Un PT marchito transita hacia la oposici¨®n
La agrupaci¨®n digiere sus peores resultados electorales en d¨¦cadas entre incertezas sobre su futuro y sin un l¨ªder claro
Hab¨ªa 100 personas, no m¨¢s, esperando en el Pestana, un hotel de tres estrellas al sur de S?o Paulo, el discurso de Fernando Haddad despu¨¦s de que este perdiese las presidenciales. ?l encaj¨® la derrota con un discurso fr¨ªo, pidiendo respeto al juego democr¨¢tico. No felicit¨® a su rival: solo le mand¨® un templado tuit a las nueve de la ma?ana del lunes. Horas despu¨¦s, fue visto volviendo a su puesto en la universidad.
Las conversaciones eran en voz baja, cosa rara en un pa¨ªs tan ruidoso como Brasil, mientras la televisi¨®n mostraba los resultados una y otra vez. 47 millones de votos para Haddad, 57,8 para Bolsonaro. El n¨²cleo duro del Partido de los Trabajadores (PT), esperaba en el vest¨ªbulo el primer discurso de derrota electoral que saldr¨ªa de su agrupaci¨®n en 15 a?os, cuando llegaron al gobierno, del cual solo se apearon con el impeachment de Dilma Rousseff en 2016. Estos comicios supondr¨ªan o su regreso triunfal o el ¨²ltimo clavo en el ata¨²d de aquel proyecto de poder. Result¨® ser lo segundo. Ahora, Haddad en mangas de camisa, sal¨ªa a rematar la decepci¨®n.
¡°En los ¨²ltimos d¨ªas he visto a muchas personas con miedo y muy angustiadas¡±, afirm¨®. ¡°No tengan miedo. Estaremos aqu¨ª, cogidos de la mano. Estaremos juntos. Cuenten con nosotros. Valor, la vida est¨¢ hecha de valor. Viva Brasil¡±. A¨²n no hab¨ªa llamado al ganador para felicitarle, como es costumbre en las elecciones. Nunca lo hizo. Le dedic¨® un tuit al d¨ªa siguiente, a las 9.36 de la ma?ana: ¡°Presidente Bolsonaro. Le deseo ¨¦xito. Nuestro pa¨ªs merece lo mejor. Le mando este mensaje, hoy, sin rencor, con sinceridad, para que estimule lo mejor de nosotros. Mucha suerte!¡±. Se le hab¨ªan adelantado, entre muchos, los l¨ªderes latinoamericanos, Macron y Trump.
El PT ha vuelto a la oposici¨®n, y lo ha hecho con unos datos desoladores: ni ante un rival tan violentamente autoritario como Bolsonaro, ni con la amenaza que este representa a los valores democr¨¢ticos brasile?os, han conseguido motivar a m¨¢s del 44% de los votantes. Once millones de brasile?os (el 9,5% del electorado) prefirieron votar en blanco o nulo antes que darles su voto y 31 millones (el 21,30%) se abstuvieron. Eso a pesar de que intelectuales, artistas y pol¨ªticos de todo el mundo rogaron que hasta los antipetistas m¨¢s ac¨¦rrimos hicieran el esfuerzo de votar a PT para frenar el auge de la ultraderecha. Al final, fue un r¨¦cord de abstenci¨®n en la historia reciente de Brasil (si bien parecido a 2014, cuando se abstuvieron 27 millones de personas). Esa apat¨ªa forma hoy parte del fracaso del que fue el mayor partido de izquierdas de Am¨¦rica Latina.
Presidente Jair Bolsonaro. Desejo-lhe sucesso. Nosso pa¨ªs merece o melhor. Escrevo essa mensagem, hoje, de cora??o leve, com sinceridade, para que ela estimule o melhor de todos n¨®s. Boa sorte!
— Fernando Haddad (@Haddad_Fernando) October 29, 2018
Ahora se enfrentan a un mar de incertezas. Ser¨¢n el partido l¨ªder en la oposici¨®n, porque se mantienen con mayor¨ªa num¨¦rica en el Congreso: aventajan en cuatro a los 52 diputados del Partido Social Liberal de Bolsonaro. Pero no est¨¢ claro qui¨¦n ser¨¢ ahora el l¨ªder del PT. Su emblem¨¢tico fundador, Lula da Silva, est¨¢ en la c¨¢rcel por corrupci¨®n; Haddad le sustituy¨® a ¨²ltima hora como candidato en los comicios solo porque otros barones se negaron a hacerlo.
Pero mantenerse al frente del PT a medio plazo presenta otro tipo de problemas. Tendr¨ªa que convencer a las muchas vertientes radicales de la agrupaci¨®n, las que est¨¢n enraizadas en los sindicatos y fomentan la adoraci¨®n m¨¢s oracular a Lula, que ven a Haddad como un catedr¨¢tico blando y desconectado. Alguien a quien apoyar por la coyuntura electoral pero que si quiere liderarles ahora ¡ªy Haddad no ha dado muestras claras de ello¡ª tendr¨¢ que demostrar m¨¢s compromiso con la l¨ªnea dura. De momento, el hoy excandidato fue visto el lunes retornando a su puesto como profesor de administraci¨®n y gesti¨®n p¨²blica de la universidad privada Insper.
Luego hay un problema a¨²n mayor: recuperar la confianza del votante perdido. ¡°Vamos a continuar reconectando con las bases y con los pobres¡±, prometi¨® Haddad en aquel l¨¢nguido vest¨ªbulo de hotel. Fue lo m¨¢s parecido a un ejercicio de autocr¨ªtica que sali¨® de su discurso. Muchos de sus exvotantes son ahora de Bolsonaro, sobre todo los pobres que viven a las afueras de las grandes ciudades. Ellos fueron los que mantuvieron al PT en sus inicios, y tambi¨¦n fueron los primeros que el PT abandon¨® en cuanto los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, junto con su p¨¦sima gesti¨®n econ¨®mica, les obligaron aliarse con otros intereses para mantener el poder.
Haddad estuvo arropado en el hotel de los pesos pesados del PT. Una compa?¨ªa de l¨ªderes de proyectos que, ya antes de la derrota, daban la imagen de un partido en decadencia. Estaba la expresidenta Dilma Rousseff, que tras sufrir el impeachment, en estas elecciones se hab¨ªa presentado candidata al Senado y hab¨ªa perdido. Gleisi Hoffman, la presidenta del partido que, seg¨²n varios militantes, prefer¨ªa no haber reemplazado a Lula por Haddad, pudiendo recurrir las sentencias que imped¨ªan al expresidente presentarse desde la c¨¢rcel. Y estaba Jilmar Tatto, quien tambi¨¦n perdi¨® las elecciones al Senado y quien dijo: ¡°Vamos a continuar luchando por sacar a Lula de la c¨¢rcel, porque est¨¢ preso y condenado injustamente¡±. Para ¨¦l al menos, el futuro del PT contin¨²a anclado en el pasado del PT.
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