La regresi¨®n militarista
Entre los brasile?os las Fuerzas Armadas tienen un prestigio del que no gozan en ninguna otra sociedad de la regi¨®n
T¨ªpico problema de todo outsider. Jair Bolsonaro carece de un partido capaz de proveerle un equipo de Gobierno. Esa carencia lo vuelve m¨¢s dependiente de su lugar original de pertenencia. El cuartel. ?Qu¨¦ rol ejercer¨¢n los militares en el futuro inmediato de Brasil? Es una de las grandes inc¨®gnitas en la misteriosa encrucijada del pa¨ªs.
Entre los brasile?os las Fuerzas Armadas tienen un prestigio del que no gozan en ninguna otra sociedad de la regi¨®n. Los analistas lo atribuyen a que la dictadura instalada en 1964 no tuvo la crueldad de experimentos similares, como el chileno o, sobre todo, el argentino. Tambi¨¦n al dulce recuerdo de la econom¨ªa de esos a?os.
La inseguridad revaloriz¨® a los uniformados. En 2017 hubo en el pa¨ªs 64.000 asesinatos. Y much¨ªsimos votantes cayeron en la peligrosa tentaci¨®n de superar las miserias de la pol¨ªtica recurriendo a una racionalidad ajena a la pol¨ªtica. Existen sondeos en los que el 45% de los consultados dice a?orar un Gobierno de facto. Bolsonaro es una respuesta subliminal a esa fantas¨ªa.
Los militares han sido cruciales en el juego pol¨ªtico de los ¨²ltimos a?os.
Cuando a Dilma Rousseff insinu¨® que convocar¨ªa soldados para reprimir las manifestaciones pidiendo su salida, los comandantes le informaron que no acatar¨ªan esa orden. Hubo otro episodio decisivo. La noche del 3 de abril pasado, horas antes de que el Supremo Tribunal Federal resolviera si se exim¨ªa de prisi¨®n al expresidente y principal candidato del PT, Luiz Lula da Silva, el jefe del Ej¨¦rcito, Eduardo Villas B?as, tuite¨® que su fuerza repudiaba la impunidad. El tribunal mantuvo preso a Lula. El domingo pasado, ante el diario Folha de S?o Paulo, Villas B?as se ufan¨® de ese mensaje. Tambi¨¦n admiti¨® que toc¨® un l¨ªmite.
Entre los colaboradores de Bolsonaro hay militares decisivos. El m¨¢s eminente es el general retirado Ant?nio Mour?o, quien durante la crisis de Rousseff propuso una estrafalaria ¡°intervenci¨®n militar constitucional¡±. M¨¢s importante todav¨ªa es el general Augusto Heleno Ribeiro Pereira, conocido como Heleno, que reemplazar¨¢ en la Secretaria de Seguridad Institucional al general Sergio Etchegoyen, posible embajador en la Argentina.
Villas B?as confes¨® dos temores. Que la reivindicaci¨®n que Bolsonaro y su entorno hacen de la dictadura provoque una reacci¨®n revisionista. Y que la presencia de tantos oficiales en el Gobierno politice los cuarteles.
Villas B?as revel¨® que discuti¨® con Bolsonaro sobre la designaci¨®n del canciller. Quienes m¨¢s suenan son el exembajador Jos¨¦ Alfredo Gra?a Lima, un comercialista, y Fernando de Andrade Serra, embajador en Singapur. Otro diplom¨¢tico en ascenso por su identificaci¨®n con el nuevo presidente es Ernesto Fraga Ara¨²jo, actual encargado de la secci¨®n Am¨¦rica del Norte de la canciller¨ªa. Quiz¨¢ sea el custodio de un v¨ªnculo inquietante: el de Bolsonaro y Donald Trump.
Hay tres campos en los que prevalecer¨¢ el factor militar. Uno es el de la seguridad. El general Heleno Ribeiro fue comandante de las fuerzas de Naciones Unidas para reordenar la desquiciada Hait¨ª. Los criterios y m¨¦todos para operar en esa mega favela ser¨¢n una gu¨ªa controvertida para la gesti¨®n de Bolsonaro.
El otro frente en el que los uniformados se har¨¢n sentir es el econ¨®mico. Villas B?as celebr¨® el nacionalismo que se desat¨® con Bolsonaro. Un problema para el zar de la econom¨ªa, Paulo Guedes. Este ultraliberal podr¨ªa encontrar un l¨ªmite para las privatizaciones y la apertura comercial. Las Fuerzas Armadas controlan un aparato industrial con clientes en la regi¨®n y en Oriente Pr¨®ximo. Por eso no aplauden la decisi¨®n del nuevo presidente de trasladar la Embajada en Israel de Tel Aviv a Jerusal¨¦n. Bolsonaro comenz¨® a relativizar esa idea. Sobre todo despu¨¦s de que los egipcios amenazaran con no comprar m¨¢s carne brasile?a.
Otra prioridad de los militares es la defensa de la soberan¨ªa en la Amazonia. Ellos tienen enormes recelos frente a las organizaciones ambientalistas. ?Bolsonaro podr¨ªa imitar a Vlad¨ªmir Putin y declarar agentes extranjeros a las instituciones que reciban financiamiento internacional? En Brasilia hay quienes se preparan para esa salida.
Son algunos de los numerosos enigmas que rodean al nuevo presidente. Villas B?as dijo algo interesante: Bolsonaro no es percibido como militar por los militares. Exhum¨® su pasado cuartelero cuando advirti¨® que ser¨ªa un capital electoral. Fernando Henrique Cardoso, en declaraciones al diario Clar¨ªn, de Buenos Aires, agreg¨® incertidumbre. Para ¨¦l, Bolsonaro no es un fascista, sino un ejemplar del autoritarismo brasile?o. Tampoco es un pol¨ªtico destacado: ¡°Fui senador, ministro y presidente, y jam¨¢s supe nada de ¨¦l¡±. Cardoso agreg¨®, corrosivo: ¡°No s¨¦ bien qu¨¦ quiere. Creo que tampoco ¨¦l lo sabe¡±
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