La retirada de un juez conservador moderado en el Supremo de EE UU abre la puerta a otro giro a la derecha
La sustituci¨®n de Anthony Kennedy, figura clave en la legalizaci¨®n del matrimonio gay, da la oportunidad a Trump de nombrar otro miembro del tribunal antes de las legislativas
El juez conservador moderado Anthony Kennedy anunci¨® este mi¨¦rcoles su intenci¨®n de retirarse del Tribunal Supremo de Estados Unidos al finalizar el mes de julio, lo que otorga a Donald Trump la oportunidad de nombrar a su sustituto y afianzar aun m¨¢s la mayor¨ªa conservadora de la m¨¢xima instancia judicial del pa¨ªs. En el ¨²ltimo a?o, esa mayor¨ªa ha propiciado varias sentencias a favor de grupos religiosos y de la derecha. Este mismo mi¨¦rcoles, antes del anuncio de Kennedy, fall¨® contra de los sindicatos al determinar que los empleados p¨²blicos no pueden ser obligados a afiliarse y pagar cuotas si no lo desean.
Durante la campa?a electoral de 2016, en los m¨ªtines de Trump, uno pod¨ªa palpar el fervor trumpista, el de esos estadounidenses que se molestaban en acudir a varios actos del candidato que hab¨ªa roto esquemas y les hab¨ªa seducido m¨¢s que ning¨²n otro candidato que recordaran. Pero esos solo fueron unos cuantos de los votantes que llevaron al magnate neoyorquino a la presidencia. El resto, los republicanos pata negra, que le apoyaron en un 80%, lo hicieron muchas veces sin pasi¨®n, porque prefer¨ªan a otro candidato, a veces incluso con recelo, pero con unos fines muy concretos: bajar¨¢ impuestos, mantendr¨¢ el statu quo de la regulaci¨®n de armas y colocar¨¢ a un juez conservador en el Supremo para cubrir la vacante que hab¨ªa. Los republicanos del Senado impidieron a Barack Obama cubrir la vacante, como le correspond¨ªa, en un acto de filibusterismo pol¨ªtico cuya trascendencia se est¨¢ viendo ahora.
Ese juez fue Neil Gorsuch, que fue nominado por Trump nada m¨¢s llegar a la Casa Blanca y garantiz¨® la mayor¨ªa conservadora del tribunal, con cinco miembros considerados como tal y cuatro progresistas cuyo mandato es vitalicio. Tanto en el fallo de este mi¨¦rcoles contra los sindicatos como en el del d¨ªa anterior a favor del veto migratorio del Gobierno para varios pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana, su voto alineado con los conservadores ha sido decisivo para la opini¨®n final.
El anuncio de Kennedy, de 81 a?os, de perfil m¨¢s centrista que el resto de los considerados conservadores, otorga a Trump la oportunidad de reforzar un giro conservador en el Tribunal. Nominado por Reagan en 1987, su historial muestra un perfil conservador moderado. En 2015, por ejemplo, su voto result¨® clave para que el matrimonio entre personas del mismo sexo sea legal hoy en todo Estados Unidos. Kennedy se sum¨® a los cuatro jueces progresistas, frente a la opini¨®n del resto de conservadores, entre los que entonces figuraba Antonin Scalia.
La m¨¢xima instancia judicial de EE UU est¨¢ dividida hoy por hoy. Las tres decisiones hechas p¨²blicas en los ¨²ltimos dos d¨ªas se han apoyado en cinco votos a favor (los considerados conservadores Samuel Alito, John G. Roberts, Anthony Kennedy, Clarence Thomas, y Gorsuch) y cuatro en contra (los considerados progresistas Sonia Sotomayor, Stephen Breyer, Ruth Bader Ginsburg y Elena Kagan).
Con la muerte de Scalia, en febrero de 2016, el entonces presidente, el dem¨®crata Barack Obama, trat¨® de llevar al Supremo a un progresista moderado, el presidente de la Corte de Apelaciones de Washington, Merrick Garland, como relevo. Los republicanos, sin embargo, bloquearon su nombramiento en el Senado y no permitieron la sustituci¨®n de Scalia hasta m¨¢s de un a?o despu¨¦s, con un republicano, Trump, ya de presidente. Los dem¨®cratas trataron entonces de pagar con la misma moneda y evitar el nombramiento de Gorsuch como nuevo juez del Supremo, pero los republicanos recurrieron a la llamada ¡°opci¨®n nuclear¡±: cambiaron las normas para poder aprobarlo con solo mayor¨ªa simple en el Senado.
El Supremo ha sido clave en la transformaci¨®n de la sociedad estadounidense, ha marcado el paso de la historia con sentencias como la del matrimonio homosexual, la que prohibi¨® la segregaci¨®n racial en las escuelas o la que legaliz¨® el aborto. Otros jueces del Supremo son de avanzada edad, como Kennedy. Los progresistas Ruth Bader Ginsburg y Stephen Breyer, por ejemplo, tienen 85 a?os y 79 a?os, respectivamente. Gorsuch es el m¨¢s joven, con 50 a?os, lo que garantiza su influencia en la Corte durante d¨¦cadas.
En el fallo de este mi¨¦rcoles, relativo a los sindicatos, el Tribunal consider¨® que la obligaci¨®n del pago de cuotas a sindicatos a los funcionarios p¨²blicos ¡°viola los derechos de libertad de expresi¨®n de los no miembros al forzarle a subsidiar discursos privado en asunto de inter¨¦s p¨²blico sustancial¡±, en palabras del juez Samuel Alito, autor de la opini¨®n mayoritaria. La decisi¨®n supone un mazazo para la financiaci¨®n de las uniones de trabajadores.
El d¨ªa anterior, tambi¨¦n con cinco votos a favor y cuatro en contra, avalaron el veto migratorio de Trump y content¨® a los movimientos antiabortistas al considerar "probablemente" inconstitucional la ley de California que obliga a organizaciones contrarias al aborto a proporcionar informaci¨®n sobre procedimientos de interrupci¨®n del embarazo financiados por el Estado.
Los republicanos tratar¨¢n de lograr en oto?o la confirmaci¨®n en el Senado del sustituto de Kennedy, antes de las elecciones legislativas del 6 de noviembre, que pueden poner en riesgo su mayor¨ªa en las C¨¢maras est¨¦ en riesgo. La excusa del portavoz republicano en el Senado, Mitch McConell, para impedir el nombramiento del juez Garland en 2016 fue que se produc¨ªa demasiado cerca de las elecciones.
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