Evo Morales rompe el r¨¦cord de permanencia en la presidencia de Bolivia
Con 12 a?os, seis meses y 23 d¨ªas, el mandatario ha superado la marca que ostentaba V¨ªctor Paz Estenssoro
Evo Morales se convirti¨® este martes?en el boliviano que m¨¢s ha estado en la presidencia en la historia de Bolivia. Con 12 a?os, seis meses y 23 d¨ªas ha superado la marca que ostentaba V¨ªctor Paz Estenssoro, quien la hab¨ªa obtenido en cuatro diferentes periodos a lo largo de su vida. Morales, en cambio, gobierna de forma continua desde 2006.
El partido gubernamental festej¨® la obtenci¨®n del r¨¦cord como la prueba de que Morales representa la "estabilidad pol¨ªtica" por la que tanto luch¨® el pa¨ªs desde la recuperaci¨®n de la democracia, en 1982. La oposici¨®n, por su parte, protesta porque Morales no se contenta con lo ya logrado y quiere seguir siendo reelegido, pese a la limitaci¨®n constitucional que lo impide, la cual fue ratificada por un referendo en 2016, pero "suspendida" por el Tribunal Constitucional a fines de 2017. "La principal preocupaci¨®n de los bolivianos es que Evo quiera quedarse otros 14 a?os m¨¢s", dice Samuel Doria Medina, uno de los l¨ªderes opositores, en un anuncio por televisi¨®n.
Durante este periodo, la econom¨ªa boliviana ha crecido a un promedio del 5% anual. Incluso cuando los dem¨¢s pa¨ªses sudamericanos entraron en recesi¨®n, en 2015 y 2016, Bolivia sigui¨® un curso ascendente, mostrando que es una naci¨®n aislada de los mercados, pero din¨¢mica.
Los logros de Morales se deben a dos razones: Nacionaliz¨® la industria del gas, la principal exportaci¨®n boliviana, lo que le ha permitido controlar una gran cantidad de recursos ¡ªunos 100.000 millones de d¨®lares a lo largo de su gesti¨®n¡ª. Y apart¨® del poder a las ¨¦lites tradicionales, de ideolog¨ªa neoliberal, y las sustituy¨® por ¨¦lites sindicales y populares, mucho m¨¢s ind¨ªgenas que las anteriores, lo que le gan¨® el reconocimiento de largo plazo de un 40% del electorado, que se siente mejor representado por unos gobernantes que se parecen m¨¢s a ¨¦l.
Fund¨® as¨ª una nueva fase hist¨®rica, nacionalista e indigenista, que puede verse como la continuaci¨®n de la Revoluci¨®n Boliviana dirigida por Paz Estenssoro desde 1952. Como ella, se detiene en el "capitalismo de Estado", es decir, en un gobierno con intereses en la econom¨ªa que convive ¡ªcon tensiones pero sin rupturas¡ª con la empresa privada.
Morales disminuy¨® la extrema pobreza monetaria (ingresos de menos de dos d¨®lares al d¨ªa) del 38% al 18%. Ese porcentaje se ha reducido en la ciudades a solo el 10%. Algo que, como es l¨®gico, achic¨® la desigualdad: hoy la d¨¦cima parte m¨¢s rica de la poblaci¨®n recibe un ingreso 47 veces mayor que la d¨¦cima parte m¨¢s pobre, mientras que en 2005 esta diferencia era de 128 veces. Bolivia comenz¨® a ser un pa¨ªs de ingresos medios, con "solo" el 30% de su poblaci¨®n ganando menos de cuatro d¨®lares por d¨ªa.
Cierto que las cosas han cambiado un poco con la ca¨ªda de los precios del gas del que vive el Estado: esto ha hecho temer que una parte de los cuatro millones de bolivianos "vulnerables", que acaban de salir de la "zona de peligro", recaigan en ella si no se crean m¨¢s oportunidades econ¨®micas. Tambi¨¦n se critica la forma en que el Gobierno ha estado usando el dinero del gas, en infraestructura y gastos pol¨ªticos, en lugar de emplearlo para transformar la educaci¨®n, la salud y la justicia, que est¨¢n entre las peores del mundo.
La clase media est¨¢ molesta con el Gobierno por hechos como la corrupci¨®n, al culto de la personalidad de Morales y la falta de oportunidades pol¨ªticas para ella (que el continuismo del presidente extiende sin t¨¦rmino). Si este malestar ser¨¢ suficiente para que Evo sea vencido en las urnas en 2019 o si entonces se impondr¨¢ el ya mencionado 40% de la poblaci¨®n que adhiere firmemente a ¨¦l, esto es algo que depender¨¢ de la campa?a electoral, que ya ha comenzado.
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