La generosa sombra
Se cumplen veinte a?os de la muerte de Octavio Paz, cuando la luminosa palabra de un faro se convirti¨® en generosa sombra
Se cumplen veinte a?os de que la luminosa palabra de un faro se convirtiera en generosa sombra. Era un hombre que sonre¨ªa arrugando la nariz y frunc¨ªa en ce?o al pensar, apoyaba su barbilla sobre el estante de una mano y ten¨ªa una mirada clar¨ªsima. Inmenso poeta, sus verso sobrevuelan la cursiler¨ªa de la rima f¨¢cil y se vuelve estilete y espejo, claraboya y tim¨®n, palabras encendidas que se revelan hasta en los p¨¢rrafos que dej¨® como ensayos, de una lucidez ejemplar y de una narrativa que ya se hab¨ªa revelado volante en por lo menos un cuentazo maravilloso titulado ¡°Mi vida con la ola¡±. Era un hombre de los que honraban la conversaci¨®n y el debate, alejado a miles de kil¨®metros del ¨¢nimo necio e imb¨¦cil de quienes prefirieron quemar su efigie, o los que prosiguen insult¨¢ndolo sin leerlo, sin conocer una sola l¨ªnea de sus ensayos como senderos y sus libros como gu¨ªas.
No pocos pueden confirmar que su voz ser¨ªa hoy mismo no s¨®lo protagonista sino referencia obligatoria para entender o intentar desenredar el marasmo insalvable en el que se ha sumido un pa¨ªs que no lo merece. Ese hombre podr¨ªa poner en cada esquina los polos de las diferencias y se?alar a su parecer los peligros de las mentiras, la vuelta de los enga?os o el regreso de los ladridos de anta?o. Cuando anduvo por este mundo, ese hombre parec¨ªa leer todos los peri¨®dicos antes de las nueve de la ma?ana, parec¨ªa leer incluso los necios originales que le entregaban sin verg¨¹enza los escritores en ciernes y si acaso empezaba a soltar sabidur¨ªa y bibliograf¨ªa en la conversaci¨®n con cualesquier interlocutor, ten¨ªa la gentileza de citar como si uno supiera perfectamente de qu¨¦ libro y qu¨¦ fragmento refer¨ªa. Consta la generosidad material e intelectual que transpir¨® con no pocos aspirantes o reci¨¦n licenciados o viajeros perdidos por el mundo y constan los libros que regalaba y los peque?os mensajes que garigoleaba en tarjetas grabadas y sorprend¨ªa su distancia musical y su vitalidad hasta para mirar las nubes del final y todo esto no es m¨¢s que un m¨ªnimo intento por abrazar en el recuerdo a un inmenso poeta y monumental escritor que cumple veinte a?os de haberse convertido en la luminosa sombra que no estar¨ªa de m¨¢s evocar y seguir en tinta y dejarnos deletrear ahora que el tiempo se nos nubla a diario y no es m¨¢s que pura maravilla que cultivemos el empe?o que llevaba ese hombre en su apellido.
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