Recurrida la condena a muerte de la sudanesa que mat¨® a su marido al intentar violarla
La joven de 19 a?os fue forzada a contraer matrimonio con uno de sus primos cuando ten¨ªa 16
El abogado de Noura Hussein, la joven sudanesa?condenada a muerte?por el asesinato de su marido cuando ¨¦ste intentaba violarla, ha recurrido este jueves esta sentencia ante un tribunal de Sud¨¢n. El Gobierno de este pa¨ªs hab¨ªa dado de plazo hasta este viernes para presentar recurso contra este caso, que ha provocado la indignaci¨®n internacional, incluida de Naciones Unidas y de grupos de derechos humanos. M¨¢s de un mill¨®n de personas han firmado la petici¨®n Justicia para Noura?en Change.org.?
"Hemos apelado contra la decisi¨®n del tribunal", ha dicho Al-Fateh Hussein, el abogado de la joven. "Podr¨ªan pasar meses antes de que el tribunal de apelaciones tome su decisi¨®n", ha aclarado el letrado.?La odisea de Noura Hussein comenz¨® cuando ten¨ªa 16 a?os y su familia quiso casarla a la fuerza con su primo?Abdulraman Hamad Hussein. Entonces ella abandon¨® el hogar y se fue a casa de su abuela, a 250 kil¨®metros de distancia, donde permaneci¨® tres a?os para terminar los estudios secundarios. En 2017, convencida de que sus padres hab¨ªan renunciado a los planes de boda, decidi¨® regresar. Pero el matrimonio segu¨ªa concertado y se celebr¨®. Unos d¨ªas despu¨¦s, ante la negativa de la joven a mantener relaciones sexuales con su marido, este avis¨® a dos hermanos y un primo para que le ayudaran a violarla. Al d¨ªa siguiente lo volvi¨® a intentar, pero en esta ocasi¨®n Noura Hussein consigui¨® coger un cuchillo de cocina y matar a su agresor. En la disputa ella result¨® herida.
En la actualidad, Hussein tiene 19 a?os y?se encuentra en el corredor de la muerte de la ciudad sudanesa de Ondurm¨¢n. La sentencia establece que la joven debe ser ejecutada en la horca. Organizaciones sudanesas e internacionales de derechos humanos han lanzado una iniciativa global para que se conmute la pena, pero Naciones Unidas, que tambi¨¦n ha pedido clemencia, teme no solo por la vida de la joven sino por la seguridad personal de sus defensores y de los activistas de Derechos Humanos que se han implicado en esta campa?a. En Sud¨¢n es legal el matrimonio infantil y no est¨¢ penada la violaci¨®n dentro del matrimonio. La familia del marido opt¨® por la pena m¨¢xima en lugar de una reparaci¨®n material.
La jueza senegalesa Aissatou Kant¨¦, miembro de la Asociaci¨®n de Mujeres Juristas, y experta en temas de familia en el continente africano considera el origen del problema son los matrimonios forzosos. ¡°Incluso en aquellos pa¨ªses donde existe una edad m¨ªnima para casarse, la ley no se cumple. En Senegal, por ejemplo, la norma establece 18 a?os para el hombre y 16 para la mujer, lo que ya es una discriminaci¨®n y contraviene la Convenci¨®n de Derechos del Ni?o. Pero a¨²n as¨ª, si vamos a zonas alejadas vemos que hay ni?as casadas con 14 a?os, en ocasiones contra su deseo. Es muy grave, esto debe cambiar¡±, asegura.
El matrimonio infantil est¨¢ muy extendido en algunos pa¨ªses africanos y del sudeste asi¨¢tico. Seg¨²n los datos de UNICEF, las cuatro naciones del mundo con mayor prevalencia son N¨ªger, donde tres de cada cuatro mujeres de entre 20 y 24 a?os contrajeron matrimonio antes de los 18, Chad, Rep¨²blica Centroafricana y Mal¨ª. En zonas rurales de Chad existe un dicho que asegura que ¡°la ni?a no debe pasar su segunda menstruaci¨®n en casa de sus padres¡±, es decir, que debe ser casada desde que tiene el primer periodo. Una de las razones esgrimidas para justificar esta pr¨¢ctica es el temor a que se queden embarazadas dentro del hogar por un familiar directo, ya sea un hermano, primo o t¨ªo.
¡°El lugar de las chicas adolescentes debe ser la escuela¡±, a?ade Kant¨¦, ¡°y no ejerciendo de esposas. En un instituto de Bambey, donde ahora trabajo, hay ni?as de 14 a?os que piden permiso a sus profesores para salir una hora a preparar la comida de sus maridos¡±. A su juicio, el problema es triple. Por un lado se trata de una pr¨¢ctica cultural muy arraigada en determinadas zonas y la poblaci¨®n no denuncia. Por otro, est¨¢ el desconocimiento de la ley entre personas que suelen ser analfabetas. ¡°Hay que hacer un esfuerzo en la divulgaci¨®n de las normas para que la gente se pueda sentir amparada; si no, no sirven de nada¡±, explica. Finalmente, la violencia machista, que Kant¨¦ considera una ¡°lacra oculta¡± en numerosos pa¨ªses africanos, es m¨¢s habitual en los matrimonios forzosos. ¡°Hay una estrecha relaci¨®n entre este fen¨®meno y una mayor incidencia de agresiones sexuales¡±, concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.