El exnegociador de las FARC en paradero desconocido critica el desarme de la guerrilla
Iv¨¢n M¨¢rquez acusa por carta al Estado de "traicionar la paz" y afirma: "El acuerdo tuvo una falla estructural, que fue haber firmado, primero, la dejaci¨®n de las armas"
Negoci¨® los acuerdos de paz con el Estado colombiano. Fue el n¨²mero dos de las FARC y su figura p¨²blica m¨¢s relevante junto con Rodrigo Londo?o, Timochenko. Hoy Iv¨¢n M¨¢rquez, en paradero desconocido desde agosto, se arrepiente del paso m¨¢s trascendental de ese proceso, el abandono de las armas, y critica los t¨¦rminos del desarme. En una carta, suscrita tambi¨¦n por otro excomandante de la antigua guerrilla, ?scar Montero, El Paisa, acusa a las autoridades de "traicionar" lo pactado y demuestra haberse alejado de la disciplina del partido pol¨ªtico nacido de la organizaci¨®n insurgente, la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Com¨²n.
"El acuerdo tuvo una falla estructural que pesa como pir¨¢mide egipcia que fue haber firmado, primero, la dejaci¨®n de las armas, sin haber acordado antes los t¨¦rminos de la reincorporaci¨®n econ¨®mica y social de los guerrilleros", se lee en la misiva, remitida el pasado 22 de septiembre a la Comisi¨®n de Paz del Senado y conocida ahora.? "Ingenuamente cre¨ªmos en la palabra y la buena fe del Gobierno, a pesar de que Manuel Marulanda V¨¦lez [Tirofijo, cofundador de las FARC] siempre nos hab¨ªa advertido de que las armas eran la ¨²nica garant¨ªa segura de cumplimiento de los eventuales acuerdos".?
M¨¢rquez, que renunci¨® a asumir su acta de senador a pesar de que los acuerdos garantizan a la formaci¨®n 10 esca?os durante dos legislaturas, mezcla algunas acusaciones concretas con soflamas gen¨¦ricas. Rechaza la detenci¨®n del excomandante de Jes¨²s Santrich, a la espera de extradici¨®n a Estados Unidos por un delito de narcotr¨¢fico. Afirma que el proceso "fue destrozado por depredadores sin alma", aunque dice mantener su compromiso con la paz. Ataca al expresidente Juan Manuel Santos. Trata incluso de hacer propia la causa de los defensores de los derechos humanos y l¨ªderes sociales, v¨ªctimas de un goteo de asesinatos sobre todo en las zonas rurales donde el Estado a¨²n no ha logrado imponerse. Pero sus palabras sobre el desarme son el reflejo m¨¢s preocupante del camino que, al menos por el momento, ha decidido emprender.
A finales de junio de 2017, la guerrilla m¨¢s antigua de Am¨¦rica escenific¨® su adi¨®s a las armas despu¨¦s de m¨¢s de medio siglo de conflicto, 220.000 muertos y seis millones de desplazados. Ese fue el aspecto m¨¢s delicado de la negociaci¨®n, tambi¨¦n en el plano psicol¨®gico. En el horror de la guerra el fusil encarnaba para muchos combatientes, que a menudo hab¨ªan nacido dentro de la organizaci¨®n y no conoc¨ªan otra realidad, una suerte de se?a de identidad. La noche del 27 de junio, en el campamento de Mesetas, en el centro de Colombia, se respiraba un clima de expectaci¨®n y cambio de ¨¦poca.?
M¨¢s de un a?o despu¨¦s, las FARC son un partido pol¨ªtico, han entrado en las instituciones, cerca de 13.000 exguerrilleros han comenzado su reinserci¨®n en la sociedad. La aplicaci¨®n de los acuerdos ha estado rodeada de obst¨¢culos, retrasos, hay grupos disidentes que se han convertido en mafias de narcotraficantes a secas. Con todo, el nuevo mandatario, Iv¨¢n Duque, asegura que est¨¢ comprometido con el proceso de paz, aunque a medio plazo planea algunas modificaciones.
El Gobierno record¨® el martes a M¨¢rquez, cuyo verdadero nombre es Luciano Mar¨ªn, y a El Paisa, que ambos "est¨¢n en deuda con la Justicia Especial para la Paz (JEP), que pregunt¨® sobre su compromiso o no de continuar con los acuerdos". As¨ª se pronunci¨® el Alto Comisionado Miguel Ceballos. "Si bien ellos dan un primer testimonio de querer continuar con el proceso, es muy importante que le contesten al juez natural que es la JEP", continu¨® en referencia al tribunal encargado de juzgar los cr¨ªmenes del conflicto armado. "Ya hay ocho de ellos posesionados en el Congreso, y esas personas representan a un partido pol¨ªtico, que merece el respeto de sus propios miembros, en este caso de Iv¨¢n M¨¢rquez y alias El paisa, quienes no manifiestan si van a seguir haciendo parte de ese partido". ?
La direcci¨®n de la FARC manifest¨® que "en la carta se expresan opiniones personales leg¨ªtimas, con las que se puede o no estar de acuerdo" y rechaza "la matriz de opini¨®n sobre su presunta salida del acuerdo". El partido, no obstante, se desmarca de la carta y se?ala que la implementaci¨®n de los acuerdos est¨¢ marcada por ¡°avances indiscutibles, alteraciones sustanciales e incumplimientos manifiestos¡±. "No son posibles a¨²n", considera la formaci¨®n, "dict¨¢menes definitivos a la luz de los balances sobre los resultados arrojados por la fase de implementaci¨®n temprana; hay espacio pol¨ªtico y tiempo hist¨®rico para continuar la brega por la materializaci¨®n efectiva de lo acordado¡±.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.