Los islamistas, vencedores en los comicios locales de una T¨²nez abstencionista
La baj¨ªsima participaci¨®n y el excelente resultado de los independientes son una advertencia a la clase pol¨ªtica tradicional
Despu¨¦s de su traspi¨¦ en las legislativas de 2014, el partido islamista moderado Ennahda volvi¨® a ser el partido m¨¢s votado de T¨²nez en las elecciones municipales celebradas el pasado domingo, las primeras libres en la historia del pa¨ªs. Sin embargo, el principal mensaje que han enviado las urnas es un severo toque de atenci¨®n a la clase pol¨ªtica tradicional, ya sea a trav¨¦s de la elevad¨ªsima abstenci¨®n ¡ªun 64,4% de los votantes registrados, pero casi 80% del censo¡ª, o del excelente resultado de las listas locales independientes. Seg¨²n los resultados oficiales hechos p¨²blicos el mi¨¦rcoles, un 32% de los ediles escogidos pertenecen a las candidaturas independientes, superando el 28% recabado por Ennahda.
¡°El sistema de partidos pol¨ªticos sigue siendo el tal¨®n de Aquiles de la transici¨®n tunecina, que tras casi ocho a?os despu¨¦s de la revoluci¨®n ha organizado varias elecciones libres con ¨¦xito¡±, comenta Rosa ?lvarez, una investigadora espa?ola afincada en T¨²nez. La escena pol¨ªtica adolece de una gran fragmentaci¨®n, que dificulta la formaci¨®n de una alternativa a la ¡°gran coalici¨®n¡± que gobierna el pa¨ªs desde 2015, formada por Ennahda y Nid¨¢ Tunis, de tendencia conservadora. ¡°A pesar de la erosi¨®n de seis a?os de Gobierno, Ennahda sigue siendo el partido m¨¢s s¨®lido, el ¨²nico con una verdadera implantaci¨®n en todo el pa¨ªs, y que funciona con una notable democracia interna¡±, agrega.
De los 350 municipios del pa¨ªs, Ennahda fue la fuerza m¨¢s votada en 155, incluida la capital. Por tanto, a la espera de los pactos poselectorales, Suad Abderrahim, una directiva farmac¨¦utica de 53 a?os, podr¨ªa convertirse en la primera alcaldesa de T¨²nez. Ahora bien, el partido liderado por Rached Ghannouchi, que prefiere definirse como "islamo-dem¨®crata", ha evitado un discurso triunfalista para no asustar a los electores laicos. ¡°Lo m¨¢s importante del resultado es la existencia de dos grandes fuerzas, Ennahda y Nida, y nosotros continuaremos en el camino del consenso", declar¨® el dirigente Rafiq Abdessalam.
Despu¨¦s del traum¨¢tico golpe de Estado contra los Hermanos Musulmanes de 2013 en Egipto, Ennahda ha apostado por una pol¨ªtica de pacto y consenso con su gran adversario, Nid¨¢ Tunis. Sin duda, el partido del presidente B¨¦ji Ca?d Essebsi y del primer ministro, Yousef Chahed, es el gran perdedor de los comicios, al obtener solo un 21% de los apoyos. Respecto a las legislativas de hace tres a?os y medio, en las que venci¨® con un 38% de los sufragios, Nid¨¢ ha perdido m¨¢s de 800.000 votos.
Aunque no es de esperar que rompa su acuerdo de Gobierno con Ennahda en el Parlamento, lo que sumir¨ªa el pa¨ªs en la inestabilidad, Nid¨¢ podr¨ªa buscar otros socios en algunos ayuntamientos. No hay que olvidar que este partido se cre¨® en 2012 como una variopinta coalici¨®n de personalidades laicas, lideradas por Essebsi, con el objetivo de destronar a los islamistas como unico cemento. Sin embargo, el buen resultado de Ennahda en las elecciones de 2014 -un 28%-, y las presiones de la comunidad internacional para suavizar la polarizaci¨®n entre islamistas y antiislamistas, le llev¨® a pactar con el odiado adversario, lo que puede haber desmovilizado a una parte del electorado.
Existe un cierto consenso entre los polit¨®logos en se?alar las penurias econ¨®micas que atraviesa buena parte de la poblaci¨®n y la escasa cobertura medi¨¢tica de los comicios como causas de la elevada abstenci¨®n. No obstante, el analista Yusef Cherif considera que hay algunas razones m¨¢s profundas: ¡°Algunos partidos han parecido m¨¢s interesados en sus rencillas internas que en comunicar con los electores. Adem¨¢s, es normal que la poblaci¨®n se muestre hastiada con la pol¨ªtica despu¨¦s de varios a?os de mensajes antipol¨ªticos por parte de algunos medios e intelectuales, que culpan a la revoluci¨®n de todos los males del pa¨ªs¡±.
En una rueda de prensa, Fabio Massimo Castaldo, jefe de la misi¨®n de observaci¨®n de la Uni¨®n Europea, deplor¨® la escasa participaci¨®n de los j¨®venes y algunas ¡°carencias t¨¦cnicas¡± del proceso electoral, si bien lo calific¨® de "cre¨ªble". ¡°Las elecciones constituyen un paso hist¨®rico en la consecuci¨®n de la descentralizaci¨®n prevista por la Constituci¨®n¡±, declar¨® Castaldo, aportando una nota de optimismo en su valoraci¨®n sobre la transici¨®n democr¨¢tica tunecina.
¡°Esta es la ¨²ltima oportunidad. En las elecciones de 2011 y de 2014, ya me llev¨¦ una decepci¨®n. Por eso, en esta ocasi¨®n he votado por una lista independiente. Si tambi¨¦n me fallan, no votar¨¦ m¨¢s¡±, dec¨ªa el domingo Salwa, una apresurada prejubilada, mientras sal¨ªa de su colegio electoral en el suburbio acomodado de la Marsa. All¨ª, dos plataformas independientes lideraron el escrutinio y doblaron en votos a Ennahda y Nid¨¢, por lo que gobernar¨¢n esta ciudad.
El ¨¦xito de las candidaturas independientes representa una bocanada de aire fresco a la anquilosada clase pol¨ªtica tunecina, al igual que el perfil de los nuevos ediles. De los 7.212 electos un 47% son mujeres y un 37% son j¨®venes, una radiograf¨ªa m¨¢s ajustada a realidad social del pa¨ªs que la existente en el Parlamento. Si a ello a?adimos la mayor proximidad de los consistorios, que seg¨²n la ley deber¨¢n gestionarse seg¨²n los principios de la ¡°democracia participativa¡±, en el ¨¢mbito local podr¨ªa hallarse la f¨®rmula contra la apat¨ªa pol¨ªtica dominante. Pr¨®xima cita: las legislativas y presidenciales de finales del a?o pr¨®ximo.
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