Los ferrocarriles p¨²blicos holandeses indemnizar¨¢n a las v¨ªctimas del Holocausto
La compa?¨ªa estatal NS accede a compensar a supervivientes y familiares por haber facilitado el transporte a los campos de concentraci¨®n
Los Ferrocarriles Neerlandeses (NS), la principal compa?¨ªa operadora de servicios de pasajeros de los Pa¨ªses Bajos, compensar¨¢ a los supervivientes y a las familias de las v¨ªctimas del Holocausto que fueron llevados al campo holand¨¦s de tr¨¢nsito nazi de?Westerbork, desde donde eran enviados a campos de concentraci¨®n. Se trata de la primera vez que la firma estatal accede a indemnizar a sus compatriotas por un transporte que le report¨® 409.000 florines (2,5 millones de euros al cambio actual) durante la ocupaci¨®n nazi. En 2005, la direcci¨®n de NS pidi¨® disculpas por su comportamiento en la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, ha donado m¨¢s de un mill¨®n de euros para preservar Westerbork y otros monumentos.
Las indemnizaciones ser¨¢n calculadas caso por caso y sin necesidad de ir a juicio. Ha sido posible despu¨¦s de que Salo Muller, de 82 a?os, hijo de jud¨ªos asesinados, llegara a un acuerdo con Roger van Boxtel, presidente de NS, que alcanzar¨¢ al resto de los afectados. Muller, antiguo fisioterapeuta del equipo de f¨²tbol Ajax, considera que ¡°se reconoce al fin que el sufrimiento no prescribe¡±. ¡°Por eso estoy encantado de que el pago se haga por razones morales; no lo esperaba¡±, agreg¨®. Sus progenitores fueron subidos en 1941 a un vag¨®n camino de Westerbork, al noreste del pa¨ªs. Fue la parada anterior a Auschwitz, en Polonia.?Muller ten¨ªa cinco a?os.
¡°Las empresas son mucho m¨¢s sensibles a las reclamaciones de colectivos que a las privadas, y de ah¨ª el ¨¦xito de esta¡±,?indica el historiador Johannes Houwink ten Cate, especialista en el estudio del genocidio y el Holocausto, en conversaci¨®n telef¨®nica. ¡°En la guerra, los directivos del ferrocarril debieron pensar que ten¨ªan un pacto con los ocupantes: hicieron lo que les ped¨ªan a cambio de mantener el control de la red, pero las consecuencias fueron tremendas¡±, agrega.
El c¨¢lculo de las ganancias obtenidas por NS en el transporte de jud¨ªos holandeses, as¨ª como de miembros de la comunidad roman¨ª, testigos de Jehov¨¢ o prisioneros pol¨ªticos, a campos de concentraci¨®n a instancias de los nazis, lo hizo Ten Cate en 2015. Se lo pidi¨® el programa televisivo de investigaci¨®n?Brandpunt. ¡°La comunidad jud¨ªa holandesa sumaba 141.000 personas. La mitad resid¨ªa en ?msterdam, y cerca de un 30% entre R¨®terdam y La Haya. Sobrevivieron 5.000. Cont¨¦ los kil¨®metros recorridos hasta Westerbork, y los precios marcados en los recibos remitidos a los nazis por NS. Porque este transporte se cobraba. Luego hice la conversi¨®n al cambio actual de acuerdo con criterios homologados¡±, explica. Por cada viaje, se remit¨ªa una factura al correspondiente responsable nazi. Si no pagaban a tiempo, recib¨ªan un recordatorio. ¡°Llegaron a pagar con el dinero robado a las propias familias jud¨ªas¡±, a?ade.
NS envi¨® 93 de sus convoyes a Westerbork durante la guerra. La cuenta de uno de los viajes realizados en 1944 estaba guardada en los Archivos Nacionales, en Estados Unidos. La encontraron los reporteros de Brandpunt. El experto lo considera revelador, dado que la mayor¨ªa de los ficheros hist¨®ricos de los Ferrocarriles Neerlandeses fueron destruidos. ¡°Debi¨® acabar en manos estadounidenses con la documentaci¨®n recopilada para los juicios de N¨²remberg. Lo m¨¢s probable es que los ferroviarios holandeses desconocieran el destino final de los deportados. Piense que las c¨¢maras de gas eran un secreto de Estado para los nazis. La direcci¨®n de los ferrocarriles puede que tambi¨¦n ignorara los detalles, pero fueron indispensables en la retorcida ruta que llevaba a Auschwitz¡±.
Controlado por la polic¨ªa holandesa, los nazis utilizaron Westerbork para reunir a la poblaci¨®n lista para su deportaci¨®n, que empez¨® de forma sistem¨¢tica en 1942. Ana Frank, la autora del famoso Diario, y su familia fueron transportados en esos trenes. Ella y su hermana, Margot, perecieron en Bergen-Belsen (Alemania). Su madre, Edith, muri¨® en Auschwitz. Solo sobrevivi¨® Otto, el padre. ¡°Hace dos a?os, la Sociedad Nacional de Ferrocarriles de Francia [SNCF, en sus siglas en franc¨¦s] decidi¨® compensar [con un total de 53 millones de euros] a las v¨ªctimas del Holocausto o a sus familias¡±, a?ade Ten Cate. ?Es m¨¢s sensible Holanda ahora a las injusticias hist¨®ricas? Tal vez, dice. ¡°Vivimos en la ¨¦poca de las disculpas. En nuestro caso, hemos pasado de dar lecciones y creernos con derecho a juzgar, en particular porque fuimos neutrales durante la Primera Guerra Mundial, a interesarnos por lo que no es justo¡±, concluye.
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