa intent¨®, sin ¨¦xito, que testimoniaran contra Zafzafi. Y por fin, el lunes 9 de abril le toc¨® a Zafzafi declarar ante el juez. En la sala hab¨ªa familiares, periodistas marroqu¨ªes y europeos y miembros de organizaciones de derechos humanos. La Fiscal¨ªa le acusa de atentar contra la seguridad del Estado, un crimen que est¨¢ castigado con la pena capital, seg¨²n el art¨ªculo 201 del C¨®digo Penal. Aunque hace m¨¢s de 25 a?os que Marruecos no ejecuta a los condenados a muerte, los tribunales siguen dictando estas condenas y quienes las padecen viven en las peores condiciones dentro de la c¨¢rcel.
Zafzafi no dispone de estudios superiores. Sin embargo, domina el arte de la oratoria. Primero agradeci¨® la presencia de periodistas que trabajan para ¡°medios libres¡±, de familiares de presos y abogados defensores. Despu¨¦s, a lo largo de dos horas explic¨® cu¨¢les son las causas del descontento en el Rif, se extendi¨® sobre las ra¨ªces de las protestas y explic¨® por qu¨¦ es tan importante para el Hirak la figura del?Abdelkrim el Jatabi, el l¨ªder rife?o que, en julio de 1921, derrot¨® en Anual a las tropas coloniales espa?olas. Cuando el juez le conmin¨® a que dejase de divagar la sala estall¨® en risas con la respuesta de Zafzafi: ¡°Yo no tengo por costumbre hablar tanto, pero podr¨ªa haber resumido mi declaraci¨®n si el fiscal hubiera resumido sus acusaciones. Sin embargo, me ha endilgado dos cr¨ªmenes y seis delitos¡±.
Neg¨®, como todos sus predecesores, cualquier intenci¨®n separatista. Y a?adi¨® que esas acusaciones solo tienen por objeto impedir al Movimiento de las protestas desenmascarar a los ¡°lobbies mafiosos¡± de la zona. Su defensa la apoy¨® en la propia Constituci¨®n y en el rey, Mohamed VI. Dijo que la Constituci¨®n de 2011 autoriza las ¡°manifestaciones pac¨ªficas¡±. Y a?adi¨®: ¡°El mensaje del rey es el mismo que el del Hirak. Y este juicio va a contracorriente del discurso del rey¡±.
El pasado octubre, un a?o despu¨¦s de que se iniciaran las protestas en el Rif,?Mohamed VI?destituy¨® a tres ministros y a un secretario de Estado como consecuencia del retraso y la mala gesti¨®n en la ejecuci¨®n de proyectos que el propio monarca hab¨ªa prometido para Alhucemas en 2015. Zafzafi aleg¨® que gracias ¡°al coraje del Hirak¡± el rey pudo enterarse de los conflictos pol¨ªticos que se escond¨ªan detr¨¢s de esos retrasos.
En cuanto a las acusaciones de que el Hirak hab¨ªa sido financiado por rife?os que viven en Europa y persiguen la independencia del Rif, Zafzafi neg¨® que ninguna de las ayudas recibidas del exterior provienen de separatistas. ¡°?Por qu¨¦ la Fiscal¨ªa no abre una investigaci¨®n sobre las ayudas humanitarias recibidas en Alhucemas tras el terremoto de 2004? ?O sobre el dinero de Marruecos en Panam¨¢ y en Suiza?¡±, pregunt¨®, seg¨²n reprodujo la revista?Telquel. ¡°?Qu¨¦ prueba que el apoyo del Hirak en el extranjero sea realmente de separatistas? ?Hay alguna sentencia pronunciada contra ellos?¡±.
Al d¨ªa siguiente, antes de comenzar a narrar c¨®mo se produjo su detenci¨®n, Zafzafi pidi¨® que su madre saliera de la sala. ¡°Est¨¢ enferma y no quiero agravar su sufrimiento¡±. La madre sali¨® llorando. Entonces Zafzafi relat¨® que los polic¨ªas entraron en el lugar donde se encontraba huido, despu¨¦s de que el fiscal ordenara su captura por supuesta interrupci¨®n de la oraci¨®n de un im¨¢n en la mezquita. ¡°Me golpeaban en la cabeza y me gritaban hijo de espa?ol¡±, algo que han repetido decenas de detenidos en este juicio. El acusado a?adi¨® que sufri¨® humillaciones f¨ªsicas y verbales y que los polic¨ªas aprovecharon para hacerse selfis junto a ¨¦l.
La Fiscal¨ªa estima que las pruebas que pesan sobre Zafzafi y otros acusados son contundentes. Les acusan, entre otros cargos, de incendiar un edificio donde se alojaban polic¨ªas, de bloquear carreteras y de lesionar a varios polic¨ªas. Las sentencias ser¨¢n pronunciadas en las pr¨®ximas semanas. Zafzafi sostiene que las protestas eran pac¨ªficas y levanta con la mano la V de victoria cuando saluda a los suyos.
La ¨²ltima esperanza
Las protestas en el Rif se prolongaron a lo largo de siete meses hasta que la Justicia comenz¨® a detener a unos 300 rife?os, seg¨²n diversas organizaciones humanitarias. Decenas de ellos cumplen prisi¨®n en Alhucemas, algunos decidieron marcharse a Espa?a. Y otros permanecen en silencio, sin ¨¢nimo de organizar m¨¢s manifestaciones.
De los 54 detenidos que est¨¢n siendo juzgados en Casablanca hay 34 acusados por diversos delitos, como participaci¨®n en manifestaci¨®n no autorizada. Los otros 20 han sido acusados con cargos de cr¨ªmenes como conspiraci¨®n contra la integridad del Estado. En estos caso las condenas podr¨ªan superar los 20 a?os de c¨¢rcel.
La ¨²ltima esperanza para muchos de sus familiares es que una vez condenado el rey act¨²e con magnanimidad y los indulte.
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