El Reino Unido afronta el dilema de un Brexit salvaje o una pr¨®rroga larga
El Parlamento brit¨¢nico rechaza por tercera vez el plan de Theresa May para la salida de la UE
Theresa May tra¨ªa por escrito la respuesta a una derrota anunciada. ¡°Las consecuencias de la decisi¨®n adoptada por esta C¨¢mara son graves. Me temo que estamos llegando al l¨ªmite en todo este proceso¡±, dijo la primera ministra cuando, por un amplio margen de 58 votos, el Parlamento volvi¨® a rechazar su plan del Brexit. Si como han exigido los diputados y se ha comprometido May, el Reino Unido har¨¢ todo lo que est¨¦ en sus manos para no abandonar abruptamente la UE el pr¨®ximo 12 de abril, la ¨²nica salida a la vista ser¨¢ convencer a Bruselas para que conceda una pr¨®rroga m¨¢s larga, de hasta un a?o.
Durante toda la ma?ana corri¨® otra vez el rumor de que esta vez era posible, que los c¨¢lculos sal¨ªan muy ajustados y May podr¨ªa lograrlo en su tercer intento. El espejismo se desvaneci¨® poco despu¨¦s de las 15.30 (hora peninsular espa?ola). 344 diputados frente a 286 votaron de nuevo en contra del Brexit de la primera ministra. Un humillante margen de 58 votos volvi¨® a dejar claro que el acuerdo de retirada pactado con la UE es papel mojado en Westminster.
Como si operara ya en modo aut¨®mata, May no quiso dar ninguna pista de los pasos a seguir, ignor¨® por completo la posible dimisi¨®n que ella misma hab¨ªa anunciado el mi¨¦rcoles y persever¨® en su empe?o: ¡°El Gobierno continuar¨¢ trabajando para que se produzca un Brexit ordenado, como exige el resultado del refer¨¦ndum [de 2016]¡±, dijo.
La UE hab¨ªa condicionado una pr¨®rroga de la salida del Reino Unido hasta el pr¨®ximo 22 de mayo a que el Parlamento aprobara antes de esta semana el acuerdo de retirada. En caso de volver a rechazarlo, el Brexit se producir¨ªa el 12 de abril. Pero tanto Londres como Bruselas contemplan la opci¨®n B de una pr¨®rroga m¨¢s larga, de hasta un a?o. Para ello, el Reino Unido deber¨¢ aclarar a qu¨¦ dedicar¨ªa ese tiempo extra, y sobre todo, participar en las elecciones al Parlamento Europeo del 26 de mayo.
May asume con sus palabras y su lenguaje corporal que todo el proceso ha escapado de su control. La primera ministra record¨® al Parlamento que el lunes se seguir¨¢n debatiendo las alternativas a su plan impulsadas por diversos diputados desde las dos bancadas. Las dos opciones con m¨¢s apoyo ¡ªaunque ninguno mayoritario¡ª son un Brexit suave que retenga al pa¨ªs dentro de la uni¨®n aduanera y un refer¨¦ndum confirmatorio de aquello que se decida finalmente. Una combinaci¨®n de ambas podr¨ªa ser la soluci¨®n que reuniera m¨¢s consenso. Pero este ejercicio de voluntarismo contra el reloj requerir¨ªa de la complicidad del Gobierno, porque no basta con expresar el deseo de que se quiere evitar un Brexit salvaje para que no suceda. Es necesario transformarlo en un acto legal y vinculante. La ¨²nica baza de la que May a¨²n dispone ¡ªy que ha tenido en todo momento¡ª es la profunda divisi¨®n existente entre todos aquellos que buscan su ca¨ªda.
El l¨ªder de la oposici¨®n laborista, Jeremy Corbyn, intervino de inmediato en el Parlamento, en r¨¦plica a May, para exigir un adelanto electoral. Los euroesc¨¦pticos conservadores, que quieren hacerse con el control de la situaci¨®n cuanto antes, apuntaron hacia dentro. ¡°Esta debe ser la derrota final del plan de Theresa May. No ha sido aprobado. Nunca ser¨¢ aprobado. Lamento decir que ha llegado el momento de que la primera ministra cumpla con sus palabras y deje paso a un nuevo l¨ªder que sea capaz de presentar un acuerdo de retirada que cuente con el respaldo del Parlamento¡±, dijo el diputado Steve Baker, n¨²mero dos del carism¨¢tico Jacob Rees-Mogg y verdadero cerebro operativo del Grupo de Estudios Europeos, de presi¨®n antieuropeo y que aglutina al ala dura de los tories.
El Abogado General del Estado, Geoffrey Cox, un letrado con una demostrada imaginaci¨®n jur¨ªdica, fue el encargado de intentar convencer a los diputados, al comenzar el debate en Westminster, de que si votaban a favor del texto en esta tercera ocasi¨®n no se compromet¨ªan a nada. ¡°Cualquier salida negociada de la UE requiere que sea aprobado antes este acuerdo de retirada¡±, explicaba Cox.
Pirueta jur¨ªdica
Para sortear la prohibici¨®n del speaker (presidente de la C¨¢mara), John Bercow, quien hab¨ªa advertido de que no permitir¨ªa que se votara de nuevo un mismo contenido, el Gobierno hab¨ªa desgajado en dos mitades el pacto alcanzado con la UE (Acuerdo de Retirada y Declaraci¨®n Pol¨ªtica) y presentado solo la primera. Era el modo, argumentaba el abogado general, de asegurar la certidumbre jur¨ªdica que proporcionaba la fecha fija del 22 de mayo sin comprometerse a nada m¨¢s. Los diputados podr¨ªan, a partir de esa certidumbre, influir en el dise?o de la nueva relaci¨®n pol¨ªtica que se negociara con Bruselas durante el largo periodo de transici¨®n que comporta el acuerdo.
La en¨¦sima pirueta jur¨ªdica no convenci¨® a los m¨¢s reacios. Los casi 30 diputados euroesc¨¦pticos para los que nada que no sea un abandono salvaje de las instituciones comunitarias les vale no dieron su brazo a torcer. Los socios norirlandeses del DUP, que sostienen la mayor¨ªa parlamentaria conservadora, mantuvieron su negativa. Su pretendido empe?o por preservar la integridad territorial del Reino Unido les sigue haciendo recelar del backstop, la salvaguarda par la frontera irlandesa impuesta por Bruselas. Y los laboristas, incluso los m¨¢s proclives a respetar el resultado del refer¨¦ndum de 2016, creyeron ver detr¨¢s de la maniobra de May la amenaza de un ¡°Brexit a ciegas¡±: aprobado el acuerdo, han temido en todo momento, la primera ministra se retirar¨ªa y ser¨ªa otro conservador, m¨¢s duro en sus planteamientos, quien tomara las riendas de la siguiente fase de negociaciones con Bruselas.
May ha querido todo este tiempo mantener la unidad de su partido y lograr un Brexit ordenado. Su tercera derrota le ha demostrado que tendr¨¢ que elegir, y contar con el Parlamento.
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