Una delegaci¨®n de EE UU se re¨²ne con el jefe de la seguridad siria en Damasco
Washington condiciona su retirada de la guerra siria al acceso al petr¨®leo y la colaboraci¨®n en la lucha antiterrorista
Un alto cargo de EE UU acompa?ado por varios agentes de la CIA se reuni¨® en Damasco a finales de junio con Ali Mamluk, el jefe de inteligencia siria y uno de los hombres fuertes del presidente Bachar el Asad, seg¨²n ha revelado el rotativo liban¨¦s Al Akhbar (cercano al partido milicia liban¨¦s pro-iran¨ª Hezbol¨¢). Dos altos funcionarios de la Inteligencia estadounidense han confirmado posteriormente el encuentro a Reuters. Lo que se debatiera en esa reuni¨®n ¡ªque seg¨²n Al Akhbar dur¨® cuatro horas¡ª puede cambiar el curso de la guerra en Siria. El enviado de Washington habr¨ªa presentado tres condiciones para una retirada completa de los efectivos que mantiene en el pa¨ªs. El jefe de la inteligencia siria habr¨ªa rechazado de pleno la oferta. El encuentro simboliza per se una disposici¨®n al di¨¢logo entre dos ac¨¦rrimos enemigos. Y ello, conforme El Asad se proclama vencedor de una contienda en la que han perdido la vida medio mill¨®n de almas.
A finales de junio, y poco antes de la medianoche, una avioneta privada procedente de los Emiratos ?rabes Unidos aterriz¨® en el aeropuerto internacional de Damasco. A los 40 minutos, un convoy de veh¨ªculos 4x4 con ventanas tintadas escolt¨® a los pasajeros desde el aeroplano hasta las nuevas oficinas del m¨¢ximo jefe de la seguridad siria en la capital, en el barrio de Mezze. Mohammed Dib Zeitun, el jefe de la Direcci¨®n General de Seguridad de Siria, y Muwafaq Asaad, el subjefe de personal de las fuerzas armadas, asistieron a la reuni¨®n sin que se haya revelado la identidad de los participantes estadounidenses.
As¨ª describe el rotativo liban¨¦s el ambiente en el que la delegaci¨®n norteamericana expuso sus condiciones para una retirada de los cerca de 2.000 marines que mantiene desplegados en Siria y el desmantelamiento de sus bases militares, incluida la de Al Tanf, al este del pa¨ªs y en la frontera con Irak. A cambio, EE UU ha pedido el completo repliegue de todas las fuerzas iran¨ªes y afines a Teher¨¢n del sur de Siria retomando la demanda realizada previamente por Israel; garant¨ªas para la participaci¨®n de empresas norteamericanas en la explotaci¨®n de los pozos petrol¨ªferos al este del ?ufrates, y acceso a las bases de datos sirias sobre grupos terroristas y en particular relativas a los yihadistas extranjeros muertos o encarcelados en celdas gubernamentales.
Est¨¢s ser¨ªan las condiciones para la salida de EE UU de una guerra en la que sus cazas lideraron los primeros bombarderos de la coalici¨®n internacional cuatro a?os atr¨¢s en la lucha contra el Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s) en Siria. La negativa de Mamluk habr¨ªa sido tajante, seg¨²n Al Akhbar, y seguida por apelativos de ¡°fuerzas de ocupaci¨®n¡± para referirse a las tropas de EE UU en Siria. Tambi¨¦n ha rehusado toda alteraci¨®n en la alianza de Damasco con Ir¨¢n y Rusia y solicitado que primero se normalicen las relaciones pol¨ªticas entre Washington y Damasco previo paso a un futuro intercambio en el ¨¢mbito de la inteligencia. Si bien ambos pa¨ªses han mantenido el contacto a trav¨¦s de terceros actores como Rusia durante la contienda, Washington se posicion¨® desde el inicio de las protestas que surgieron en marzo de 2011 del lado del bando insurrecto.
Prest¨® apoyo pol¨ªtico y militar a las facciones insurrectas con el objetivo de derrocar al r¨¦gimen de El Asad. Sin embargo, ni Barack Obama ni el actual presidente Donald Trump han optado por lanzar una incursi¨®n terrestre en Siria, optando por recurrir a las facciones kurdas como punta de la lanza en tierra. En 2017, Trump orden¨® el cierre de un programa de ayuda militar dirigido por la CIA a insurgentes. Este in¨¦dito encuentro supondr¨ªa un cambio de 180 grados en la pol¨ªtica estadounidense hacia Siria y refrendar¨ªa los ecos que desde hace meses llegan desde la Casa Blanca para retirar a sus hombres de Siria.
La ¨²ltima colaboraci¨®n en materia de inteligencia entre ambos pa¨ªses se remonta al breve, pero productivo, acercamiento que protagonizaron sus respectivos servicios de inteligencia durante los meses posteriores al 11-S. La coalici¨®n internacional liderada por EE UU asegura haber extirpado al Estado Isl¨¢mico de Siria e Irak y haber matado a la mayor¨ªa de los entre 35.000 y 45.000 yihadistas extranjeros estimados en las filas del defenestrado califato. Un 12% de ellos europeos. Sin embargo, teme el retorno de sus nacionales conforme el grupo terrorista adopta t¨¦cnicas de contrainsurgencia en el este del pa¨ªs, donde varios miles de muyahidines siguen atrincherados.
La noticia del encuentro llega al tiempo que resuenan los tambores de guerra sobre Idlib, la ¨²ltima provincia insurrecta en Siria y mayoritariamente bajo control de la antigua filial de Al Qaeda. ¡°Los sirios filtran ahora el encuentro para dejar en evidencia a EE UU y crear un ambiente favorable entre la opini¨®n p¨²blica dom¨¦stica para lanzar una ofensiva sobre Idlib¡±, valora una fuente militar en Beirut. "Espero que nuestros socios occidentales no van a favorecer las provocaciones, no van a obstaculizar la operaci¨®n antiterrorista [en Idlib]¡±, afirm¨® por su parte este mi¨¦rcoles el ministro ruso de Exteriores, Sergu¨¦i Lavrov, durante una conferencia de prensa con su hom¨®logo saud¨ª, Adel al Jubeir.
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