La hora del papa Francisco
La transformaci¨®n emprendida por el Pont¨ªfice, camino de los 82 a?os, se encuentra en un momento decisivo que determinar¨¢ el ¨¦xito de su Papado y la herencia que deja
Hace algunas semanas, el papa Francisco termin¨® una de sus misas matinales en Santa Marta y, al salir, cruz¨® dos palabras con un consejero cercano. La pregunta era m¨¢s bien rutinaria. La respuesta fue sincera.
¡ª?Todo bien, Santidad?
¡ªMucha presi¨®n¡ª, resopl¨® Jorge Mario Bergoglio.
El pontificado del papa Francisco atraviesa una fase decisiva. Despu¨¦s de cinco a?os y medio intensos, algunas de sus grandes reformas han encallado o se encuentran despegando. La transformaci¨®n econ¨®mica, la estrategia de comunicaci¨®n del Vaticano, la lucha contra los abusos o la reformulaci¨®n de la curia han dado resultados dispares. La euforia inicial ha remitido, y tambi¨¦n parte del eco medi¨¢tico. Pronto tocar¨¢ renovar el impulso reformista con nombramientos de cargos relevantes a¨²n pendientes en la Secretar¨ªa de Estado, en el Consejo de Asesores (C9) y en puestos estrat¨¦gicos del ¨¢rea econ¨®mica. En junio ha proseguido la acelerada configuraci¨®n de un colegio cardenalicio cada vez m¨¢s a su medida, donde los purpurados que ha nombrado ya superan al resto. Pero las voces cr¨ªticas no cesan. Son sectores conservadores. Pocos y muy localizados, principalmente en el ¨¢rea estadounidense, se?alan fuentes de su entorno. ¡°Ah¨ª la derecha est¨¢ organizada y tiene dinero¡±, apunta un veterano cardenal. Son voces persistentes, agresivas y, seg¨²n alguna de la media docena larga de fuentes consultadas, ya piensan en el sustituto de Francisco.
A veces da la sensaci¨®n de que el Papa cuenta con m¨¢s apoyo fuera de la Iglesia que dentro
El ala ultra entra a matar. Considera que Bergoglio, de 81 a?os, no ha actuado hasta ahora como corresponde a un Pont¨ªfice. El peri¨®dico conservador Il Tempo titul¨® la semana pasada a cinco columnas y con gran entusiasmo tipogr¨¢fico: ¡°Habemus Papa¡±. Una iron¨ªa surgida de un discurso en el que el actual jefe de la Iglesia compar¨® el aborto por causas m¨¦dicas (malformaciones, enfermedades¡) con las pr¨¢cticas nazis para conservar la pureza de la raza. En el mismo serm¨®n, subray¨® tambi¨¦n que una familia la forman solo un hombre y una mujer, algo que tranquiliz¨® a la curva m¨¢s exaltada de la Iglesia. Como si un Papa pudiera decir lo contrario. ¡°Es el jefe de la Iglesia cat¨®lica, no de una organizaci¨®n progresista. En temas sociales es abierto, pero doctrinalmente es tan conservador o m¨¢s que Benedicto XVI. Quien piense que puede aprobar el aborto o los matrimonios de personas del mismo sexo est¨¢ muy equivocado. Esa, desde luego, no ser¨¢ su herencia¡±, se?ala un miembro de la curia que despacha con ¨¦l.
Francisco absorbe la presi¨®n y no suele transmitirla. Pero siempre que tiene ocasi¨®n de dar un discurso ante la curia ¡ªy ya van cinco¡ª se queja de los chismorreos, de la falta de lealtad. De ¡°la desequilibrada y degenerada l¨®gica de las intrigas o de los peque?os grupos¡±, dijo estas navidades en el tradicional discurso a sus empleados. En los ¨²ltimos meses ha visto incluso como le acusaban de hereje. ¡°Esas cr¨ªticas tocan a su coraz¨®n. Nunca hemos tenido en la Iglesia una revuelta tan fuerte de los conservadores contra el Papa. Este frente tradicionalmente ha estado de parte del Pont¨ªfice y lo que ocurre con Francisco es ins¨®lito. Es dif¨ªcil entender que pasen de adorar a Benedicto XVI a comportarse as¨ª con Francisco¡±, se?ala un consejero. La corriente reaccionaria est¨¢ encabezada por el cardenal Raymond Burke, y espera que este pontificado pase a la historia como una mera an¨¦cdota. Pero ser¨¢ en los pr¨®ximos tiempos cuando quede clara la dimensi¨®n de su legado, dentro y tambi¨¦n fuera de la Iglesia.
La misi¨®n pol¨ªtica de los ¨²ltimos Papas ha variado. El polaco Karol Woytila fue el Pont¨ªfice que ayud¨® a derribar el muro entre este y oeste. Y el actual ¡ªel primero en 13 siglos que no viene de Europa¡ª busca derribar la barrera invisible entre el sur y el norte. Lo intenta con la defensa de las migraciones ¡ªmatizada ¨²ltimamente cuando se?ala que solo deben llegar los que puedan ser acogidos¡ª en actos como la misa en San Pedro del pasado viernes para celebrar el quinto aniversario del viaje a Lampedusa; la ecolog¨ªa, a la que dedic¨® una enc¨ªclica o la pobreza. Puede verse en todos sus gestos y en los nombramientos de la c¨²pula eclesial. Uno de los ¨²ltimos cardenales, por ejemplo, es Konrad Krajewski, jefe de la oficina de limosnas. Un hombre alejado de la arrogancia principesca que sol¨ªa otorgar el anillo y el capelo rojo y que conoce de memoria el nombre de todas las personas sin hogar que viven alrededor del Vaticano y de la estaci¨®n de Termini. Todo esto ser¨¢ sin duda parte de la huella de Francisco, que ha calado tambi¨¦n en el mundo laico, donde se aprecia m¨¢s el impacto social de su obra. Porque a veces da la sensaci¨®n de que cuenta con m¨¢s apoyo fuera de la Iglesia que dentro, donde quienes esperaban mayores reformas se impacientan y las luchas de poder han embarrado ¨¢reas cruciales como la econ¨®mica.
La corriente reaccionaria est¨¢ encabezada por el cardenal Raymond Burke, y espera que este pontificado pase a la historia como una mera an¨¦cdota
Las finanzas y el cielo siempre se llevaron mal. Pero despu¨¦s de a?os de caos, el Vaticano ha homologado sus reglas y controles a las del resto de pa¨ªses. ¡°Moneyval [el organismo europeo que vigila el blanqueo de capitales] lo certifica¡±, se?alan fuentes de la Santa Sede expertas en esta ¨¢rea. El Banco Vaticano (IOR), que gestiona alrededor de 5.700 millones de euros, ha cerrado m¨¢s de 5.000 cuentas sospechosas desde 2013. Se ha reducido el d¨¦ficit y hay nuevos ¨®rganos de inspecci¨®n. Los banqueros ahora exp¨ªan sus pecados en los tribunales y no colgados de un puente. Prueba de ello es el juicio por blanqueo de capitales y malversaci¨®n de fondos al expresidente del IOR, Angelo Caloia, celebrado esta semana. Pero han sido despedidos auditores generales en circunstancias extra?as (espionaje, denuncias de coacci¨®n e insinuaciones de corrupci¨®n), y cada vez que se contrata a alguien para poner orden, acaba trasquilado. El jefe de todo esto era el cardenal australiano, George Pell. Una suerte de superministro de finanzas que se encuentra desde hace un a?o en su pa¨ªs a la espera de juicio por encubrimiento de abusos a menores. Nadie le ha sustituido.
Francisco decidi¨® confiar en Pell pese a las sombras que le acompa?aban desde Ballarat, su peque?o pueblo natal, donde se produjeron centenares de abusos sexuales mientras ¨¦l era sacerdote. Muchos opinan que su ausencia del Vaticano este a?o ha sido buena. ¡°Hab¨ªa una guerra entre ¨¦l y el cardenal Calcagno [expresidente del organismo que gestiona el importante patrimonio de la Santa Sede: 3724 unidades inmobiliarias por valor de unos 2.700 millones]. Demasiados hombres luchando por sus territorios, por cada cent¨ªmetro de poder e influencia...¡±, se?ala un asesor. Lo que nadie comprende es porque no se ha nombrado a un sustituto. ¡°No es un buen mensaje¡±, insiste esta persona, esc¨¦ptica ante la posibilidad de que Pell haya presentado su renuncia al Papa, pese a que su negativa a hacerlo compromete gravemente la l¨ªnea de tolerancia cero con los abusos, algo crucial para el pontificado.
El viaje a Chile del pasado enero, un peregrinaje supuestamente tranquilo, se convirti¨® en una embarazosa tormenta. Una periodista pregunt¨® al Papa por los casos de abusos a menores de un sacerdote chileno y el encubrimiento del caso por parte del obispo Juan Barros. ¡°No deber¨ªan haberle dejado expuesto a esa situaci¨®n¡±, se?ala un empleado vaticano. Francisco escuch¨® la pregunta y respondi¨® airado que eran ¡°calumnias¡± y que no hab¨ªa pruebas. Decidi¨® ¨¦l. ¡°Es su estilo. Sigue algunas cosas muy de cerca. Y si le preguntan responde. Pero tiene mucha popularidad¡±, se?ala un importante miembro de la curia. Poco despu¨¦s, asumi¨® el error, pidi¨® disculpas, encarg¨® una gran investigaci¨®n y dio un volantazo tremendo que termin¨® con una invitaci¨®n a las v¨ªctimas ofendidas en Chile a Santa Marta, y una hist¨®rica limpia entre los obispos chilenos, que presentaron su dimisi¨®n en bloque. Aquello fue un punto de inflexi¨®n.
A su llegada Francisco anunci¨® que continuar¨ªa con la pol¨ªtica de tolerancia cero con los abusos sexuales iniciada por Benedicto XVI. Cre¨® una comisi¨®n pontificia para prevenir estos casos. Pero las dos v¨ªctimas que incluy¨® en el nuevo aparato de prevenci¨®n abandonaron la comisi¨®n dando un portazo y denunciando la obstaculizaci¨®n sistem¨¢tica de sus propuestas. Especialmente desde la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe que entonces dirig¨ªa el cardenal Gerhard M¨¹ller, como se?al¨® Marie Collins, m¨¢xima experta en la materia y ex miembro de la comisi¨®n del Vaticano. El purpurado alem¨¢n no fue renovado. ¡°El Papa ha mostrado buena disposici¨®n en asuntos concretos, pero no ha hecho cambios estructurales determinantes que puedan mantenerse despu¨¦s de ¨¦l. Cuando llegue otro Pont¨ªfice, con otra actitud, podr¨ªa retrocederse. Esos cambios estructurales ser¨ªan lo ¨²nico que garantizar¨ªa la seguridad de los ni?os en el futuro. En Chile ha actuado bien, pero esto deber¨ªa extenderse a toda la Iglesia y que no se trate de casos aislados¡±, apunta Collins al tel¨¦fono.
Despu¨¦s de a?os de caos financiero, el Vaticano ha homologado sus reglas y controles a las del resto de pa¨ªses
Una vez le preguntaron a Juan XXIII cu¨¢nta gente trabajaba en el Vaticano. A lo que el Pont¨ªfice respondi¨® ir¨®nicamente: ¡°M¨¢s o menos, la mitad...¡±. La realidad es que son unos 4.800. Una pesada estructura que requer¨ªa una transformaci¨®n. Ha habido nombramientos de mujeres, se ha reducido el n¨²mero de dicasterios (ministerios del Vaticano), la estrctura es m¨¢s horizonatal. Y m¨¢s all¨¢ de que se espere una nueva Constituci¨®n Apost¨®lica de la curia o la certificaci¨®n de un hist¨®rico deshielo de las relaciones diplom¨¢ticas con China que (seg¨²n fuentes conocedoras del tema, podr¨ªa llegar en 2019) hay cu¨®rum en que Francisco ha acometido una reforma de las formas. ¡°Es 100% jesuita. Entiende el Pontificado como una misi¨®n, como si fuera su di¨®cesis¡±, se?alan fuentes del Vaticano. Y habr¨¢ cambios tangibles emprendidos por Francisco dif¨ªciles de deshacer, como el traslado de la residencia del Papa a Santa Marta, un movimiento para alejarse del enclaustramiento autorreferencial del Palacio Apost¨®lico. Un gesto que tiene su reflejo tambi¨¦n en el empe?o por la apertura ecum¨¦nica a otras religiones. Pero lo que suceda en el pr¨®ximo c¨®nclave determinar¨¢ si otros giros son definitivos.
El jueves 28 de junio, Francisco cre¨® a 14 nuevos purpurados: 11 son menores de 80 a?os y tendr¨¢n voz y voto para elegir al siguiente Pont¨ªfice. Los cardenales electores nombrados por ¨¦l (59) ya son mayor¨ªa respecto a los que quedan de Juan Pablo II (19) y de Benedicto XVI (47). Aunque el avance en el control del colegio no garantiza nada (Benedicto XVI era uno de los dos ¨²nicos cardenales que no hab¨ªa creado Juan Pablo II cuando le sustituy¨®), ahora el ¨®rgano de decisi¨®n ¨Ccon 125 cardenales, 5 m¨¢s del l¨ªmite orientativo fijado por Pablo VI- tiene una composici¨®n m¨¢s heterog¨¦nea y perif¨¦rica. Hay purpurados de cinco continentes y 83 pa¨ªses y una gran parte, pr¨¢cticamente no se conoce entre s¨ª. Algunos, como el japon¨¦s Thomas Aquinas Manyo, ni siquiera hablan un idioma, aparte del lat¨ªn, que les permita relacionarse con sus colegas cuando toque entrar en la capilla Sixtina, garabatear un nombre en el trozo de papel y ensartarlo en una cuerda.
Las din¨¢micas y la influencia dentro del c¨®nclave estar¨¢n m¨¢s fragmentadas de ahora en adelante. Los posibles lobbies o presiones se diluir¨¢n con la multiplicidad de nacionalides y sensibilidades. En los sanedrines vaticanos siempre hay quinielas y muchos se empe?an en que toca volver a un italiano. Pero los ¨²ltimos nombramientos no se?alan en esa direcci¨®n. ¡°Es posible que el pr¨®ximo Papa sea de nuevo americano o hispanohablante¡±, se?ala un veterano alto cargo, con lo que se representar¨ªa a alrededor del 40% de cat¨®licos. Se habla incluso de un espa?ol: el cardenal Juan Jos¨¦ Omella. ¡°Lo he hecho muy bien y es el hombre de confianza del Papa en Espa?a, una iglesia que aprecia y entiende¡±, insiste esta fuente.
Espa?a es el ¨²nico pa¨ªs que ha aportado un cardenal en cada uno de los cinco Consistorios celebrados por Francisco (en el ¨²ltimo dos: Luis Ladaria, prefecto de la crucial Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, y el claretiano Aqulino Bocos). Pero para que se celebre un c¨®nclave, la sede de Pedro deber¨ªa quedar vacante. Francisco ha dado a entender que seguir¨¢ los pasos de Benedicto XVI ¡ªque renunci¨® el 11 de febrero de 2013 en medio de una tormenta de esc¨¢ndalos¡ª y se apartar¨¢ cuando no se sienta con fuerzas. ¡°No pasan los a?os en vano. Y tiene una salud que no es de roble. Pero es firme, met¨®dico, laborioso, se levanta muy pronto y muy reconcentrado¡±, subrayaba el cardenal Bocos a este peri¨®dico un d¨ªa antes de su nombramiento. Una renuncia, a corto plazo, no parece probable, apuntan los expertos. Entre otras cosas, porque se crear¨ªa la situaci¨®n m¨¢s extra?a de la historia de la Iglesia: tres papas conviviendo a pocos metros. Y con dos, ya fue un reto.
El d¨ªa en que se celebr¨® el consistorio, dio la vuelta al mundo la foto de la visita de Francisco a su predecesor para que bendijese a los nuevos cardenales. ¡°El Papa falso besa el anillo del real¡±, titul¨® una web. La realidad es que la convivencia entre ambos, un hecho ins¨®lito que pod¨ªa haber sido inc¨®modo, ha resultado excepcional. Por eso el Papa Francisco, cuenta uno interlocutor, se disgust¨® tanto en marzo cuando el prefecto de la Secretar¨ªa de Comunicaci¨®n, monse?or Dario Vigan¨°, public¨® una carta privada que le hab¨ªa mandado Ratzinger. En la misiva defend¨ªa a Francisco de las cr¨ªticas por una supuesta falta de preparaci¨®n teol¨®gica, pero se ocult¨® un peque?o tir¨®n de orejas. El esc¨¢ndalo fue may¨²sculo y Vigan¨° termin¨® cesado en plena reforma del ¨¢rea de comunicaci¨®n vaticana. El giro en la estrategia de comunicaci¨®n hab¨ªa sido presentado por todo lo alto con gigantes vallas publicitarias en la Piazza Navona con la foto del Papa: la mejor marca hoy de la Iglesia cat¨®lica.
Francisco ha sido la reacci¨®n audaz y fulgurante de la Iglesia al descomunal desprestigio que atraves¨®
Francisco ha sido la reacci¨®n audaz y fulgurante de la Iglesia al descomunal desprestigio que atraves¨®. A los vientos de cambio que soplaban en el mundo. La Divina Providencia entendi¨® lo que estaba en juego. Todo deb¨ªa ser nuevo. El primer papa jesuita, el primero americano, tambi¨¦n el que inaugur¨® el uso de ese nombre y el primero que convivi¨® con otro hombre que vest¨ªa igual. ?La Iglesia despu¨¦s de Francisco? Un cardenal que participar¨¢ en el pr¨®ximo c¨®nclave lo explica as¨ª: ¡°Hay cambios, una nueva atm¨®sfera, la curia es m¨¢s abierta. Pero no est¨¢ claro qu¨¦ pasar¨¢ con un nuevo Papa. La clave est¨¢ en la gente y en la mentalidad. Hemos visto tambi¨¦n gritos, discusiones, decepciones. Debemos esperar, pensar a largo plazo¡±. Una medida capaz solo de establecer un pontificado.
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