En Espa?a ya todo est¨¢ preparado para que se enamoren los sacerdotes
Templos, seminarios y conventos se est¨¢n quedando vac¨ªos. La crisis de la Iglesia, agravada por los casos de pederastia, tiene soluci¨®n: acabar con el voto de castidad
Estaba ojeando el ¨²nico n¨²mero de la revista En Espa?a ya todo est¨¢ preparado para que se enamoren los sacerdotes y me he dado cuenta de que¡ ?se public¨® en 1931! Si entonces estaban listos los curas para enamorarse, no digamos hoy, 90 inviernos despu¨¦s. Pero siguen, los pobres, sin poderse enamorar ni casarse, ni¡
No soy yo uno de esos Hitchens que culpan a la religi¨®n de todos los males del mundo y fletan autobuses para proclamar por calles y carreteras que ¡°Dios no existe¡±. He visto en cien iglesias a las beatas pobres y lacrimosas habl¨¢ndole a Dios e implor¨¢ndole fervorosamente ayuda, y ese rato entre las luces de las velas y el olor del incienso era el rato en que estaban menos solas, m¨¢s confortadas, m¨¢s comprendidas. S¨®lo por eso queda justificado el colosal esfuerzo de la Iglesia.
Por eso, y aunque me deprime y mortifica, la ma?ana del domingo, o¨ªr tras la pared del dormitorio, en la tele de mi vecina, la voz meliflua de un cura predicando con melosa santurroner¨ªa el amor de Dios¡
¡ he decidido seguir el ejemplo de Antonio Elorza, que en el a?o 2015 public¨® una Carta abierta al papa Francisco, y de Nancy Huston, que hace s¨®lo unos d¨ªas public¨® su propia carta sobre el esc¨¢ndalo colosal de los supuestos abusos a 1.000 ni?os, en los ¨²ltimos 70 a?os, en las di¨®cesis de Pensilvania, que viene a sumarse al reciente caso de la alta clerec¨ªa chilena: ¨²ltimas cuentas de un rosario siniestro. S¨ª, he querido escribir al Papa. ?Que por cartas no quede! Porque no puede ser que en pleno siglo XXI se le siga teniendo tal respeto al sexo que se recomiende con vehemencia doctrinal la abstinencia y se someta a los curas ¡ªque est¨¢n perfectamente preparados para enamorarse¡ª al cilicio de la castidad.
?Francisco! La tarea de salvar a esta instituci¨®n bimilenaria te estaba reservada a ti, y ya tardas
¡°Venerado Padre, Su Santidad¡±, dir¨ªa mi Carta Abierta al Papa Francisco: ¡°En nombre del sufrimiento de miles de curas, te pido, te ruego, te suplico que levantes la imposici¨®n del voto de castidad y el celibato. Durante el primer milenio de la historia de la Iglesia, muchos obispos y curas se casaban, y no pasaba nada. Creo que fue en los concilios de la Baja Edad Media cuando se ¡°implement¨®¡±, como se dice ahora, esa severa restricci¨®n a la naturaleza, ¨²ltimamente refrendada por Pablo VI en la enc¨ªclica Sacerdotalis Caelibatus y por Juan Pablo II en su exhortaci¨®n apost¨®lica Pastores Dabo Vobis. Reiteraciones doctrinales que ya indican que hay un problema de desacuerdo general que as¨ª se quiere frenar.
¡°Dos de los argumentos m¨¢s citados para justificar celibato y castidad son, el primero, que permiten que el cl¨¦rigo se dedique enteramente al servicio de Dios. En efecto, la familia es una instituci¨®n muy absorbente y reclama mucho tiempo, pero considere Su Santidad que los enormes cambios sociales y el recurso general a instituciones educativas y la moderna maquinaria dom¨¦stica facilitan esta cuesti¨®n para los laicos. Igual podr¨ªa facilit¨¢rsela a los curas casados¡±.
¡°El segundo argumento es el de la representaci¨®n: el principio tradicional que subraya la superioridad del cl¨¦rigo sobre el laico mediante un blas¨®n de sacrificio y m¨¦rito extremo. ¡®El matrimonio es para la clase de tropa¡¯, escribi¨® san Jos¨¦ Mar¨ªa Escriv¨¢ de Balaguer¡±.
Por Am¨¦rica se extienden como una mancha los evang¨¦licos¡ ?cuyos pastores pueden casarse!
¡°Pues bien, Reverendo Padre¡ En esas estaba, llegando al meollo mismo de la carta, cuando se ha despertado Chuky, el mu?eco diab¨®lico que vive en m¨ª. Porque no es cierto que ¡®dentro de cada uno de nosotros habita un ni?o al que tenemos que cuidar¡¯, como suele decirse. No, lo que habita dentro de cada uno es un mu?eco diab¨®lico. El m¨ªo se llama Chuky, se parece de cara al pol¨ªtico Monedero, y viste levita verde y plastr¨®n¡±.
¡ªMira ¡ªme ha dicho Chuky con su t¨ªpico tono desagradablemente agudo y agresivo¡ª, rompe esa carta que no tiene ni pies ni cabeza pues en dogm¨¢tica y de doctrina nunca podr¨¢s discutir con el Papa, y escribe lo que te voy a dictar. ?Listo? Apunta: ¡°?Francisco, despierta!¡±.
¡ªHombre ¡ªhe protestado¡ª, me parece un poco irreverente¡
¡ªT¨² escribe lo que yo te digo: ¡°?Francisco, despierta, los templos, los seminarios, los conventos y santuarios est¨¢n vac¨ªos! ?De los signos de la Iglesia s¨®lo se acuerdan la petarda de Madonna y los modistas de la gala Met 2018 que cubren a sus modelos con tiaras obispales sacr¨ªlegas y les cuelgan de las orejas y entre los senos crucifijos de diamantes!¡ ?Francisco! La tarea de salvar a la Iglesia te estaba reservada a ti, y ya tardas. Llegaste muy animoso al trono de san Pedro pero est¨¢ visto que el Vaticano, la edad y los reiterados esc¨¢ndalos de pederastia est¨¢n menguando tus fuerzas y tu voluntad. Como no tomes medidas contundentes pasar¨¢s a la historia como ¡®el que apag¨® la luz¡±.
Ten una papisa, como recomienda Jodorowsky. Te har¨¢ mucho bien compartir con ella penas y alegr¨ªas?
¡ª?Hombre, Chuky, esto es muy fuerte! ?Un respeto, por favor, que es el Papa!
¡ªT¨² calla y apunta: ¡°Precisamente en esta ¨¦poca nihilista en que tanta gente desorientada busca sentido y meta para sus vidas, esta crisis de la bimilenaria instituci¨®n tiene una soluci¨®n muy sencilla: acabar de una vez con el voto de castidad¡±.
¡°Ver¨¢s c¨®mo las vocaciones se multiplican a la en¨¦sima potencia. Porque si no hubiera que someterse a ese celibato masoquista, y sin alg¨²n otro detalle que habr¨¢ que pulir, la vida religiosa ¡ªdedicada al estudio, la oraci¨®n y la celebraci¨®n de formidables ceremonias rituales, y apartada de esta carrera de ratas que es el mundo¡ª ser¨ªa objetivamente muy atractiva. Te impetro, Francisco: ?publica ya una enc¨ªclica en este sentido y ver¨¢s a la Iglesia resplandecer, de regreso a sus mejores tiempos!¡±.
¡°Mientras asistes pasivo y horrorizado al goteo de esc¨¢ndalos de cl¨¦rigos pederastas, por Am¨¦rica se extienden como una mancha los siniestros evang¨¦licos¡ ?cuyos pastores pueden casarse! Por no hablar de la Cienciolog¨ªa y otras sectas pavorosas. Ahora, este momento hist¨®rico marcado por el feminismo y la conciencia de las mujeres sobre sus derechos, es el momento ideal para que los curas puedan formar familias; y no s¨®lo eso, sino que tambi¨¦n las mujeres puedan profesar el ministerio sacerdotal. ?Qu¨¦ mensaje feminista m¨¢s seductor!¡±.
¡ª?Mujeres celebrando la misa? ?Chuky, eres un visionario!
¡ªNo me adules, que sabes que conmigo eso no sirve de nada. A m¨ª s¨®lo me importa la verdad. Venga, apunta, que estamos acabando: ¡°?Te imaginas el potencial de apostolado que tendr¨ªa esta revoluci¨®n? ?Atr¨¦vete a romper ya con esa tradici¨®n caduca! ?Cu¨¢ntos hombres y mujeres se sentir¨ªan atra¨ªdos de nuevo a la Iglesia! Esto s¨ª que ser¨ªa una religi¨®n del siglo XXI, sin dejar de ser eterna. Y un freno a la expansi¨®n del islam. Porque ?cu¨¢l te parece que ser¨ªa m¨¢s atractiva para las mujeres de todo el mundo, o sea para la mitad de la poblaci¨®n mundial: esta Iglesia que te propongo o esa sumisi¨®n donde la mujer va velada, cuando no amortajada en negro?¡±.
¡ª?Chuky, esto yo no lo escribo! ?Esto es¡ islamofobia!
¡ªBueno, pues b¨®rralo. Y vamos acabando: ¡°T¨² mismo, Francisco, recuerda el G¨¦nesis: ¡®No es bueno que el hombre est¨¦ solo¡¯. Ten una papisa, como recomienda Jodorowsky. Te har¨¢ mucho bien compartir con ella penas y alegr¨ªas, mientras puedes seguir reservando para ti, si quieres, el privilegio exclusivo de la infalibilidad¡±.
¡ª?Basta, esto ya roza la blasfemia!
¡ªDominus noster Christus veritatem se, non consuetudinem nominavit. Cristo no se llama a s¨ª mismo Costumbre, sino Verdad. Por supuesto, habr¨¢s reconocido la cita de Tertuliano en De virginibus velandis.
Es tan arrogante y esnob, el maldito mu?eco, con sus latinajos¡
Ignacio Vidal-Folch es periodista y escritor.
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