El partido de las FARC cumple un a?o en pol¨ªtica fracturado y desactivado
La antigua guerrilla advierte a sus bases de que quien se aparte de sus directrices perder¨¢ el apoyo de la formaci¨®n
Fracturada, pol¨ªticamente desactivada y aislada. La antigua guerrilla de las FARC dej¨® las armas hace un a?o y ya se sienta en el Congreso colombiano con 10 esca?os garantizados por los acuerdos de paz, pero el partido nacido del grupo insurgente m¨¢s antiguo de Am¨¦rica acaba de cumplir su primer aniversario en medio de una profunda crisis. La cadena de errores estrat¨¦gicos y el rechazo social tras m¨¢s de medio siglo de conflicto armado han complicado su adaptaci¨®n a las reglas de juego de la democracia, a lo que se suma el descontento de las bases por los retrasos en la aplicaci¨®n de lo pactado en La Habana.
La Fuerza Alternativa Revolucionaria del Com¨²n irrumpi¨® en el tablero pol¨ªtico a principios de septiembre de 2017 sin renunciar a sus siglas, fiel a su ideario marxista-leninista y con un prop¨®sito que demostraba su desconexi¨®n de la sociedad. "Queremos ser Gobierno o hacer parte de ¨¦l", proclam¨® entonces en la plaza Bol¨ªvar de Bogot¨¢ su m¨¢ximo l¨ªder, Rodrigo Londo?o, Timochenko. El pasado domingo, la declaraci¨®n del Consejo Nacional de los Comunes, ¨®rgano de direcci¨®n de la formaci¨®n, dibujaba un panorama muy distinto. Entre cr¨ªticas al Ejecutivo de Iv¨¢n Duque, a la Fiscal¨ªa y las autoridades, la FARC admiti¨® algunos de esos problemas internos. "Somos un partido que avanza a pasos gigantes [...] un partido en el que nadie puede obrar por fuera de las directrices de su direcci¨®n nacional. Quien se aparte de estos criterios no puede esperar el apoyo incondicional del partido. Invitamos a quienes en raz¨®n de diversos argumentos se han retirado de sus filas, a regresar a ¨¦l y reforzar la lucha por el completo cumplimiento de lo acordado en La Habana", se lee en el documento.
Aun sin mencionarlo abiertamente, ese texto alude al que en los ¨²ltimos a?os fue el n¨²mero dos de facto de la organizaci¨®n. Luciano Mar¨ªn, Iv¨¢n M¨¢rquez, negociador de los acuerdos, renunci¨® en julio a tomar posesi¨®n como senador. Semanas despu¨¦s, prescindi¨® de sus escoltas y ahora se encuentra en paradero desconocido, al igual que los exl¨ªderes guerrilleros El Paisa, Roma?a y el Zarco, lo que supone una circunstancia preocupante por el efecto que podr¨ªa tener en algunos sectores de las bases. La formaci¨®n tambi¨¦n lanz¨® una advertencia a los grupos disidentes que siguen delinquiendo en algunas zonas rurales, en la pr¨¢ctica unas mafias de narcotraficantes: "Rechazamos de manera enf¨¢tica el uso indebido de nuestros s¨ªmbolos hist¨®ricos [...] por parte de grupos o personas ajenas por completo a nuestro partido. El partido FARC y su militancia nada tienen que ver con ellos ni con ninguna de sus actividades".?
Entre la imagen de la plaza Bol¨ªvar y el c¨®nclave celebrado el pasado fin de semana se ha impuesto la realidad de la Colombia actual. En primer lugar, el casi nulo apoyo de los ciudadanos llev¨® al antiguo grupo insurgente a retirarse de la carrera presidencial. En las elecciones legislativas celebradas en marzo apenas logr¨® 85.000 votos. "La valoraci¨®n electoral, en lo fundamental, fue un desastre. Se dedicaron a las zonas urbanas donde los odian y las zonas rurales las dejaron abandonadas. Hubo una mala estrategia pol¨ªtica, ausencia de dinero y desconocimiento de c¨®mo se hace pol¨ªtica. Ellos sab¨ªan hacer la guerra pero no la pol¨ªtica", opina Ariel ?vila, subdirector de la Fundaci¨®n Paz y Reconciliaci¨®n.
Este analista destaca tambi¨¦n las fracturas internas de la organizaci¨®n, cuya c¨²pula se sent¨® en julio, por primera vez, en el banquillo de la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP). "Tienen unas divisiones profundas, hay varios sectores dentro del partido, el hecho de que Iv¨¢n M¨¢rquez est¨¦ fuera es un golpe grav¨ªsimo. Es normal que los partidos est¨¦n divididos y con pujas internas, pero varios excomandantes no se hablan ni siquiera entre ellos". A esa ruptura interna cabe a?adir un esquema pol¨ªtico que no conecta con los problemas reales de la mayor¨ªa de los colombianos. "Est¨¢n todav¨ªa en la vieja l¨®gica del Partido Comunista, la Casa de los Comunes por ciudades, las c¨¦dulas comunes por barrio. No han podido evolucionar de un Partido Comunista. Nadie dijo que fuera f¨¢cil, de un d¨ªa para otro, pero su entrada a la democracia ha sido muy complicada", resume ?vila.?
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