C¨®mo las teor¨ªas de la conspiraci¨®n sobre Soros se han convertido en un fen¨®meno global

Bastaba una palabra para que el comentario corriera como la p¨®lvora por Twitter a un mes de las legislativas en Estados Unidos: Soros. Los mensajes enlazaban a un art¨ªculo del The Washington Post sobre la caravana de inmigrantes de Honduras pero pod¨ªan encontrarse parecidos ya en marzo con el hashtag #GeorgeSoros. Las historias que circulan por las redes sobre el magnate de origen h¨²ngaro no tienen precedentes. Cuentas como las de LorettadeProle, WhoWolfe, LibertyBell100, OneNewsNow, WorldNetDaily o?[your]NEWS alimentan esta vor¨¢gine de habladur¨ªas que le se?alan como el ogro que orquesta la ¡°fuerza invasora¡±.

Siguiendo el rastro de los tuits hay otros usuarios que presentan al octogenario como un antiguo colaborador nazi para decir que est¨¢ detr¨¢s de la protesta de Colin Kaepernick, el jugador de f¨²tbol americano que se arrodill¨® al tocar el himno en 2017, o que financia las manifestaciones contra Donald Trump. Los mensajes, potenciados por el altavoz de los comentaristas de Fox News y el propio presidente, le dibujan como una fuerza diab¨®lica que alimenta las causas de tinte progresista.

El dirigente republicano lleg¨® a tuitear sin aportar pruebas que las mujeres que plantaron a los senadores en la reciente y controvertida nominaci¨®n de Brett Kavanaugh como juez del Tribunal Supremo estaban ¡°pagadas por Soros¡±. Estas habladur¨ªas, amplificadas por congresistas como los republicanos Louie Gohmert o Matt Gaetz, llev¨® a Cesar Sayoc a incluirlo en la lista de receptores de sus cartas bomba durante la pasada campa?a electoral. Algo similar sucedi¨® con Robert Bowers, el autor de la matanza en una sinagoga en Pittsburgh, que asegur¨® que el fil¨¢ntropo jud¨ªo era uno de los que apoyaba la caravana centroamericana de inmigrantes que se dirige a Estados Unidos.

En Facebook, durante los ¨²ltimos d¨ªas han circulado comentarios de grupos considerados pro-Trump que suger¨ªan que George Soros deb¨ªa ser clasificado como un terrorista. Las redes sociales convirtieron as¨ª la enrarecida brisa que corr¨ªa por las esquinas m¨¢s oscuras de Internet en un verdadero hurac¨¢n. Bastaron solo cinco d¨ªas para que la manipulaci¨®n alcanzara a buena parte de la opini¨®n p¨²blica.

Y todo esto toma cuerpo, adem¨¢s, coincidiendo con un incremento de mensajes antisemitas por Europa y EE UU. Ser superviviente del Holocausto no ha eximido a Soros de ser objetivo de comentarios que le acusan de haber dado la espalda a los jud¨ªos cuando era adolescente, para as¨ª poder escapar hacia Reino Unido (nacido con el nombre de Gy?rgy Schwartz en Budapest, en agosto de 1930, el mismo Soros ha contado que su familia false¨® su identidad para evitar los campos de concentraci¨®n).

?Por qu¨¦ toda esta furia concentrada en una sola persona? La voracidad especuladora que permiti¨® a Soros amasar una fortuna familiar valorada en 25.000 millones de d¨®lares le ha situado en el centro de todo tipo de teor¨ªas conspiratorias. Aprovech¨® momentos de m¨¢xima tensi¨®n en los mercados como oportunidad. As¨ª se hizo mundialmente conocido por poner de rodillas al Banco de Inglaterra, con su ataque contra la libra esterlina en 1992. Tambi¨¦n se le atribuye haber alimentado la crisis financiera que castig¨® cinco a?os despu¨¦s a Asia.

Especulador y fil¨¢ntropo

Por su manera de explotar el gran casino del capitalismo, el fundador del Quantum Fund est¨¢ considerado como el segundo mejor gestor de todos los tiempos en Wall Street. Pero tambi¨¦n ha cultivado un lado filantr¨®pico. Su papel como mecenas empez¨® en 1979 con la creaci¨®n de la organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro Open Society Foundations, cuya primera acci¨®n fue dar becas a estudiantes negros en Sud¨¢frica. Soros canaliz¨® cientos de millones a campa?as de la oposici¨®n contra dictadores y aut¨®cratas de ?frica, Asia y Europa del Este. Tambi¨¦n se comprometi¨® a apoyar programas que ayudan a personas como ¨¦l que tuvieron que escapar de la opresi¨®n.

Su activismo le puso as¨ª en la diana de muchos conservadores por todo el mundo. Durante los noventa empez¨® a actuar tambi¨¦n en EE UU, donde sus acciones en defensa del aborto, de la legalizaci¨®n de la marihuana para uso medicinal, el matrimonio gay o de las pol¨ªticas contra el cambio clim¨¢tico le han granjeado m¨¢s de un enemigo. Sus posiciones pol¨ªticas, abiertamente contrarias a George W. Bush y Donald Trump, y su apoyo a la campa?a de Hillary Clinton tampoco le han reportado muchas amistades.

La fundaci¨®n Open Society niega que George Soros tenga cualquier conexi¨®n con la caravana hondure?a. Es m¨¢s, recuerdan que el activista y fil¨¢ntropo es partidario de reducir la inmigraci¨®n ilegal reforzando las fronteras externas y estableciendo cuotas anuales de refugiados, algo que expres¨® en algunos art¨ªculos de opini¨®n durante la crisis migratoria europea. ¡°La ret¨®rica de odio que domina la pol¨ªtica alimenta el extremismo y la violencia¡±, responden desde la fundaci¨®n. Su presidente, Patrick Gaspard, asegura que George Soros se ofreci¨® ir a Fox News para rebatir estas acusaciones. Se lo negaron. ¡°Es desmoralizante pero no paralizante¡±, asegura.

En Europa, tambi¨¦n se ha acusado a Soros de estar detr¨¢s de la llegada de inmigrantes. ¡°?l es uno de los ejemplos m¨¢s fuertes de aquellos que apoyan todo lo que debilita los Estados naci¨®n¡±, dijo el primer ministro h¨²ngaro, V¨ªktor Orb¨¢n, en una entrevista radiof¨®nica en 2015. ¡°Estos activistas que apoyan a los inmigrantes inadvertidamente se convierten en parte de las redes que trafican con seres humanos¡±. El Gobierno de Budapest, y su deriva autoritaria, le han convertido en uno de los grandes males del pa¨ªs porque, aseguran, quiere intervenir en la pol¨ªtica interna.

Utop¨ªa liberal

Orb¨¢n le ha acusado de querer ¡°musulmanizar¡± Europa con su utop¨ªa liberal. Incluso su Gobierno promovi¨® una campa?a oficial en la que Soros aparec¨ªa en montajes fotogr¨¢ficos como ¡°amigo¡± de los pol¨ªticos de la oposici¨®n. Adem¨¢s, el cambio de una ley ha forzado a la Central European University, un prestigioso centro financiado por Soros en Budapest, a trasladar buena parte de los estudios a Viena. En Rusia, su fundaci¨®n fue expulsada en 2015 tras ser clasificada como ¡°indeseable¡±.

Lo cierto es que Soros est¨¢ acostumbrado a las conspiraciones. Internet est¨¢ repleto de entradas que aseguran que estuvo detr¨¢s de la primavera ¨¢rabe, de Occupy Wall Street, del Maid¨¢n ucranio ¡­ El locutor de radio estadounidense Alex Jones, uno de los favoritos de Trump, le ha relacionado ¡°con la toma de Occidente por parte de los musulmanes¡±. Pero nunca como ahora, esas conspiraciones han pasado a estar tan en el centro del poder pol¨ªtico.