El puente que cruza el r¨ªo Suchiate, un gigantesco albergue entre M¨¦xico y Guatemala
M¨¦xico, Guatemala y Honduras preparan un plan de asistencia humanitaria para los inmigrantes
El puente fronterizo Rodolfo Robles se ha convertido en un campo de refugiados. ¡°Ha sido una noche dura, hizo mucho fr¨ªo, pero espero que ya pronto nos dejen pasar¡±, dice Alba Soriana, de 26 a?os, mientras se acerca a una camioneta para recibir agua y comida a primera hora del s¨¢bado. Los voluntarios guatemaltecos sirven tortillas de ma¨ªz, frijoles y arroz en peque?os platos de unicel. El grueso de la caravana de migrantes hondure?os durmi¨® sobre el pavimento, en casas de campa?a improvisadas, recostados en s¨¢banas y cobijas que los resguardan de la lluvia por la noche y del intenso sol por la ma?ana.
El paso fronterizo, uno de los dos que conectan a Tec¨²n Um¨¢n con Ciudad Hidalgo en M¨¦xico, est¨¢ completamente colapsado. Es un barrio que respira el ambiente de la caravana: los ni?os juegan al f¨²tbol, los beb¨¦s gatean entre las lonas de pl¨¢stico y los adultos matan el tiempo bajo la casa que han erigido junto a un letrero de migraci¨®n. Se venden cigarros, agua, paletas de hielo. El calor y la humedad sobre el r¨ªo Suchiate han arreciado y son sofocantes. Los inmigrantes han organizado tres cordones de paso para controlar el flujo hacia la aduana de M¨¦xico. Y aunque las solicitudes de refugio y de tr¨¢nsito avanzan a paso lento, la desesperaci¨®n es palpable. ¡°No vemos resultados¡±, reclama Lobo Hern¨¢ndez, mientras custodia uno de los cercos.
¡°Tenemos que estar al tiro [atentos], porque la gente sigue llegando, la gente tiene miedo, no quieren que les pase nada a sus ni?os¡±, explica Germ¨¢n Pav¨®n, de 30 a?os, poco despu¨¦s de recibir la llamada de dos primos y de otros amigos m¨¢s que ya cruzaron hacia Guatemala y que ya se enfilan hacia M¨¦xico. Las cifras de migrantes hondure?os y centroamericanos que se suman a la caravana fluct¨²an entre las 4.000 y 10.000 personas.
Los presidentes de Guatemala, Jimmy Morales, y Honduras, Juan Orlando Hern¨¢ndez han hablando este s¨¢bado por tel¨¦fono con el presidente mexicano, Enrique Pe?a Nieto, para definir un plan para ¡°asistencia humanitaria y retorno ordenado¡± de los inmigrantes, seg¨²n ha informado el Gobierno guatemalteco a trav¨¦s de Twitter. La noche del viernes, Pe?a Nieto ha advertido de que los centroamericanos que deseen cruzar la frontera hacia M¨¦xico solo podr¨¢n hacerlo si cuentan con un visado. ¡°Buscamos que en todo momento la migraci¨®n sea segura, regular y ordenada. Toda persona que desee ingresar a territorio nacional podr¨¢ hacerlo siempre y cuando cuente con documentos de viaje y una visa concedida por M¨¦xico¡±, dijo en un mensaje en la televisi¨®n. Pe?a Nieto conden¨® el intento de algunos inmigrantes de llegar a M¨¦xico por la fuerza, durante la tarde del viernes, cuando se enfrentaron a 400 polic¨ªas federales que el Gobierno mexicano envi¨® para reforzar la seguridad en la frontera.
Pese al blindaje en los cruces fronterizos, algunos hondure?os han logrado llegar a M¨¦xico, donde ya se han instalado algunos albergues. ¡°Nunca pensamos que M¨¦xico iba a ser as¨ª, que las autoridades iban a reaccionar de esa forma¡±, lamenta Jocelyn Hern¨¢ndez, de 27 a?os, que pas¨® la noche en el parque principal de Ciudad Hidalgo. Ya no tiene ropa ni dinero, solo carga una peque?a mochila con agua y medicinas, y una bolsa con juguetes de su hijo. ¡°Soy mam¨¢ soltera y como mujer viajar sola no es una opci¨®n, hay muchos peligros¡±, explica. Se ha habilitado un albergue en un peque?o auditorio aleda?o, aunque la mayor¨ªa ha dormido a la intemperie. ¡°Si no cruz¨¢bamos en balsa, nos qued¨¢bamos en Guatemala toda la vida, vamos a esperar a otros que sigan pasando y seguiremos hacia Tapachula (a 50 kil¨®metros)¡±, dice ?scar Flores, de 35 a?os, que viaja con sus dos hijos desde el departamento de Yoro. ¡°Ya me comuniqu¨¦ con mi familia, me piden que tenga cuidado, tienen miedo de que me deporten y haya represalias¡±, agrega preocupado.
Autobuses para el regreso a Centroam¨¦rica
¡°Ya fue suficiente, prefiero no arriesgar m¨¢s¡±, comenta resignado Juan S¨¢nchez, de 33 a?os, a bordo de un autob¨²s color verde olivo, que el Ej¨¦rcito guatemalteco ha dispuesto para organizar el retorno a Honduras de quienes desisten. En las filas traseras se extiende una treintena de caras largas y miradas perdidas. Entre la noche del viernes y la ma?ana del s¨¢bado han partido 10 autobuses de la Polic¨ªa Nacional y otro m¨¢s del Ej¨¦rcito. ¡°Son grupos de 20, 30 hasta 40 personas, dependiendo de si vienen ni?os¡±, explica ?rick Cerme?o, uno de los encargados de la oficina de migraci¨®n. Los veh¨ªculos salen a Agua Caliente, en el l¨ªmite entre Honduras y Guatemala, a 12 horas de la frontera norte. Se esperan al menos cinco autobuses m¨¢s, pero a¨²n no hay un dato exacto de cu¨¢ntos saldr¨¢n, explica Cerme?o.
El presidente guatemalteco, Jimmy Morales, ha confirmado que hasta Guatemala han llegado entre 5.000 y 5.400 hondure?os para sumarse a la caravana, pero que en las ¨²ltimas horas al menos 2.000 han regresado a su pa¨ªs a bordo de los autobuses. "Nosotros no podemos exigirle una visa a un ciudadano hondure?o, ni a ning¨²n ciudadano de otro pa¨ªs centroamericano", dijo.?
¡°All¨¢ est¨¢n los buses para los que ya se cansaron, aqu¨ª nos quedamos los que seguimos so?ando¡±, afirma Carlos Beras, de 27 a?os, enfundado en una camiseta con las barras y las estrellas de la bandera estadounidense. ¡°La compr¨¦ en Honduras y no lo hice por casualidad, es mi forma de decir que ya estoy llegando, que lo voy a lograr¡±, dice esperanzado Beras, en el medio de una caravana dividida entre dos naciones.
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