Baja California, el reino del abstencionismo

"Puras mentiras¡­ son mentirosos y ratas, ?para qu¨¦ nos hacemos?", dice Olivia, una vendedora de 48 a?os. "Da lo mismo que gane Pedro o Juan, igual nos van a chingar", comenta Ramiro, un taxista de 64 a?os. Hace tiempo que la mayor¨ªa de la gente de Baja California dej¨® de creer en los pol¨ªticos y en la pol¨ªtica. El Estado del norte de M¨¦xico encara las elecciones presidenciales de julio con el porcentaje de participaci¨®n m¨¢s bajo de las pasadas votaciones federales: solo tres de cada 10 ciudadanos votaron. La misma tendencia se ha repetido en las ¨²ltimas seis elecciones nacionales: casi el 60% de los votantes no fue a las urnas. Ning¨²n otro Estado en el pa¨ªs tiene niveles m¨¢s altos de abstencionismo. El hartazgo, la corrupci¨®n, la violencia y la migraci¨®n son se?aladas como las principales causas de la erosi¨®n democr¨¢tica en la entidad, que fue la primera en desafiar la hegemon¨ªa del PRI y elegir a un gobernador de la oposici¨®n hace casi 30 a?os.

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Claudia Vargas y Nancy D¨ªaz caminan estoicas mientras el sol cae a plomo en las calles del centro de Tijuana, la ciudad m¨¢s poblada del Estado. Vargas y D¨ªaz son capacitadoras electorales y tienen la dif¨ªcil encomienda de convencer a los ciudadanos de ser funcionarios de casilla. "Trabajar en esto en el Estado donde menos vota la gente es bien dif¨ªcil, la verdad", confiesa Vargas. "?Masoquismo? Algo hay de eso, somos optimistas en una tierra de pesimistas", bromea. Ambas cuentan las dificultades que han encontrado las autoridades para organizar la votaci¨®n. La decepci¨®n por la democracia se agudiza en los barrios m¨¢s pobres y el desinter¨¦s, en los vecindarios de clase alta. El desencanto atraviesa todas las clases sociales. "Estas elecciones han sido diferentes, cada vez hay mayor apat¨ªa", advierte D¨ªaz, que ha capacitado a voluntarios desde 2000.

El Instituto Estatal Electoral atribuye el abstencionismo principalmente a la poblaci¨®n fluctuante de Baja California, por donde miles y miles intentan cruzar a Estados Unidos con y sin papeles. Tijuana es la frontera m¨¢s poblada y m¨¢s concurrida. Las filas pueden parecer interminables en las garitas fronterizas. Las vallas divisorias est¨¢n llenas de cruces f¨²nebres que recuerdan a los que murieron en el intento y de grafitis que protestan contra el discurso xen¨®fobo de Donald Trump, por el muro que ya existe y por el que est¨¢ a punto de construirse.

Las autoridades han identificado tambi¨¦n que los j¨®venes entre 18 y 29 a?os son los que menos votan, los m¨¢s abstencionistas en la tierra del abstencionismo. "Se supone que tengo que votar, man¡­ pero no tengo intenci¨®n de hacerlo porque no conf¨ªo en ning¨²n candidato, son puras promesas", explica Carlos Mendoza, que toma una cerveza en las Playas de Tijuana, mientras el agua se cuela entre los barrotes que marcan el principio de la l¨ªnea fronteriza. "Voy a votar porque es mi obligaci¨®n, pero la verdad no hay a qui¨¦n irle", cuenta Valeria Verdugo, que se detiene un momento antes de seguir trotando por el malec¨®n. "Antes los millennials no se interesaban porque su formaci¨®n c¨ªvica era muy baja, pero creo que en esta elecci¨®n la participaci¨®n de los j¨®venes va a ser alta, por una sencilla raz¨®n: las redes sociales", apunta V¨ªctor Espinoza, investigador del Colegio de la Frontera. Los casi 800.000 votantes menores de 29 a?os, casi un 30% del total, pueden ser determinantes.

La violencia tambi¨¦n ha alejado a los bajacalifornianos de las urnas, afirma Espinoza. Despu¨¦s de que 2017 fuera el a?o con m¨¢s asesinatos en M¨¦xico, Tijuana ha tenido tan solo en enero y febrero de este a?o 314 homicidios dolosos, seg¨²n datos oficiales. Ninguna otra ciudad del pa¨ªs tiene tantas muertes violentas y casi duplica los casos de Acapulco, el segundo sitio de la lista. Y mientras la prensa local dedica sus portadas a la "ola homicida", los tres principales partidos han centrado sus campa?as en la crisis de seguridad en el Estado para convencer a los tijuanenses, que ser¨¢n los anfitriones del segundo debate presidencial el pr¨®ximo 20 de mayo.

El fen¨®meno del abstencionismo no es nuevo, se ha identificado desde mediados de los noventa. Pero la historia no ha sido siempre la misma. En 1989, Baja California fue el primer Estado que desafi¨® la hegemon¨ªa del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y eligi¨® a un gobernador de la oposici¨®n, Ernesto Ruffo. "Fue un parteaguas, donde el poder absoluto en este sistema de impunidad empez¨® por primera vez a tener que ceder ante los embates de la ciudadan¨ªa", recuerda emocionado Ruffo, hoy senador por el conservador Partido Acci¨®n Nacional (PAN).

Su Gobierno impuls¨® las primeras credenciales modernas de elector y Baja California lleg¨® a ser considerada la cuna de la democracia en M¨¦xico. "La realidad super¨® a la expectativa porque hubo una democratizaci¨®n procedimental, pero no una democratizaci¨®n sustantiva, como pas¨® despu¨¦s en el pa¨ªs con el triunfo de Vicente Fox en 2000", considera Espinoza.

Ruffo admite que hacia el final de su Administraci¨®n, el PAN se llen¨® de personas que solo buscaban un hueso (puestos en el Gobierno) y dijo en m¨¢s de una ocasi¨®n que su partido, que ha gobernado de forma ininterrumpida en el Estado durante 28 a?os, merec¨ªa perder el poder para sacarse de encima a los oportunistas. "No quiero denostar a mi partido, hablo de una actitud nacional hacia el poder: los engranajes del sistema gubernamental mexicano son aceitados con corrupci¨®n, es un problema sist¨¦mico heredado del PRI", lamenta el exgobernador.

Las sospechas sobre el Gobierno han sido la cereza del pastel en la erosi¨®n democr¨¢tica del Estado. En el ¨²ltimo esc¨¢ndalo, la Auditor¨ªa Superior de la Federaci¨®n ha detectado irregularidades durante el mandato del gobernador actual, Francisco Vega, por m¨¢s de 1.400 millones de pesos (casi 80 millones de d¨®lares). "No hay desv¨ªo de recursos", asegur¨® Vega a finales de febrero.

"Hay un desencanto con tanta corrupci¨®n, tanto crimen y tan pocas soluciones, es un momento hist¨®rico porque el pa¨ªs quiere un cambio", asegura Jaime Bonilla, candidato de Morena al Senado. El partido de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, que visitar¨¢ Tijuana este s¨¢bado, ha apostado por capitalizar el descontento por el incremento del precio de las gasolinas y el IVA en la frontera, y ha lanzado un reto al dominio hist¨®rico del PRI y el PAN en el norte del pa¨ªs. El PAN y su coalici¨®n Por M¨¦xico al Frente tambi¨¦n quieren aprovechar el desencanto por el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto, pero al ser el partido gobernante en el Estado se promueve a nivel local como "la opci¨®n segura" para un cambio. El PRI dice ser el partido de la estabilidad frente al "populismo" de Morena y la "ultraderecha panista", dice Alberto Nava, representante local del partido tricolor. "Sus promesas son irrealizables, juegan con las necesidades de la gente", acusa Nava y prev¨¦ que su candidato, Jos¨¦ Antonio Meade, visite la ciudad la pr¨®xima semana.

Las ¨²ltimas encuestas en el Estado dan cuenta de que el PAN est¨¢ la cabeza, pero con una ventaja sobre Morena en el margen de error. El PRI est¨¢ m¨¢s rezagado. En medio del cruce de acusaciones entre los partidos, la ola de violencia y el desencanto hacia los pol¨ªticos, la gran inc¨®gnita sigue siendo si los votantes de Baja California acudir¨¢n a votar el pr¨®ximo 1 de julio y qui¨¦n se quedar¨¢ con m¨¢s de 2,7 millones de votos que pueden ser decisivos.