El enredo judicial del siglo en Francia, ?un caso de agresi¨®n sexual?
Casi cien a?os despu¨¦s de la condena de un hombre por asesinato, sus nietos aseguran que este fue cometido por la esposa del acusado y que fue para defenderse del ataque de un hombre
El crimen que lleva casi un siglo trayendo de cabeza a la justicia francesa acaba de dar otra sorpresa. Guillaume Seznec siempre neg¨® haber matado en mayo de 1923 a su amigo y socio, Pierre Qu¨¦meneur. Pero por su muerte, a pesar de que nunca apareci¨® su cad¨¢ver, Seznec fue condenado a cadena perpetua, pena de la que cumpli¨® 20 a?os de trabajos forzados en un duro penal de la Guyana francesa antes de ser indultado. Su familia lleva desde entonces intentando que la justicia lo rehabilite a t¨ªtulo p¨®stumo, sin ¨¦xito. Ahora, dos de sus nietos han roto el silencio sobre lo que llaman el ¡°secreto de familia¡±, una revelaci¨®n que, efectivamente, exonera a su abuelo, aunque no a la familia, ya que responsabiliza de lo que califican de ¡°homicidio involuntario¡± a su abuela, Marie-Jeanne.
Seg¨²n Jean-Yves y Gabriel, nietos de Guillaume y Marie-Jeanne Seznec, todo fue un acto de ¡°defensa¡± ante una agresi¨®n sexual.
As¨ª se lo transmiti¨® su padre, el peque?o Guillaume, hijo del condenado, a sus hijos, y estos lo han contado, 95 a?os despu¨¦s de los hechos, en un programa de la televisi¨®n francesa.
¡°Era un domingo, seg¨²n ¨¦l (Guillaume Seznec hijo)¡±, relat¨® Gabriel en la cadena France 2 la versi¨®n que escuch¨® de su padre. ¡°?l estaba jugando fuera, en el patio, cuando escuch¨® gritar a su madre, debatirse. En resumen, que la estaban agrediendo. Al ir a mirar por la ventana, vio a Qu¨¦meneur en el suelo, encogido. La criada tambi¨¦n estaba all¨ª. Y Qu¨¦meneur estaba muerto¡±.
¡°La abuela solo se defendi¨®, hizo un gesto defensivo¡±, acot¨® su hermano, Jean-Yves. ¡°Nuestro padre no vio c¨®mo cay¨® Qu¨¦meneur (¡) su madre le dijo que le levant¨® la mano porque Qu¨¦meneur la hab¨ªa agredido, que la hab¨ªa manoseado¡±.
Cuando Guillaume Seznec lleg¨® a casa y vio lo sucedido, llam¨® a un amigo y ambos se llevaron el cuerpo a un lugar desconocido, despu¨¦s de hacerle jurar a toda la familia que guardar¨ªan el secreto. Sin embargo, seg¨²n sus nietos, cuando la polic¨ªa lleg¨® tiempo despu¨¦s para llevarse detenido a Seznec, su mujer se derrumb¨® y lo confes¨® todo. Pero nadie le crey¨®.
La versi¨®n oficial, por la que Guillaume Seznec acabar¨ªa purgando 20 a?os de su vida en un dur¨ªsimo penal de la Guyana francesa, es que el bret¨®n mat¨® a Qu¨¦meneur durante un turbio viaje de negocios de Breta?a a Par¨ªs, donde se perdi¨® su rastro. Ambos habr¨ªan estado involucrados en un intento de vender en la Uni¨®n Sovi¨¦tica coches Cadillac abandonados por las fuerzas estadounidenses en Francia durante la I Guerra Mundial. La maleta de Qu¨¦meneur apareci¨® un mes despu¨¦s de su desaparici¨®n en la estaci¨®n de Havre. Dentro hab¨ªa un documento falsificado en el que Qu¨¦meneur le dejaba unas tierras en caso de muerte a Seznec, lo que fue considerado en el juicio prueba de su culpabilidad.
¡°Ellos no quer¨ªan su muerte, fue un homicidio involuntario¡±, insisten sus nietos casi un siglo m¨¢s tarde.
La teor¨ªa de que fue la abuela la que mat¨® a Qu¨¦meneur no es nueva. El primero en lanzarla fue el antiguo abogado de la familia, Denis Langlois, en un libro publicado en 2015. Seg¨²n relata, Marie-Jeanne Seznec le habr¨ªa atizado a Qu¨¦meneur con uno de los candelabros que adornaban el sal¨®n de la chimenea de la casa ¨Caqu¨ª la versi¨®n se desv¨ªa de la de los nietos¨C para frenar los ¡°insistentes avances¡± del amigo de su marido. Langlois asegura que as¨ª se lo confi¨® el peque?o Guillaume Seznec a su sobrino Bernard Le Her hace d¨¦cadas, en 1978. ¡°Es la misma versi¨®n que la que han contado (sus hijos) Jean-Yves y Gabriel Seznec, con algunas variaciones¡±, dijo el abogado, ya retirado, al diario Le Figaro.
Langlois est¨¢ convencido de que el cad¨¢ver de Qu¨¦meneur fue enterrado en el suelo de una bodega aleda?a a la casa. A comienzos de a?o, los actuales due?os de la vivienda de los Seznec en Morlaix, en Breta?a, dieron su permiso para que un grupo de voluntarios realizaran excavaciones para buscar el cad¨¢ver. El descubrimiento de dos huesos alent¨® las esperanzas, hasta que expertos determinaron que eran restos animales. Sin embargo, Langlois y sus colegas no se dan por vencidos. En las excavaciones se hallaron tambi¨¦n unas ¡°cenizas y escoria¡± que todav¨ªa est¨¢n por analizar. ¡°Nos gustar¨ªa que la justicia examinara esos restos e iniciara un proceso de revisi¨®n¡± del caso, declar¨® el abogado a Le Figaro. Seg¨²n Langlois, ¡°nos acercamos a la verdad judicial¡±. Pero el caso no est¨¢ a¨²n cerrado.
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