El Papa pide en una carta a los cat¨®licos cambiar la cultura para prevenir abusos y encubrimientos
Francisco solicita a los responsables eclesi¨¢sticos que denuncien los posibles casos de pederastia
El papa Francisco ha vuelto a expresar su verg¨¹enza y arrepentimiento por los abusos sexuales cometidos por parte del clero, despu¨¦s de que la Corte Suprema de Pensilvania, en Estados Unidos publicara un informe que documenta un millar de casos. ¡°Nunca ser¨¢ suficiente lo que se haga para pedir perd¨®n y buscar reparar el da?o causado¡±, escribe el Pont¨ªfice en una carta publicada este lunes. ¡°Hemos descuidado y abandonado a los peque?os¡±, a?ade. Tambi¨¦n ha resaltado la importancia de ¡°generar una cultura capaz de evitar que estas situaciones no solo no se repitan, sino que no encuentren espacios para ser encubiertas y perpetuarse¡±.
Francisco se refiere a los esc¨¢ndalos de pederastia, en los que se han visto implicados un notable n¨²mero de cl¨¦rigos y personas consagradas como ¡°un crimen que genera hondas heridas de dolor e impotencia¡± no solo a las v¨ªctimas sino tambi¨¦n a todo su entorno, sean creyentes o no. Y reconoce que ¡°como comunidad eclesial, asumimos que no supimos estar donde ten¨ªamos que estar, que no actuamos a tiempo reconociendo la magnitud y la gravedad del da?o que se estaba causando en tantas vidas¡±.
La carta del Pont¨ªfice llega despu¨¦s de la publicaci¨®n del informe que documenta 300 casos de abusos y atrocidades perpetradas por una red de ¡°sacerdotes depredadores sexuales¡± en seis de las ocho di¨®cesis de Pensilvania. Califica el dolor de las v¨ªctimas que narraron todo tipo de abusos y depravaciones como ¡°un gemido que clama al cielo, que llega al alma y que durante mucho tiempo fue ignorado, callado o silenciado¡± y a?ade: ¡°Pero su grito fue m¨¢s fuerte que todas las medidas que lo intentaron silenciar o, incluso, que pretendieron resolverlo con decisiones que aumentaron la gravedad cayendo en la complicidad¡±.
Con la intenci¨®n de que estas situaciones dantescas no se vuelvan a repetir en el futuro, el Papa ha pedido a los responsables eclesi¨¢sticos que denuncien los posibles casos de abusos de los que tengan constancia: ¡°La solidaridad nos exige, a su vez, denunciar todo aquello que ponga en peligro la integridad de cualquier persona. Solidaridad que reclama luchar contra todo tipo de corrupci¨®n, especialmente la espiritual¡±. Con su texto busca inspirar un giro en toda la comunidad cat¨®lica: ¡°Mirando hacia el futuro nunca ser¨¢ poco todo lo que se haga para generar una cultura capaz de evitar que estas situaciones no solo no se repitan, sino que no encuentren espacios para ser encubiertas y perpetuarse¡±, ha afirmado.
Al inicio de su pontificado, Francisco instaur¨® una pol¨ªtica de ¡°tolerancia cero¡± contra los abusos sexuales que en los ¨²ltimos a?os, con diversos esc¨¢ndalos alrededor del mundo como los de Chile o Australia, est¨¢ en el punto de mira. Combatir la pederastia se ha convertido en uno de los mayores desaf¨ªos de su papado. El Pont¨ªfice explica que se est¨¢ trabajando desde diferentes frentes para poder llevar a la pr¨¢ctica mecanismos de prevenci¨®n y condena, pero reconoce que la Iglesia se ¡°ha demorado en aplicar estas acciones y sanciones tan necesarias¡±. Tambi¨¦n conf¨ªa ¡°en que ayudar¨¢n a garantizar una mayor cultura del cuidado en el presente y en el futuro¡±.
Francisco comienza su carta haciendo referencia al informe del Gran Jurado de Pensilvania pero abarca el problema a nivel mundial, dada ¡°la magnitud y la gravedad de los acontecimientos¡± y aclara que aunque la mayor¨ªa de los casos corresponden al pasado ¡°las heridas nunca desaparecen y nos obligan a condenar con fuerza estas atrocidades¡±. Pide unir esfuerzos ¡°para erradicar esta cultura de muerte¡± y sentencia que ¡°las heridas nunca prescriben¡±.
La carta del Papa, firmada a 20 de agosto y en la que extiende a toda la Iglesia, cl¨¦rigos y laicos, la reflexi¨®n sobre los esc¨¢ndalos de abusos, llega tambi¨¦n a las puertas de su pr¨®ximo viaje a Irlanda, donde estar¨¢ el 25 y 26 de agosto para participar en el Encuentro Mundial de las Familias. Una cita que puede quedar empa?ada por la sombra de los esc¨¢ndalos.
En 2010, la Iglesia irlandesa, bajo el pontificado de Benedicto XVI, afront¨® el mayor caso de pederastia de su historia. Un informe de la justicia desvel¨® abusos cometidos por 400 sacerdotes contra al menos 12.000 menores durante 30 a?os. El entonces Pont¨ªfice convoc¨® a Roma a los representantes de la Conferencia Episcopal del pa¨ªs para abordar la cuesti¨®n y envi¨® una carta a los fieles irlandeses en la que por primera vez habl¨® de ¡°verg¨¹enza¡±. Desde entonces la brecha entre la Iglesia y la sociedad sigue a¨²n abierta en Irlanda ¡ªun pa¨ªs con una arraigada tradici¨®n cat¨®lica y con un alto porcentaje de cat¨®licos practicantes¡ª y el n¨²mero de fieles ha ca¨ªdo en picado.
El pasado domingo, el arzobispo de Dubl¨ªn, Diarmuid Martin dirigi¨® un mensaje contundente al Papa: ¡°No basta con pedir perd¨®n. Las estructuras que permitieron o facilitaron los abusos deben ser aniquiladas, y aniquiladas para siempre¡±.
El portavoz del Vaticano, tras la publicaci¨®n de la carta de Francisco, aclar¨® que el texto es para Irlanda, para Chile, para Estados Unidos, pero no solo. ¡°El Papa ha escrito a todo el pueblo de Dios¡±, explic¨® y destac¨® que es significativo que el Pont¨ªfice se refiera a los abusos como un crimen y ¡°no solo como un pecado¡±.
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