Kim Jong-un prepara el cierre de su centro nuclear pese a las dudas sobre la cumbre
Se¨²l mantiene el optimismo y asegura que las reuniones bilaterales con Pyongyang se retomar¨¢n
Tras la euforia inicial, el choque con la realidad. El camino a la cumbre de Singapur el pr¨®ximo d¨ªa 12 entre Donald Trump y Kim Jong-un, si llega a celebrarse, no ser¨¢ un camino de rosas. Pero, pese a las advertencias de unos y otros, la negociaci¨®n no se ha roto. El proceso para desmantelar el centro de pruebas nucleares norcoreano parece ya listo. Y Corea del Norte ha hecho una m¨ªnima concesi¨®n: los periodistas del Sur a los que no se otorg¨® inicialmente el visado podr¨¢n presenciar la ceremonia, que tendr¨¢ lugar este jueves o viernes. Un gesto peque?o, pero tranquilizador.
¡°Damos la bienvenida a que nuestros periodistas hayan recibido el visto bueno para participar en el acto que marcar¨¢ el desmantelamiento¡±, ha indicado el portavoz ministerial surcoreano Baik Tae-hyun. ¡°Esperamos que sirva como punto de inicio para el logro de la desnuclearizaci¨®n completa tan r¨¢pidamente como sea posible, a trav¨¦s de la cumbre entre EE UU y Corea del Norte y otros canales¡±.
Periodistas de Estados Unidos, Reino Unido, China y Rusia hab¨ªan volado el martes desde Pek¨ªn a Wonsan (sudeste de Corea del Norte), en un vuelo ch¨¢rter norcoreano para presenciar la ceremonia, como se hab¨ªa comprometido Pyongyang. Pero, sin que aparentemente mediara explicaci¨®n alguna, los reporteros surcoreanos que deb¨ªan acompa?arles no recibieron visado y regresaron a Se¨²l. Hasta que esta ma?ana el Norte dio finalmente la luz verde.
Punggye-ri se encuentra a m¨¢s de 400 kil¨®metros de Wonsan. Los periodistas llegar¨¢n al centro de pruebas tras un largo viaje por tren: la antig¨¹edad del tendido y de las m¨¢quinas obliga a una marcha de 35 kil¨®metros por hora, a la que se sumar¨¢ otro trayecto en autob¨²s. En total, cerca de 20 horas.
El gesto conciliador hacia Corea del Sur no viene, aparentemente, solo. El portavoz de la Casa Azul, la presidencia surcoreana, Yoon Young-chan, ha afirmado que las dos Coreas podr¨ªan retomar su di¨¢logo bilateral despu¨¦s del 25. Ese d¨ªa concluir¨¢n las maniobras conjuntas entre el Sur y Estados Unidos. Hace una semana, Pyongyang hab¨ªa cancelado unilateralmente la reuni¨®n prevista en Panmunjom, en la frontera entre los dos pa¨ªses, en protesta por esos ejercicios militares.
Los gui?os contrastan con la inquietud que desat¨® Trump este martes cuando, durante su reuni¨®n con el presidente surcoreano Moon Jae-in en la Casa Blanca, apunt¨® la posibilidad ¡°sustancial¡± de que la cumbre de Singapur para tratar sobre el programa nuclear del Norte se aplace o se cancele. Una posibilidad con la que ya hab¨ªa amenazado Pyongyang tambi¨¦n la semana pasada, alegando falta de buena fe estadounidense en las negociaciones.
Moon, seg¨²n ha puntualizado Yoon, defendi¨® ante el presidente estadounidense que el l¨ªder norcoreano, Kim Jong-un, est¨¢ ¡°comprometido con el ¨¦xito de la cumbre a pesar de la reciente actitud del Norte¡±.
El choque entre Washington y Pyongyang tiene su clave en las posturas divergentes que ambos presentan ante la cumbre, y que tres semanas antes de la cita parecen dif¨ªciles de casar: Estados Unidos quiere un desarme nuclear completo, irreversible y verificable del Norte. Su rival alega que en ning¨²n caso se deshar¨¢ de su armamento unilateral o totalmente ni aceptar¨¢ presiones de Washington. Su oferta, proceder de modo muy gradual y al mismo tiempo que Estados Unidos adopta medidas rec¨ªprocas.
¡°Pese a toda la preocupaci¨®n de los ¨²ltimos d¨ªas acerca de si la diplomacia con Corea del Norte va a continuar, la realidad es que las negociaciones acaban de empezar. La Administraci¨®n Trump debe ser pragm¨¢tica, y reconocer que en la cumbre que se aproxima, los peque?os avances pueden abrir el camino para conseguir pasos mayores en el futuro¡±, ha apuntado Mike Fuchs, del Center for American Progress y ex alto funcionario del Departamento de Estado para Asuntos Asi¨¢ticos.
Otros expertos tambi¨¦n restan importancia a la posibilidad de que los desencuentros actuales pesen m¨¢s que el deseo, o la conveniencia, de las partes implicadas para celebrar la cumbre, y consideran que Trump y Kim se ver¨¢n las caras como estaba previsto.
¡°Todos pagar¨ªan un precio si se retrasa¡±, apunta el profesor Cheng Xiaohe, de la Universidad Popular de Pek¨ªn, que considera la actual dureza de las partes una estrategia negociadora: ¡°son bravatas¡±, asegura. Cheng recuerda que Estados Unidos ya ha fabricado, incluso, las monedas conmemorativas del evento. ¡°Trump perder¨¢ de cara a sus votantes: parecer¨¢ que Corea del Norte ha conseguido tomarle el pelo. Para Pyongyang, que desde hace 20 ¨® 30 a?os aspira sin ¨¦xito a negociar de igual a igual con Occidente, supondr¨¢ el desperdicio de una oportunidad ¨²nica. Se¨²l, en el medio y que ha hecho un gran esfuerzo por acercar a las partes, ver¨¢ todo su trabajo echado a perder. Incluso China se encontrar¨¢ que volvemos a la situaci¨®n principio en la pen¨ªnsula coreana: una situaci¨®n llena de conflictos¡±.
Trump ha acusado, precisamente, a China de enturbiar las aguas con la segunda reuni¨®n por sorpresa entre su presidente, Xi Jinping, y Kim. Seg¨²n el inquilino de la Casa Blanca, desde el encuentro en Dalian (norte de China) hace quince d¨ªas, ha notado un cambio importante en el l¨ªder norcoreano, m¨¢s desafiante.
Para Cheng, el apoyo que Xi comunic¨® a Kim en aquella reuni¨®n ha sido ciertamente importante. ¡°Con ese respaldo, Corea del Norte puede plantear m¨¢s exigencias a Estados Unidos. Pero tambi¨¦n tiene que ser realista y saber qu¨¦ es lo que puede negociar. Si lo plantea bien, Washington puede aceptar sus condiciones¡±.
En cualquier caso, opina el profesor Lu Chao, de la Academia de Ciencias Sociales en Liaoning (provincia china fronteriza con Corea del Norte), una cosa est¨¢ clara: ¡°la cuesti¨®n de la desnuclearizaci¨®n no se resolver¨¢ en una sola cumbre. M¨¢s all¨¢ de Singapur, habr¨¢ que seguir negociando¡±.
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