Espa?a, Portugal y Grecia plantearon enviar representaci¨®n a la toma de posesi¨®n de Maduro
Los tres pa¨ªses acordaron mantener la disciplina europea tras verse en clara minor¨ªa
La UE se pens¨® hasta ¨²ltima hora si acudir o no, como bloque, a la controvertida toma de posesi¨®n de Nicol¨¢s Maduro. La decisi¨®n del gobernante venezolano de celebrar el acto en el Tribunal Supremo trastoc¨® la postura inicial pactada entre los Estados miembros y provoc¨® disensiones suscitadas en buena medida por Espa?a, reacia a dinamitar todos los puentes con el r¨¦gimen venezolano, seg¨²n confirman fuentes diplom¨¢ticas y comunitarias.?Finalmente, nadie del club comunitario acudi¨® y la alta representante para la Pol¨ªtica Exterior, Federica Mogherini, emiti¨® en comunicado en el que el bloque urge a Maduro a respetar la Asamblea Nacional y se declara ¡°dispuesta a actuar con medidas adecuadas¡± si se producen nuevas violaciones de los derechos humanos.
Antes de conocer d¨®nde se celebrar¨ªa la ceremonia, los representantes de los 28 socios europeos hab¨ªan pactado en Bruselas una regla clara: si Maduro tomaba posesi¨®n en la asamblea constituyente, no reconocida porque surgi¨® de unas elecciones sin garant¨ªas, no habr¨ªa presencia institucional de la UE ni de sus Estados miembros. Si lo hac¨ªa en la Asamblea Nacional, el parlamento venezolano leg¨ªtimo ¡ªhoy relegado por Maduro¡ª, habr¨ªa alguna representaci¨®n, de perfil modesto.
La elecci¨®n del Supremo alter¨® ese acuerdo. El grupo europeo encargado de los asuntos latinoamericanos (COLAC) celebr¨® una reuni¨®n el pasado martes en la que Espa?a sugiri¨® que ser¨ªa conveniente asistir, aunque con un nivel de representaci¨®n muy bajo (personal de las embajadas europeas en Venezuela, pero con un rango inferior al de embajador). El argumento espa?ol es que Europa no puede perder completamente la interlocuci¨®n con un pa¨ªs al que le unen lazos hist¨®ricos, culturales y econ¨®micos.
La mayor¨ªa de los Estados ¡ªFrancia y Alemania entre ellos¡ª?mantuvo el compromiso inicial y defendi¨® que era conveniente una actuaci¨®n un¨¢nime para no perder fuerza.?Pero Espa?a y otros dos pa¨ªses (Grecia y Portugal) sugirieron que a lo mejor podr¨ªan acudir con un perfil bajo. Incluso se plante¨® la asistencia de un responsable de la UE (de la delegaci¨®n europea en ese pa¨ªs). En el pasado, Grecia y Portugal han mostrado algunas reservas respecto a la aproximaci¨®n meramente punitiva hacia Venezuela, por mucho que el pa¨ªs est¨¦ sumido en el caos y mantenga un r¨¦gimen que viola los derechos humanos.
Espa?a acab¨® despejando la inc¨®gnita el mi¨¦rcoles: no enviar¨ªa a nadie a esa toma de?posesi¨®n. El motivo es que consideraba m¨¢s valioso mantener la unidad europea en este terreno que desmarcarse de sus socios en un asunto sensible.
Aun as¨ª, el episodio revela que la perspectiva con la que el Gobierno de Pedro S¨¢nchez aborda el asunto de Venezuela difiere de la del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Pese a condenar la deriva del pa¨ªs, el ministro de Exteriores, Josep Borrell, defiende que solo con sanciones y mensajes broncos no se logra nada y que es necesario mantener canales abiertos con Caracas. Esas fricciones se evidenciaron ya en el debate que mantuvieron el pasado mes de octubre los ministros de Exteriores de la UE sobre la conveniencia o no de intensificar la pol¨ªtica de sanciones. Influidos por la posici¨®n de Espa?a, los Estados accedieron a no aplicar nuevas sanciones al pa¨ªs (aunque s¨ª mantener las que ya existen desde hace a?o) y, a cambio, explorar la posibilidad de alg¨²n tipo de contacto con el r¨¦gimen. Mogherini anunci¨® la creaci¨®n de un llamado grupo de contacto para tantear esa posibilidad. Hasta ahora no ha habido resultados.
Aunque finalmente accedieron a ese vago compromiso, esa postura de relajaci¨®n no es compartida por Francia y Alemania, con intereses muy inferiores a los de Espa?a en el pa¨ªs latinoamericano. Par¨ªs y Berl¨ªn abogan por la?firmeza frente a un r¨¦gimen que muestra cada vez m¨¢s signos autoritarios.
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