La Iglesia cat¨®lica argentina renuncia al dinero p¨²blico para financiarse

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Una misa reaviva la tensi¨®n entre el Gobierno de Macri y el papa Francisco

La batalla entre Macri y el Papa se recrudece a cuenta de los salarios de los obispos

La Iglesia cat¨®lica argentina renunciar¨¢ progresivamente a la aportaci¨®n estatal, de 130 millones de pesos anuales (3.5 millones de d¨®lares), y reclamar¨¢ m¨¢s solidaridad econ¨®mica de los fieles para compensar la merma. No se trata de un gran sacrificio, ya que los 130 millones suponen menos del 10% de su presupuesto, pero s¨ª de un gesto cargado de simbolismo: a los obispos se les reproch¨®, durante la reciente batalla legislativa por la legalizaci¨®n del aborto, que cobraran del presupuesto p¨²blico. La renuncia implica m¨¢s independencia frente a un poder pol¨ªtico con en el que, en general, no simpatizan. Y acaba con una prebenda que data de la ¨²ltima dictadura militar.

La renuncia fue anunciada al t¨¦rmino de una reuni¨®n que dur¨® toda la semana y en la que participaron un centenar de obispos en activo y unos cuarenta ya retirados. El contexto de la reuni¨®n episcopal no s¨®lo estuvo marcado, como en anteriores ocasiones, por el hecho de que uno de sus antiguos miembros, Jorge Bergoglio, sea el actual Papa y mantenga una relaci¨®n m¨¢s o menos cercana con el peronismo, la actual oposici¨®n al reformismo conservador de Mauricio Macri. La misa oficiada el mes pasado en Luj¨¢n por el obispo Agust¨ªn Radrizzani, ante una multitud de sindicalistas frontalmente opuestos al Gobierno, aviv¨® todos los recelos.

Hugo Moyano, l¨ªder del sindicato de camioneros y objeto de una investigaci¨®n judicial, se pavone¨® de que la misa multitudinaria no habr¨ªa sido posible sin el respaldo t¨¢cito del papa Francisco. Los portavoces vaticanos hicieron lo posible por ahuyentar cualquier sospecha de partidismo por parte del pont¨ªfice, pero los roces entre el macrismo y Francisco vienen de lejos. La reuni¨®n entre el presidente y el pont¨ªfice, en octubre de 2016, fue g¨¦lida: los rostros de Bergoglio y Macri en la sesi¨®n fotogr¨¢fica reflejaban todo menos cordialidad.

El obispo Radrizzani, en cualquier caso, pronunci¨® durante la misa de Luj¨¢n un serm¨®n claramente contrario a las pol¨ªticas de Macri (habl¨® de los excesos de las finanzas, de las injusticias sociales, de la intolerable preponderancia del dinero sobre el trabajo y de la necesidad de corregir el rumbo) que habr¨ªa encajado con completa coherencia en los labios de cualquier dirigente peronista. El Gobierno no hizo entonces ninguna declaraci¨®n oficial, pero numerosos diputados y, en privado, varios ministros, expresaron su indignaci¨®n. En una situaci¨®n socioecon¨®mica cr¨ªtica, con una inflaci¨®n desbordada, una recesi¨®n de duraci¨®n indeterminada y una fuerte presi¨®n a la baja sobre el poder adquisitivo de los salarios, las cr¨ªticas eclesiales retumbaron con especial fuerza.

Durante la misa con que se abri¨® la reuni¨®n de la Conferencia Episcopal, su presidente, ?scar Ojea, admiti¨® en la homil¨ªa que la jerarqu¨ªa cat¨®lica no estaba exenta de responsabilidad en las tensiones con el gobierno conservador. "Esto nos debe hacer pensar en nuestra propia conversi¨®n personal y pastoral", dijo. Tambi¨¦n se?al¨® que los ¨¢nimos se hab¨ªan enconado desde que el presidente Macri propici¨® un debate parlamentario encaminado a legalizar el aborto, que finalmente encall¨® en el Senado, y dese¨® que los ¨¢nimos se calmaran.

Pero Ojea tambi¨¦n denunci¨® los supuestos "ataques sin precedentes" sufridos en Argentina por el papa Francisco, "desde dentro y desde fuera de la iglesia", y luego lanz¨® de nuevo una carga de profundidad contra Macri: "La crisis social y econ¨®mica que golpea a todo el pueblo argentino va resintiendo la confianza en la dirigencia pol¨ªtica", dijo, "aumentando el mal humor social, el enojo y la intolerancia".