Escrutinios exagerados
El mundo de 'feisbuk' se cree agencia de noticias y todo un alud de pelmazos se jact¨® en difundir acusaciones por el resbal¨®n verbal de decirle "mamado" a Nervo
Opino, como quien escribe en el aire, que un lapsus linguae que convierte en Mamado a Nervo es balad¨ª y en el fondo intrascendente, cuando proviene de una acad¨¦mica o literata que a todas luces conoce bien la obra del poeta nayarita. No hay comparaci¨®n posible con las rumiantes erratas que acostumbran propinar los Fox en pacheca pareja expresidencial o los insuperables gazapos del ignaro Pe?a Nieto. Lo preocupante es que se confirma que vivimos en una ¨¦poca de exagerados escrutinios instant¨¢neos: este mundito donde todo tenedor de feisbuk se cree agencia de noticias y todo un alud de pelmazos que en cuanto cundi¨® por las redes el resbal¨®n verbal de decirle Mamado a Nervo, se jactaron en difundir memes y burlas, acusaciones y bilis, sin considerar que un elevado porcentaje de los autodenominados censores no tienen ni la menor idea de qui¨¦n fue Nervo o por lo menos, citar uno de sus poemas c¨¦lebres o acaso, una novela. Tambi¨¦n es reprobable que se perciba por parte de los resbalados o inculpados una inmediata respuesta donde insin¨²an que los audios que demuestran el error fueron alterados, editados u orquestados con mala sa?a; sea un lamentable comunicado de prensa donde se confunden las fiestas patrias o bien una malograda entrevista, no hay por qu¨¦ inventar el fantasm¨®n de un ataque, sino mejor aceptar con humildad la inevitable humanidad de las erratas, el derecho a equivocarse y la incuestionable sustancia de saber incluso de lo que se pronunci¨® mal.
Lo triste es confirmar el regimiento masivo de mexicanos que no tienen ni zorra idea de que Amado Nervo se llam¨® en realidad Juan Cris¨®stomo Ruiz de Nervo Ordaz, nacido en Tepic (que era entonces parte de Jalisco) en 1870 y que muri¨® en Montevideo, Uruguay hace un siglo. El nombre po¨¦tico de Amado se lo puso su propio padre para aligerarle las s¨ªlabas del apellido y hubo un ayer en que se inculcaba la respetuosa admiraci¨®n por sus versos y su biograf¨ªa, subrayando el hecho de que sus restos volvieron en la cubierta de una corbeta uruguaya, escoltada por barcos cubanos, argentinos, venezolanos y brasile?os, que acompa?aban al cad¨¢ver del poeta hasta esfumarse la espuma de las costas veracruzanas.
M¨¢s triste a¨²n es confirmar que casi nadie sabe que Nervo vivi¨® en Madrid, en el n¨²mero 15 de la calle de Bail¨¦n y que casi nadie sab¨ªa que ¡ªal tiempo que ¨¦l se desbarataba trabajando de d¨ªa en la burocracia y laberintos de la embajada de M¨¦xico¡ª de noche lo esperaba su musa, Ana Cecilia Luisa Daillez. La belleza le iluminaba las noches y en una an¨®nima luna de 1912 muri¨® en la cama a pocos minutos de que el poeta volviera del trabajo. Antes de avisar al conserje, pedir ayuda a los compa?eros mexicanos o dar parte a la gendarmer¨ªa o al sereno, el poeta Amado Nervo sac¨® pluma de tinta ocre y cuaj¨® en el transcurso de su madrugada m¨¢s amarga y larga el hermoso poema que titul¨® La amada inm¨®vil.
Al amanecer, dio parte a las autoridades, se vel¨® el cuerpo de la musa y se llev¨® a enterrar a un cementerio donde la guardaron en un nicho con tapa de m¨¢rmol negro para que su amante Amado pudiera verla con catalejos desde el balc¨®n de la casa de Bail¨¦n y en el aire qued¨® flotando un h¨¢lito p¨¢lido de tristeza por los amores contrariados, por la supina ignorancia que ha crecido con creces en un solo siglo, por las amenazantes ¨ªnfulas de los que creen que lo saben todo y siempre¡ y por el enrevesado clima tan ajeno a la poes¨ªa donde la ignorancia intenta juzgarlo todo, absolutamente todo, y eso da mucho amado nervio.
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