Los controles fronterizos dentro de Schengen se perpet¨²an a pesar de las quejas de Bruselas
El n¨²cleo central de Europa, con Alemania y Francia a la cabeza, prolongan seis meses el blindaje de fronteras por desconfianza hacia los pa¨ªses de la periferia
Los controles fronterizos entre pa¨ªses europeos introducidos de manera temporal a ra¨ªz de la crisis de refugiados en 2015 expiraron este domingo , pero su vigencia se va a prorrogar al menos otros seis meses. La amenaza terrorista y, sobre todo, la desconfianza de los pa¨ªses del centro de Europa hacia los socios que controlan la frontera exterior de la zona Schengen (como Grecia, Italia o Espa?a) amenazan con perpetuar unos candados que convierten en papel mojado los acuerdos sobre el espacio libre de fronteras que entraron en vigor en 1995.
Alemania, Austria, Dinamarca, Suecia y Noruega, cuyos controles expiraban el 11 de noviembre, ya han comunicado por escrito al Consejo Europeo su firme intenci¨®n de mantener el candado al menos hasta mayo de 2019. A ellos se une Francia, que en octubre comunic¨® la prolongaci¨®n de los controles hasta el pr¨®ximo mes de abril.
La Comisi¨®n Europea no oculta su malestar por este resquebrajamiento de la zona Schengen, considerada, junto a la moneda ¨²nica, como uno de los logros m¨¢s tangibles e importantes en los 60 a?os de integraci¨®n del continente. "Un paso atr¨¢s para Europa", ha definido el presidente de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker, la continua pr¨®rroga de los controles desde hace tres a?os.
El organismo comunitario mantiene la presi¨®n sobre los seis pa¨ªses blindados para que sustituyan la petici¨®n sistem¨¢tica de documentaci¨®n en las fronteras por otras medidas de vigilancia y cooperaci¨®n policial menos intrusivas pero igual de eficaces.
Pero las cartas de renovaci¨®n de los controles dejan claro que ninguno de los seis socios ve posibilidad a corto plazo de levantar las barreras. Y las misivas son todo un alegato de quejas y reproches contra los pa¨ªses de la periferia encargados, por su situaci¨®n geogr¨¢fica, de evitar la porosidad del per¨ªmetro fronterizo de Schengen.
Las acusaciones van desde falta de control para evitar los movimientos secundarios (es decir, cuando los emigrantes entran irregularmente por un pa¨ªs perif¨¦rico de la UE y siguen camino sin ser controlados) hasta la constancia de un incremento sustancial en el uso de documentaci¨®n falsificada que pasa desapercibida en las fronteras exteriores (en Bulgaria, pa¨ªs no Schengen, se acaba de descubrir una red de funcionarios que vend¨ªan pasaportes con acceso a la UE por 5.000 euros).
La amenaza yihadista, sobre todo en Francia, tambi¨¦n es esgrimida como motivo para no permitir la libre circulaci¨®n sin trabas. Pero en ciertos casos, como Austria, los pa¨ªses del centro de Europa tambi¨¦n reconocen que la supresi¨®n temporal de Schengen es tan solo una estrategia para garantizarse la posibilidad de devolver a los emigrantes irregulares que lleguen desde el pa¨ªs vecino. Tras el fracaso de la regulaci¨®n de esas devoluciones (conocida como Dubl¨ªn II), que preve¨ªa la devoluci¨®n con acuerdo mutuo, los pa¨ªses del interior prefieren cerrar las fronteras y forzar el retorno al socio por el que ha pasado el inmigrante.
El ministro alem¨¢n de Interior, Horst Seehofer, recuerda en su carta que solo en agosto de este a?o los controles en la frontera con Austria evitaron a entrada en Alemania de m¨¢s de 550 personas que circulaban por Europa de manera irregular. El inevitable efecto domin¨® lleva a Austria a prolongar sus controles con Hungr¨ªa y Eslovenia.
En el extremo norte del continente, se teme la infiltraci¨®n de terroristas islamistas, por lo que mantendr¨¢n los controles, sobre todo en las conexiones por barco hacia Alemania. "En ciertos casos en Europa, los ataques terroristas se planean en un pa¨ªs y se ejecutan en otro", justifica la carta del ministerio dan¨¦s de Inmigraci¨®n que anuncia la prolongaci¨®n de los controles con Alemania.
Los seis pa¨ªses manifiestan su intenci¨®n de aplicar los controles sin entorpecer, siempre que sea posible la fluidez del tr¨¢fico transfronterizo. Y se muestran dispuestos a levantarlos tan pronto como mejore la situaci¨®n porque se declaran fervorosos partidarios de preservar la integridad de la zona Schengen. Pero de momento, lo que empez¨® en 2015 como una decisi¨®n puntual cumplir¨¢ en la primavera de 2019 cuatro a?os. Y Bruselas teme que sean solo los primeros cuatro.
Una excepci¨®n convertida en regla
El c¨®digo fronterizo de Schengen permite, como medida de ¨²ltimo recurso la reintroducci¨®n de controles en momentos puntuales, por razones de seguridad interna. Esa posibilidad se hab¨ªa utilizado entre 2006 y 2014 en 35 ocasiones, casi siempre por un plazo muy limitado (de unos d¨ªas) y por acontecimientos concretos como cumbres internacionales, grandes manifestaciones, actos multitudinarios o competiciones deportivas.
Pero desde 2015, la excepci¨®n (recogida en el art¨ªculo 25 del C¨®digo) se ha esgrimido ya 66 ocasiones y en algunos pa¨ªses se aplica manera concatenada cada seis meses.
Alemania fue el primer pa¨ªs que introdujo los controles a ra¨ªz de la crisis de refugiados en 2015. Despu¨¦s se invoc¨® otro art¨ªculo del C¨®digo (el 29) para permitir que los controles se extendieran a Austria, Dinamarca, Noruega y Suecia como consecuencia de las deficiencias detectadas en la vigilancia de fronteras en Grecia. Y a partir de ah¨ª los socios del centro y norte de Europa han recurrido a ambos art¨ªculos para perpetuar el blindaje, entre los lamentos de la Comisi¨®n Europea y las dudas de algunos analistas sobre la legalidad de las t¨¢cticas utilizadas para justificar la disoluci¨®n de facto de la zona Schengen.
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