Es cultura
Es lamentable que durante los atribulados meses de las campa?as pol¨ªticas el tema que menos se mencion¨® fue precisamente el basti¨®n de la cultura mexicana
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Algo anda mal cuando un individuo o colectivo cualquiera transpira improvisaci¨®n o abierta ignorancia y desprecio hacia eso que se llama Cultura. La curiosa etimolog¨ªa de la palabra se?ala que su origen viene del cultivo como cosecha y tambi¨¦n como cuidado de las reses, y quiz¨¢ por ello haya tanto buey que se le enredan y confunden las librer¨ªas con bibliotecas, la artesan¨ªa con las bellas artes y la bolita que me sube y me baja.
Es lamentable que durante los sangrientos y atribulados meses de las campa?as pol¨ªticas el tema que menos se mencion¨® fue precisamente el basti¨®n de la cultura mexicana que tanto provecho y promesa destila en todos sus ¨¢mbitos; bien visto, lo ¨²nico que nos salva ¨Csea en la cuarta transformaci¨®n o en la en¨¦sima voluntad por salir de acomodos de quinta¡ªes precisamente la cultura, nuestros museos, la orquesta y el arte allende Frida, as¨ª como las costumbres, el habla y la maravillosa historia que nos antecede por siglos. Es dif¨ªcil que lo entiendan los improvisados pol¨ªticos que deciden conceder espacios de poder a la nube evang¨¦lica o asignarle tareas maternales a una otrora agente de la prostituci¨®n organizada, tanto como la oprobiosa verg¨¹enza de de alas de Samotracia a un palad¨ªn del postureo, otrora teibolero s¨®lo para mujeres que en realidad no parece haber le¨ªdo ni la caja de sus cereales. Con todo, el tema de fondo es el desd¨¦n con el que pol¨ªticos de diverso giro ideol¨®gico han contaminado a M¨¦xico y no pocas partes del mundo con la oprobiosa man¨ªa de desde?ar la cultura, abonar a la amnesia a contrapelo de la memoria hist¨®rica y someter los libres vuelos de la imaginaci¨®n y la literatura a las cuadr¨ªculas del mercado.
Dicen que cuando se le propuso a Churchill la necesidad de recortar el presupuesto de cultura para mejor enfrentar la amenaza de invasi¨®n nazi, respondi¨®: ¡°?entonces, para qu¨¦ peleamos?¡±. El astuto pol¨ªtico del puro declar¨® despu¨¦s del Blitzgrieg que Inglaterra hab¨ªa salido con la frente en alto y sobrevivido los ataque de Hitler precisamente porque no cerraron los teatros en Charing Cross Road durante los bombardeos, as¨ª como en el Madrid del No pasar¨¢n se siguieron representando cupl¨¦s, zarzuelas, teatro y lecturas de poes¨ªa durante los nefastos bombardeos fascistas.
Quien no entiende que la mejor cara de M¨¦xico y su mejor horizonte de futuro descansa precisamente en fertilizar la educaci¨®n y la cultura no s¨®lo de millones de ni?os en las escuelas, sino de millones de ciudadanos en las calles y carreteras, paisajes, monta?as e incluso mazmorras, peca del insalvable defecto de considerar que hemos de engrandecer las arcas con ut¨®picos proyectos fiduciarios que en realidad no derramar¨ªan su beneficio de no fertilizar debidamente la conciencia de lo que realmente somos, la digesti¨®n de lo que hemos sido y la convencida esperanza de que de veras podemos ser mejores¡ si tan s¨®lo dej¨¢ramos de caer en resbalones y gazapos de p¨¦sima cultura: hablo de empoderar a ignorantes, improvisar mandos, exagerar el despilfarro de las bodas y quince a?os con reposter¨ªa vergonzosa y suponer que un bailar¨ªn de pacotilla sabe distinguir entre las artesan¨ªas que se colocan en el piso y las esculturas que merecen pedestal, entre los libros de autoayuda y la gran literatura, las rolas de Garibaldi y la m¨²sica de Agust¨ªn Lara o el en¨¦simo Huapango de Moncayo.
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