El Gallego Fern¨¢ndez, hombre de confianza de Fidel Castro

Aunque no era gallego sino descendiente de asturianos, al hist¨®rico dirigente cubano Jos¨¦ Ram¨®n Fern¨¢ndez todo el mundo lo conoc¨ªa en Cuba por el apelativo cari?oso del Gallego Fern¨¢ndez, debido a esa proverbial costumbre cubana de designar de ese modo a todos los nacidos en Espa?a, sean estos vascos, manchegos, catalanes o andaluces, excepto si son naturales de Canarias, en cuyo caso son isle?os.

Hijo de dos emigrantes de Oviedo y Morc¨ªn, El Gallego Fern¨¢ndez [fallecido el domingo en La Habana a los 95 a?os] naci¨® en 1923 en Santiago de Cuba y se educ¨® en colegios p¨²blicos y en los Hermanos La Salle, hasta que decidi¨® hacer la carrera militar. Estudi¨® en las escuelas de cadetes y de artiller¨ªa de Cuba y se gradu¨® en la Escuela de Artiller¨ªa del Ej¨¦rcito de Estados Unidos, en Fort Sill (Oklahoma), a principios de los a?os cincuenta.

Despu¨¦s del golpe de Estado de Fulgencio Batista, en marzo de 1952, Fern¨¢ndez form¨® parte de un grupo de oficiales que se rebel¨® contra el dictador dentro de las filas de su propio Ej¨¦rcito, durante la llamada Conspiraci¨®n de los Puros, motivo por el cual fue encarcelado en 1956. Pas¨® tres a?os en la c¨¢rcel, donde conoci¨® a algunos de los hombres de Fidel Castro, cuya revoluci¨®n triunfante lo liber¨® en enero de 1959.

Al salir de presidio, Castro le pidi¨® que dirigiera la Escuela de Cadetes del Ej¨¦rcito Rebelde para formar a aquella desorganizada tropa de barbudos, campesinos y gente de pueblo que hab¨ªa combatido en la Sierra Maestra pero que no ten¨ªa preparaci¨®n militar.

El Gallego Fern¨¢ndez cont¨® en m¨¢s de una ocasi¨®n que aquel d¨ªa le contest¨® a Castro que ¨¦l ya ten¨ªa un trabajo como administrador de un central azucarero, donde ganar¨ªa un buen salario, y que no le interesaba regresar al Ej¨¦rcito. ¡°Fidel comenz¨® a dar pasos dentro de aquel peque?o sal¨®n. De repente, se detuvo, me puso la mano en el hombro y dijo: ¡®Creo que tienes raz¨®n. T¨² te vas para el central, yo me voy a escribir un libro sobre la Sierra Maestra, y la revoluci¨®n que se vaya al carajo¡±. Ese mismo d¨ªa, tom¨® posesi¨®n como director de la Escuela de Cadetes del Ej¨¦rcito Rebelde. Fue el ¨²nico oficial del anterior Ej¨¦rcito al que Castro le asign¨® mando de tropas.

En abril de 1961, cuando la invasi¨®n de Bah¨ªa de Cochinos, bajo las ¨®rdenes de Fidel, El Gallego Fern¨¢ndez dirigi¨® los combates que acabaron en tres d¨ªas con el intento de derrotar por la fuerza a la revoluci¨®n, que declar¨® su car¨¢cter socialista en ese momento. Desde entonces, El Gallego se convirti¨® en uno de los m¨¢s cercanos y efectivos colaboradores de Fidel Castro.

Pas¨® por diversos cargos en las Fuerzas Armadas, incluido el de viceministro, y fue despu¨¦s ministro de Educaci¨®n durante 20 a?os, adem¨¢s de diputado, vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba y miembro del comit¨¦ central y del buro pol¨ªtico del Partido Comunista de Cuba, adem¨¢s de ser H¨¦roe de la Rep¨²blica.

Fue tambi¨¦n presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Cubano y la persona encargada de atender las siempre delicadas relaciones con Espa?a y sus autonom¨ªas. Amigo personal de Manuel Fraga, organiz¨® el viaje del presidente de la Xunta a Cuba en 1991 en los momentos m¨¢s dif¨ªciles de la isla despu¨¦s de la desaparici¨®n del bloque socialista. Ese mismo a?o, en medio de la peor crisis cubana, cumpli¨® con el compromiso de organizar en La Habana los Juegos Panamericanos, en los que Cuba venci¨® a EE UU.

Conoc¨ªa al dedillo los pormenores de la pol¨ªtica espa?ola y, por su seriedad, palabra y buen hacer, fue respetado por gobernantes espa?oles de izquierda y de derecha. Hombre de confianza de Fidel y Ra¨²l Castro para las misiones m¨¢s dif¨ªciles, era un empedernido lector de EL PA?S y de la prensa espa?ola. Llegaba a las seis de la ma?ana a su oficina, y no eran raros los d¨ªas en que, a las siete u ocho de la ma?ana, sonaba el tel¨¦fono de casa de este periodista cuando era corresponsal en Cuba: era El Gallego para comentar pormenores de la pol¨ªtica interna espa?ola o expresar su parecer por art¨ªculos aparecidos en el peri¨®dico con los que estaba o no de acuerdo, pero siempre con buenas formas y respeto.

Estaba casado con la combatiente revolucionaria Asela de los Santos y ten¨ªa tres hijos.