Buenos Aires quemar¨¢ basura ante el colapso de los vertederos
El Ayuntamiento y las organizaciones ecologistas chocan sobre los riesgos de la incineraci¨®n de residuos
Los habitantes de Buenos Aires recuerdan a¨²n la humareda negra que sal¨ªa de miles de chimeneas a diario. Hasta finales de los 70, cada edificio ten¨ªa su horno y los porteros quemaban de noche la basura generada por los inquilinos. Preocupadas por la contaminaci¨®n ambiental, las autoridades de la ciudad prohibieron esa pr¨¢ctica y apostaron por los vertederos. En 2005, la ley Basura Cero fij¨® metas ambiciosas de reducci¨®n de residuos: un 20% para 2010, un 50% para 2012 y un 75% para 2017. Ni siquiera la primera se ha cumplido y los rellenos sanitarios est¨¢n al borde del colapso. Frente a esa amenaza, la ciudad ha vuelto a autorizar la incineraci¨®n, entre cr¨ªticas de organizaciones y recicladores urbanos. Se har¨¢ mediante plantas termovalorizadoras, que generan energ¨ªa de la combusti¨®n de residuos.
La legislatura porte?a, controlada por el oficialismo, aprob¨® el jueves la reforma de la ley con 36 votos a favor y 22 en contra, pero la sesi¨®n termin¨® a los gritos con los detractores. "Quemar basura mata", "No a la incineraci¨®n, s¨ª al reciclaje", pod¨ªa leerse en las pancartas que integrantes de Greenpeace y recicladores urbanos exhibieron dentro y fuera del edificio. El alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodr¨ªguez Larreta, lo ve como "un paso a la modernidad enorme". Quienes se oponen, hablan de un "gran salto hacia atr¨¢s".
"Las plantas de generaci¨®n de energ¨ªa a partir de la basura es lo que se hace en todo el mundo y no contamina", asegur¨® a los medios Larreta. "Es totalmente distinto a los setenta, la tecnolog¨ªa ha avanzado much¨ªsimo con el objeto de generar energ¨ªa. Europa, a pesar de tener unas tasas de reciclado mucho m¨¢s altas que Argentina, es el mayor utilizador de la incineraci¨®n", dice por tel¨¦fono el diputado oficialista Gast¨®n Blanchetiere tras apoyar la reforma de la ley. La termovalorizaci¨®n "es el medio m¨¢s eficiente y el que menos contaminaci¨®n genera", defiende.?
"El gobierno lo vende como una soluci¨®n a la basura y a la energ¨ªa, pero es una de las energ¨ªas m¨¢s costosas del mercado y atenta contra el reciclaje, que es la soluci¨®n a la basura", se opone Leonel Mingo, coordinador de campa?as de Greenpeace. Desde la C¨¢mara de Recicladores del Pl¨¢stico consideran que "es una ilusi¨®n" pretender solucionar as¨ª el problema de los residuos. Cerca de 17.000 toneladas de basura llegan a diario a los vertederos del cintur¨®n metropolitano, de los que unas 3.500 proceden de Buenos Aires y el resto de su periferia. Al ritmo actual, el espacio disponible se agotar¨¢ en cinco a?os.
La ley de Basura Cero contemplaba importantes campa?as de concientizaci¨®n y medidas para incentivar el reciclaje en origen, pero han sido un fracaso: la mayor¨ªa de los habitantes de Buenos Aires tira toda la basura junta. La ciudad ha instalado puntos verdes y contenedores de pl¨¢stico, papel y vidrio por todos los barrios, pero a menudo hay que caminar varias calles para llegar hasta ellos.
De las 2.000 plantas incineradoras que funcionan en el mundo, unas 500 est¨¢n en Europa, seg¨²n el Gobierno porte?o. Viena tiene una en el centro de la ciudad y la exhibe en recorridos tur¨ªsticos organizados por el ayuntamiento. Tambi¨¦n hay plantas en Copenhague y Par¨ªs. Pero, a diferencia de Buenos Aires, estas capitales europeas cuentan con eficaces sistemas de separaci¨®n de residuos en origen y tienen en el horizonte la econom¨ªa circular: reparar, reutilizar y reciclar todo lo que sea posible para evitar que termine en un vertedero o incinerado.
La nueva normativa argentina contempla que s¨®lo podr¨¢n ser incinerados aquellos residuos que no sean reciclables, por lo que el Gobierno municipal sostiene que no se ver¨¢n afectados los recicladores urbanos, m¨¢s de 5.000 entre formales e informales. Pero los ecologistas dudan que se cumpla la ley. Por un lado, debido "a la p¨¦sima separaci¨®n en origen", dice Mingo; por otro, porque "los residuos que se podr¨ªan reciclar son los que m¨¢s combusti¨®n producen".
Las plantas incineradoras exigen controles minuciosos para minimizar el riesgo de emisiones contaminantes y perjudiciales para la salud. "Si bien los pa¨ªses europeos han incorporado plantas de termovalorizaci¨®n cada vez m¨¢s sofisticadas, que tienden a bajar el nivel de sus emisiones, no ocurre lo mismo en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo donde se ha comprobado que los sistemas de monitoreo y control de estas plantas no pueden costearse ni operarse, por lo que no son usados", advierte la ONG FARN en un informe. Las poblaciones cercanas est¨¢n expuestas a enfermedades respiratorias y del sistema inmunol¨®gico, seg¨²n Greenpeace. Por el contrario, Blanchetiere recuerda que Argentina tiene plantas nucleares que cumplen con los est¨¢ndares internacionales y est¨¢ en condiciones de manejar tambi¨¦n una tecnolog¨ªa ya probada en muchos otros pa¨ªses.
Buenos Aires a¨²n no ha hecho p¨²blico el n¨²mero de plantas inicineradoras que piensa construir ni d¨®nde. Su construcci¨®n e instalaci¨®n requerir¨¢ una nueva sesi¨®n legislativa en la que resurgir¨¢ la pol¨¦mica.
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