El ¡®hombre ¨¢rbol¡¯ de Banglad¨¦s pierde la esperanza de curarse tras una veintena de operaciones
Las grandes verrugas de Abul Bajandar a causa de su rara enfermedad se han multiplicado. El paciente pide ser tratado en el extranjero
¡°Mi estado ha ido empeorando desde que part¨ª [del hospital]. Las verrugas me han salido en mis dos manos y mis piernas; no pod¨ªa ni trabajar ni moverme normalmente. He hablado con los doctores de nuevo y me pidieron que volviera al hospital", explic¨® a Efe Abul Bajandar, de 28 a?os, desde el centro m¨¦dico universitario de Dacca, al que regres¨® el pasado domingo. Esa cl¨ªnica en la capital de Banglad¨¦s fue su hogar durante dos a?os. En ese tiempo pas¨® por 16 operaciones para tratar su epidermodisplasia verruciforme, una extra?a enfermedad que solo afecta a cinco personas en el mundo. Pero la cirug¨ªa solo le dio un alivio temporal.
"Hab¨ªa perdido toda esperanza. Los doctores hicieron todo lo posible, pero yo no vi ninguna posibilidad, as¨ª que volv¨ª a casa", declar¨® Bajandar que, hastiado por su largo ingreso y deprimido por el insoportable dolor, hab¨ªa regresado a su pueblo en el suroeste del pa¨ªs a mitad de a?o, con motivo del mes del Ramad¨¢n. Entre enero de 2016 y mayo de 2018, los m¨¦dicos lograron extirparle con ¨¦xito seis kilos de verrugas con forma de corteza de ¨¢rbol que cubr¨ªan sus manos. Pero Bajandar pas¨® de la ilusi¨®n de vivir sin las dolorosas deformaciones, a la pesadilla de verlas crecer de nuevo, ahora extendidas por otras partes de su cuerpo.
La vuelta al hospital ha sido doblemente dura, por el rebrote de las verrugas y por su situaci¨®n en el centro sanitario. Sus condiciones han empeorado notablemente por las cr¨ªticas que verti¨® al trato recibido por algunos de los empleados de la cl¨ªnica. Ya no disfruta de una habitaci¨®n y las autoridades ha suprimido las ayudas a los miembros de su familia, que durante dos largos a?os han estado pegados a su camastro.?
"He pedido a los doctores que me env¨ªen al extranjero. Aqu¨ª han intentado hacerlo lo mejor posible y han hecho muchas operaciones, pero no ha ayudado", se lamenta. Sin embargo, los doctores han declarado a la CNN que Bajandar se equivoc¨® al saltarse el tratamiento. ¡°Es un caso complicado y est¨¢bamos progresando, pero se fue a casa. Le ped¨ª que volviese, pero no lo hizo¡±, aclar¨® Samanta Lal Sen, responsable de la Unidad de Quemados y de Cirug¨ªa Pl¨¢stica del centro. ¡°Deb¨ªa haber estado aqu¨ª hace seis meses. Ha vuelto demasiado tarde¡±, se queja.
El equipo m¨¦dico encargado del caso duda de que se encuentre una soluci¨®n para su trastorno fuera del pa¨ªs. "No tenemos idea de d¨®nde podr¨ªa haber un tratamiento para este tipo de enfermedad. Nadie en la junta m¨¦dica ha recomendado eso, y las pocas personas que han tenido este tipo de enfermedades han muerto", asegur¨® Sen, confirmando que Bajandar podr¨ªa ser intervenido la semana que viene. Esta ser¨¢ una de las cinco o seis operaciones destinadas a paliar el dolor, ya que los especialistas dicen que se trata de una enfermedad incurable.
El trastorno que afecta Bajandar, apodado hombre ¨¢rbol, est¨¢ causado por un defecto en el sistema inmune que aumenta la predisposici¨®n a contraer el virus del papiloma humano (HPV, por sus siglas en ingl¨¦s). A menudo, conduce a una infecci¨®n cr¨®nica del mismo, lesiones en la piel y riesgo serio de desarrollar c¨¢ncer cut¨¢neo por melanoma. Aunque el caso de Bajandar es de especial gravedad, no es el ¨²nico registrado en Banglad¨¦s. En 2016, dos hombres y un ni?o fueron atendidos en una cl¨ªnica del norte del pa¨ªs tras presentar aparatosas verrugas en manos y pies, mientras que otra ni?a de 10 a?os fue diagnosticada en 2017.
Bajandar empez¨® a observar lesiones cuando ten¨ªa 15 a?os. A los veinte, los brotes de verrugas cubrieron sus manos, impidi¨¦ndole trabajar como conductor de rickshaw (triciclo motorizado com¨²n en el subcontinente indio). Arrastrado a la mendicidad, ara?aba rupias a los transe¨²ntes que quer¨ªan hacerse fotos con el hombre ¨¢rbol, hasta que un periodista AFP cont¨® su historia; que involucr¨® a los servicios de salud de Banglad¨¦s. Tras las primeras operaciones en el hospital universitario de Dacca, en enero de 2016, Bajandar no pod¨ªa comer o beber sin ayuda. En 2017, su condici¨®n mejor¨® hasta poder manejarse con cubiertos y l¨¢pices. Pero abandon¨® el tratamiento por la desesperaci¨®n de haber paralizado la educaci¨®n de su hija y su propio trabajo. Entonces, el Gobierno coste¨® su tratamiento y el doctor Sen ha confirmado que ese apoyo p¨²blico sufragar¨¢ las operaciones que a¨²n tiene por delante.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.