Una empresa boliviana vende hojas de coca a domicilio
Cuando comercializar un acto tan tradicional como mascar hoja se convierte en un negocio tan moderno como la entrega de comida en casa
Cuando la necesidad aprieta, el ingenio se agudiza. Una empresa de Santa Cruz ha creado un servicio de entrega diurna y nocturna de coca a domicilio, con el fin de aprovechar comercialmente la costumbre de masticar esta hoja. Y es que si bien esta pr¨¢ctica ancestral viene desde muy antiguo en el ¨¢rea rural de Bolivia, en las ¨²ltimas d¨¦cadas se ha extendido a las ciudades, sobre todo a las situadas al oriente y al sur del pa¨ªs.?
La empresa se llama Bolivery, un juego de palabras entre Bolivia y delivery?(entrega) en ingl¨¦s. Su propietario es Michael M¨¦ndez, un joven emprendedor de 29 a?os que tuvo la idea de crearla cuando en plena noche se qued¨® sin provisiones. M¨¦ndez estaba hace unos meses en una de las reuniones peri¨®dicas de su fraternidad (el grupo de amigos con el que baila en carnaval, un tipo de asociaci¨®n habitual entre clases altas de Santa Cruz). A cierta hora de la noche se acab¨® la coca y los fraternos no encontraron qui¨¦n pudiera traerla hasta donde estaban. Fue as¨ª como M¨¦ndez decidi¨® convertir esta necesidad en un negocio.
Pr¨¢ctica masculina
El empresario cont¨® a EL PA?S que desde el surgimiento de Bolivery, hace tres meses, ha entregado coca en todos los barrios de Santa Cruz, incluso en los m¨¢s residenciales. Su producto lo consumen constructores, mec¨¢nicos y otras clases de obreros, pero tambi¨¦n funcionarios, empleados bancarios y artistas. Este consumo tan extendido entre toda la poblaci¨®n diferencia a Santa Cruz y otras regiones calientes del pa¨ªs del occidente monta?oso y fr¨ªo, donde masticar coca ¡ªque en esta zona se llama acullicar¡ª constituye una marca de identidad ind¨ªgena y ha sido despreciada por las ¨¦lites. Eso s¨ª, tanto en occidente como en oriente es una pr¨¢ctica masculina: de cada diez consumidores, siete son varones y tres mujeres.
El cultivo de la hoja de coca, tan habitual en Bolivia, es un tema espinoso con la relaci¨®n con otros pa¨ªses como Estados Unidos. La Convenci¨®n de Viena considera la coca una ¡°sustancia controlada¡± porque al machucarse y mezclarse con sustancias penetrantes, como el bicarbonato de sodio, libera una peque?¨ªsima cantidad de alcaloide, lo que le da propiedades excitantes. Sin embargo, en Bolivia su masticado es legal y popular: un estudio de la Uni¨®n Europea se?ala que, en promedio, tres de cada diez bolivianos son consumidores habituales de la hoja. Igual que el consumo de caf¨¦, el ¡°boleo¡± ¡ªcomo se conoce al masticado¡ª?sirve para contrarrestar el sue?o y el cansancio y se ha usado tradicionalmente para mejorar el desempe?o en el trabajo. Popularmente se cree, adem¨¢s, que disminuye el apetito.
Bolivery ofrece paquetes de dos y cuatro onzas de coca previamente machucada e impregnada con bicarbonato y/o estevia, un edulcorante para mitigar el amargor a la planta; tambi¨¦n vende coca "sin palo¡± (es decir, sin peciolos), que es la m¨¢s cara. El precio es 20 bolivianos (3 d¨®lares) la machucada y 30 bolivianos (algo m¨¢s de 4 d¨®lares) la sin palo. Y por llevarlo solo se aumenta el precio cuando el pedido viene de los sectores m¨¢s alejados de la ciudad.??
En concreto, la entrega es gratuita hasta el ¡°quinto anillo¡± de la ciudad, que equivale al n¨²cleo urbano. Santa Cruz tiene 14 ¡°anillos¡± (barrios), pero su actividad econ¨®mica se circunscribe a los cinco primeros. Si hay un pedido desde un lugar m¨¢s lejano, se cobra una tarifa negociada seg¨²n la distancia. Normalmente, 5 bolivianos ¡ªmenos de un d¨®lar¡ª, pero puede ser m¨¢s. Hasta ahora, dice M¨¦ndez, ha sido un negocio floreciente.?
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