Pilar Quintana: ¡°Los bandos de Petro y Duque est¨¢n sac¨¢ndose los dientes¡±

Pilar Quintana (Cali, 1972) conoce bien una de tantas versiones de la Colombia profunda. Los largos a?os que esta escritora y guionista vivi¨® en un selv¨¢tico paraje del Pac¨ªfico, cerca de Juanchaco, en el Valle del Cauca, impregnan La Perra, la novela con la que gan¨® el Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana de este a?o. En esta entrevista sobre las elecciones presidenciales del 27 de mayo, la autora de Coleccionistas de polvos raros considera una contradicci¨®n la impopularidad del gobierno que sell¨® la anhelada paz con las FARC.

Pregunta. ?C¨®mo definir¨ªa el momento que atraviesa Colombia?

Respuesta. Es el momento de preelecciones cuando los ¨¢nimos est¨¢n caldeados. Me recuerda mucho la campa?a en Estados Unidos de Donald Trump contra Hillary Clinton. La gente no habla de otra cosa, las familias est¨¢n pele¨¢ndose, en las redes sociales todo el mundo est¨¢ encendido, insult¨¢ndose. Quiero que se acaben ya las elecciones.

P. En ese ambiente, ?es posible recuperar la ilusi¨®n de alcanzar un pa¨ªs en paz?

R. Yo era de las personas que menos cre¨ªa que iba a firmarse la paz. Hasta el ¨²ltimo minuto, cre¨ªa que no pod¨ªa estar pasando, que no era verdad, porque hab¨ªa visto ya tantos intentos. Despu¨¦s del de Andr¨¦s Pastrana (1998-2002) me promet¨ª nunca jam¨¢s volver a creer en la voluntad de paz de las FARC. Hasta ese momento pensaba que eran un grupo que todav¨ªa ten¨ªa una ideolog¨ªa pol¨ªtica, en el fondo entend¨ªa la raz¨®n de su existencia porque hay una gran desigualdad en el pa¨ªs. Pero ah¨ª me convenc¨ª de que no ten¨ªan raz¨®n de existir y para m¨ª pasaron a ser simplemente un ej¨¦rcito de matones al servicio del narcotr¨¢fico.

La paz me parec¨ªa algo imposible, algo que yo nunca iba a ver con vida. Es muy triste que Juan Manuel Santos, que fue el presidente que llev¨® a buen t¨¦rmino el proceso de paz, tenga tan baja popularidad. Y que Humberto de la Calle, que fue el que hizo toda la negociaci¨®n en La Habana, vaya de ¨²ltimo en las encuestas. Creo que ellos deben ser recordados como un gran presidente y un gran l¨ªder por habernos dado esa paz. Ahora la pregunta es, ?estamos en paz?

P. ?Y est¨¢ Colombia en paz?

R. Si vemos la cantidad de asesinatos de l¨ªderes sociales que ha habido, no. No estamos en paz. Tenemos todav¨ªa actores armados. Siento que hay un abandono, como que el Gobierno firm¨® la paz y ya. Dej¨® esas zonas desprotegidas. Hay generaciones enteras que han crecido en la guerra y no conocen otra forma de subsistencia.

P. El senador uribista Iv¨¢n Duque encabeza los sondeos, seguido por el izquierdista Gustavo Petro. ?El pa¨ªs es presa de la polarizaci¨®n?

R. S¨ª. Y esa es una estrategia. Pareciera que es importante en una campa?a pol¨ªtica que la gente se polarice y salga a votar muy apasionada y muy emberracada, como lo dec¨ªa el gerente de la campa?a del uribismo en el plebiscito sobre el acuerdo de paz. Hay dos bandos encabezados por Petro y por Duque que est¨¢n sac¨¢ndose los dientes, llenos de pasi¨®n y furia. La polarizaci¨®n hace que te concentres en tu candidato y demonices al otro, y quedas con unos puntos ciegos que no te permiten ver todo el espectro.

?C¨®mo puede ser Santos el presidente m¨¢s impopular? ?C¨®mo puede ser que el candidato que ayud¨® a firmar la paz vaya de ¨²ltimo mientras el que propone anular esos acuerdos, o cambiarlos o renegociarlos -que todos sabemos que ser¨ªa una vuelta yo no s¨¦ a que- vaya de primero? Me parece que es una contradicci¨®n semejante a cuando gan¨® el No.

P. ?Qu¨¦ representa cada candidato?

R. De la Calle, el candidato de los acuerdos de paz. Duque, la bandera del uribismo, el No a los acuerdos, la intolerancia y la exclusi¨®n. Petro, una gran inc¨®gnita. Sergio Fajardo, el moderado. Germ¨¢n Vargas Lleras, la pol¨ªtica tradicional y corrupta.

P. ?Cu¨¢l es el sentimiento que mejor define lo que est¨¢ pasando?

R. La rabia. La gente est¨¢ rabiosa, y frustrada tambi¨¦n un poco. Quiere un pa¨ªs mejor, pero hay unas divergencias sobre c¨®mo lograrlo. Un candidato como Petro le habla al coraz¨®n de mucha gente, y un candidato como Duque le habla a las personas que se identifican con el modo de ser uribista, que es un modo de ser que es muy colombiano, violento, agresivo. Por nuestra historia de guerra cargamos con esa tradici¨®n de violencia.

P. Usted vivi¨® nueve a?os en el Pac¨ªfico, una de las regiones m¨¢s olvidadas del pa¨ªs

R. Si nosotros quisi¨¦ramos ver que es todo lo que estamos haciendo mal, tendr¨ªamos que mirar al Pac¨ªfico. Es una regi¨®n habitada mayoritariamente por nativos negros, ind¨ªgenas tambi¨¦n, que viven en la pobreza absoluta. Sin servicios p¨²blicos, con una educaci¨®n muy precaria, con una m¨ªnima presencia del Estado, con grupos armados, ej¨¦rcitos de narcotraficantes, de donde todos los d¨ªas salen lanchas y submarinos cargados de coca¨ªna hacia Centroam¨¦rica y Estados Unidos. Uno de los lugares de Colombia con m¨¢s desplazamiento forzado, a donde en un momento entraron los paramilitares a hacer masacres y sembrar palma africana. Es un caldo de cultivo de la guerra, que es un monstruo de mil cabezas en este pa¨ªs.

P. La protagonista de La Perra es Damaris, una mujer negra y pobre. ?Es Colombia todav¨ªa un pa¨ªs racista?

R. Definitivamente racista, y muchas veces creemos que no lo somos. En nuestra constituci¨®n decimos que somos un pa¨ªs pluri¨¦tnico y multicultural y nos reconocemos como tal. Es decir, nos reconocemos como un pa¨ªs mestizo. Pero estoy leyendo un libro que se llama Nosotros y los otros, de la historiadora Amada Carolina P¨¦rez Benavides, donde nos muestra la representaci¨®n que se ha hecho a lo largo de la historia de Colombia del otro. En Colombia quienes ostentaban el poder eran los notables, los intelectuales, los pol¨ªticos, y ellos se reconocen como mestizos o criollos, pero hay clases de mestizos. Los m¨¢s blancos son los notables, y siempre se ha representado al otro como el mestizo m¨¢s oscuro, o el ind¨ªgena o el negro, y eso sigue siendo exactamente igual.

P. ?Y machista?

R. Mucho. No tenemos una sola candidata mujer a la presidencia. En cambio todas las f¨®rmulas vicepresidenciales ¨Cmenos una, la de Germ¨¢n Vargas Lleras¨C son mujeres. Pareciera que en Colombia seguimos viendo a la mujer como subsidiaria o accesoria del hombre. Este es un mensaje tremendamente machista. Tambi¨¦n es diciente que al debate presidencial con las mujeres faltaron dos candidatos: Duque y Vargas Lleras, los de la derecha. ?Qu¨¦ mensaje quer¨ªan dar? ?Que las mujeres no son importantes en su agenda pol¨ªtica?