De la ¡®traici¨®n¡¯ de Barnier al ¨®rdago de S¨¢nchez
Fue la Abogac¨ªa del Estado la que vio el gol que le hab¨ªan colado a Espa?a, aunque el Gobierno tard¨® varios d¨ªas en reaccionar. El presidente, que al principio aplaudi¨® el acuerdo, jug¨® fuerte y cree haber ganado
El jueves 15 de noviembre, el secretario de Estado para la UE, Marco Aguiriano, comparec¨ªa ante los periodistas y calificaba de ¡°¨¦xito¡± el acuerdo sobre el Brexit entre la UE y Reino Unido. ¡°No puede ser perfecto¡±, reconoc¨ªa el alto cargo de Exteriores responsable de las relaciones con la Uni¨®n, pero todas las peticiones planteadas por Espa?a hab¨ªan sido atendidas, remataba. Desde Guatemala, Pedro S¨¢nchez consideraba ¡°razonable¡± el pacto.
El lunes 19, el jefe de la diplomacia espa?ola, Josep Borrell, amagaba por vez primera en Bruselas con la posibilidad del veto. ?Qu¨¦ pas¨® en esos cinco d¨ªas para un cambio tan dr¨¢stico? Eran 585 p¨¢ginas, y la bomba estaba al final, en el art¨ªculo 184 de 185. Fuentes del Gobierno admiten que les pill¨® por sorpresa. Los expertos espa?oles no buscaban un art¨ªculo nuevo, del que nadie les hab¨ªa avisado. Se hab¨ªan concentrado en comprobar que el protocolo sobre Gibraltar quedaba punto por punto tal como se hab¨ªa pactado a tres bandas con la Comisi¨®n Europea y Londres. Nada que objetar.
Fueron los abogados del Estado, que lo leen todo con mucha calma, quienes se dieron cuenta del problema. Recibieron el texto el 14, y el jueves 15 ya avisaron de que le ve¨ªan un problema importante. Pero el informe definitivo lleg¨® el 18, el domingo, un d¨ªa antes de que Borrell hiciera saltar todas las alarmas. A leer entero el acuerdo, los abogados del Estado vieron que en el 184, que vincula el acuerdo de retirada con la futura relaci¨®n de Reino Unido con la UE, aparec¨ªa una expresi¨®n jur¨ªdicamente problem¨¢tica: ¡°respetando plenamente los respectivos ordenamientos legales¡±. Y resultaba a¨²n m¨¢s inquietante al vincularla con el art¨ªculo 3 del tratado, que incluye a Gibraltar dentro de la expresi¨®n ¡°Reino Unido¡±, a pesar de que el Pe?¨®n no forma parte del mismo, sino que es una colonia brit¨¢nica. La Asesor¨ªa Jur¨ªdica del Ministerio de Exteriores confirmaba la sospecha de que Londres podr¨ªa pactar el futuro estatuto de Gibraltar con la UE sin el visto bueno de Espa?a, tal como se acord¨® en las directrices (guidelines) de la negociaci¨®n del Brexit. Los servicios jur¨ªdicos de la Comisi¨®n lo negaron.
Hab¨ªa un agravante pol¨ªtico. El art¨ªculo 184 no figuraba en los borradores que el equipo negociador del Brexit, dirigido por Michel Barnier, hab¨ªa ido remitiendo a las capitales europeas. Surgi¨® como una seta en el texto definitivo distribuido el mi¨¦rcoles 14. Pero lo que m¨¢s irrit¨® en Madrid fue enterarse de que la primera ministra Theresa May s¨ª lo ten¨ªa con antelaci¨®n y lo hab¨ªa puesto en conocimiento del ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo. Que un gran pa¨ªs de la UE tuviera menos informaci¨®n que un enclave colonial resultaba dif¨ªcilmente soportable. Aguiriano denunci¨® que la Comisi¨®n hab¨ªa actuado ¡°con nocturnidad y alevos¨ªa¡± y el presidente S¨¢nchez apunt¨® a Barnier, sin citarlo, al advertir de que alguien no hab¨ªa hecho su trabajo en Bruselas. El Gobierno espa?ol evita oficialmente cualquier tipo de autocr¨ªtica y apunta a Barnier, pero otras fuentes del Ejecutivo s¨ª admiten que se tard¨® demasiado en encontrar el fallo.
El viernes, cuando los abogados del Estado ya hab¨ªan dado el primer aviso, se encienden las primeras alarmas en la Comisi¨®n Europea sobre un posible problema con Espa?a. Fuentes comunitarias recuerdan que ese d¨ªa su presidente, Jean-Claude Juncker, ya es ¡°consciente¡± de que la repercusi¨®n del acuerdo de salida en el estatus de Gibraltar inquieta a Madrid. El domingo 18 el problema salta durante una reuni¨®n a puerta cerrada de los embajadores de los Veintisiete. ¡°Fue un debate vivo¡±, describe una fuente presente. Otra fuente es menos diplom¨¢tica y describe como ¡°brutales¡± las intervenciones de la delegaci¨®n espa?ola.
El lunes Espa?a decide jugar fuerte. Borrell plantea el veto. Barnier comprende el peligro y acepta que la negociaci¨®n corre el riesgo de estrellarse. Espa?a logra que las gestiones ya no las lleve ¨¦l, que queda abrasado, sino Juncker. Los espa?oles creen que la obsesi¨®n de Barnier por suministrar a May toda la munici¨®n posible para vencer a los enemigos del pacto dentro de sus propias filas abri¨® paso al fiasco.
Amenaza de veto
S¨¢nchez va subiendo cada d¨ªa el nivel del ¨®rdago. Sabe que May necesita el acuerdo y juega fuerte. La inquietud de la primera ministra es evidente. ¡°May se pas¨® el martes en el Berlaymont (sede de la Comisi¨®n)¡±, recuerdan fuentes comunitarias. May se re¨²ne con Juncker, pero el acuerdo del Brexit se atasca en el peor momento para los intereses de la l¨ªder brit¨¢nica.
El mi¨¦rcoles 21, el bloqueo alcanza cotas alarmantes. La reuni¨®n de la Comisi¨®n Europea no logra un acuerdo sobre la Declaraci¨®n Pol¨ªtica. Juncker cancela un viaje a Canarias. S¨¢nchez, otro a Islandia previsto para ma?ana. El riesgo de hundimiento del Brexit es demasiado alto. La tensi¨®n va a m¨¢s y al final de la jornada May y S¨¢nchez hablan por tel¨¦fono para desactivar la crisis. Sin ¨¦xito. Berl¨ªn advierte que si no se zanjan las diferencias, Merkel ni siquiera acudir¨¢ a la cumbre europea de hoy. Y Alemania exige un acuerdo sobre la Declaraci¨®n Pol¨ªtica el jueves como muy tarde.
El jueves, desde La Habana, S¨¢nchez insiste: no hay acuerdo. Vetar¨¢. El viernes, p¨²blicamente lo mantiene, pero en privado algunas conversaciones empiezan a mostrar que puede haber algo de espacio. ¡°El viernes Londres asume que vamos en serio¡±, explican fuentes del Gobierno. Por la noche hay negociaciones intensas. El s¨¢bado, S¨¢nchez y su equipo aterrizan en Madrid a las 9.00 entre la niebla y casi todos se van directamente a La Moncloa. Ah¨ª llega el ultim¨¢tum definitivo. Si a mediod¨ªa no hay acuerdo, la cumbre se suspende.
Espa?a quiere una carta inglesa. Jos¨¦ Manuel Albares, el sherpa de S¨¢nchez, multiplica sus llamadas y mensajes con la jefa de gabinete de Juncker. Se cruzan borradores de la carta brit¨¢nica. Se piden algunas correcciones que se aceptan finalmente. La hora l¨ªmite se acerca, pero el pacto est¨¢ ya casi cerrado.
Finalmente hablan el presidente del Consejo, Donald Tusk, y S¨¢nchez, a las 14.00, para cerrar definitivamente la triple garant¨ªa. Nada m¨¢s colgar, el polaco convoca a los primeros ministros a la cumbre del domingo y S¨¢nchez a los medios para comparecer a las 15.00. El acuerdo est¨¢ hecho.
El alivio del equipo de Tusk es visible. Las sonrisas y las bromas se suceden. El primer abismo del Brexit se ha evitado. La cuenta atr¨¢s hacia el 29 de marzo puede comenzar.
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