El Papa visita Marruecos con la vista puesta en la emigraci¨®n
Francisco oficiar¨¢ este s¨¢bado una misa en un polideportivo situado en las afueras de Rabat
El papa Francisco?visitar¨¢ este s¨¢bado y domingo Marruecos con la vista puesta en el problema de la emigraci¨®n. Se trata de la segunda visita que emprende un jefe de Estado del Vaticano a este pa¨ªs de confesi¨®n musulmana donde el rey, Mohamed VI, es comendador de los creyentes, m¨¢xima autoridad espiritual. La primera fue la de Juan Pablo II, en 1985, bajo el reinado de Hassan II (1961-1999). Aquella fue la primera visita oficial a un pa¨ªs isl¨¢mico.
El Papa ha despegado poco antes de las 11.00 de Roma y ha aterrizado en Rabat sobre las dos de la tarde (misma hora en la Espa?a peninsular) de este s¨¢bado y se marchar¨¢ el domingo por la tarde, despu¨¦s de celebrar una misa en el polideportivo Mulay Abdel¨¢, situado en las afueras de la capital y con aforo para 10.000 personas. El s¨¢bado ser¨¢ recibido por el rey en la explanada de la Tour Hassan, donde se encuentran enterrados los ancestros del monarca. Y ese mismo d¨ªa Francisco visitar¨¢ el centro de C¨¢ritas donde le esperan decenas de emigrantes. El domingo visitar¨¢ una residencia de monjas espa?olas en Temara, en las afueras de Rabat, que atienden las necesidades de los m¨¢s pobres en la zona.
En Marruecos hay dos arzobispados, en Rabat y T¨¢nger y unos 30.000 creyentes cat¨®licos, la mayor¨ªa subsaharianos, seg¨²n el arzobispado de Rabat. ¡°Ha m¨¢s j¨®venes que mayores, m¨¢s hombres que mujeres y m¨¢s negros que blancos¡±, resupe el arzobispo de Rabat, el espa?ol Crist¨®bal L¨®pez.
Tambi¨¦n hay marroqu¨ªes conversos al cristianismo que reclaman que la ley les permita profesar su fe en p¨²blico y no a escondidas, ya que el C¨®digo Penal no castiga la apostas¨ªa, pero s¨ª el proselitismo. En cualquier caso, esos marroqu¨ªes cristianos no son cat¨®licos. Crist¨®bal L¨®pez, expres¨® a este diario su ¡°disgusto¡± porque esos grupos ¡°utilicen la visita del Papa para ¡°fines propios, por m¨¢s leg¨ªtimos que puedan ser¡±. ¡°A estos que se manifiestan ahora a trav¨¦s de alguna declaraci¨®n yo no los conozco¡±, indic¨® el arzobispo. ¡°Ellos son marroqu¨ªes y tiene canales democr¨¢ticos a trav¨¦s de los partidos pol¨ªticos para presentar sus reivindicaciones¡±.
El arzobispo de T¨¢nger, Santiago Agrelo, cree que la visita servir¨¢ para reforzar ¡°la relaci¨®n cordial¡± entre la Iglesia y el mundo musulm¨¢n. ¡°Donde yo tengo m¨¢s preocupaci¨®n¡±, se?al¨®, ¡°es en el problema de la emigraci¨®n. Yo s¨¦ que el Papa tendr¨¢ una palabra para los emigrantes y esa palabra, con la autoridad que tiene su Santidad, ser¨¢ importante. Pero intuyo que las pol¨ªticas no van a cambiar el rumbo por lo que diga el Papa. As¨ª que siento por un lado alegr¨ªa por el mensaje que traer¨¢ el Papa; y tambi¨¦n siento tristeza porque me temo que ese mensaje no va a ser escuchado¡±.
Respecto a la pol¨ªtica migratoria de Marruecos, Crist¨®bal L¨®pez, indica: ¡°Nosotros nos concentramos en hacer lo que el Papa indica con las personas que emigran. Y ¨¦l lo resumen en cuatro verbos: acoger, proteger, promover e insertar. Respecto a las cuestiones que tienen que ver con la pol¨ªtica internacional no nos corresponde a nosotros ponernos a la cabeza de ciertas reivindicaciones que se podr¨ªan hacer. Tambi¨¦n en este campo la sociedad civil marroqu¨ª tiene los instrumentos necesarios para expresar su opini¨®n. No quisi¨¦ramos nosotros ponernos a la cabeza, porque no nos corresponde. Y es una situaci¨®n delicada por el hecho de ser todos extranjeros¡±.
¡°Me siento m¨¢s en libertad para criticar la pol¨ªtica de mi pa¨ªs, Espa?a, o de mi continente de origen, Europa¡±, se?al¨® Crist¨®bal L¨®pez. Esa pol¨ªtica, seg¨²n el arzobispo, es de un ¡°ego¨ªsmo y de una hipocres¨ªa m¨¢s que notable¡±. ¡°A veces, si Marruecos hace lo que hace es porque Europa le encarga hacerlo. Tambi¨¦n prefiero criticar a mi propia Iglesia¡±, se?al¨®.
L¨®pez reconoce sentir verg¨¹enza ante cristianos que van a misa ¡°y que cierran su coraz¨®n por sistema a personas que emigran¡±. ¡°No digo yo que no exijan un orden, una regulaci¨®n. Pero que digan que ¡®a esta gente hay que echarlos a su patria¡¯ y que olviden que hemos sido todos m¨¢s o menos emigrantes¡ Es una gran pena¡±.
El arzobispo comenta que hace medio a?o dijo una misa en un pueblo de la provincia de Huelva. ¡°Y a la salida me llevaron a comer a un restaurante. Y en la mesa de al lado un se?or que hab¨ªa salido de la misa me dijo: ¡®Padre, no nos env¨ªe m¨¢s gente de esa¡¯. Yo le dije: ¡®disculpe, se?or. Yo no env¨ªo a nadie. Cada uno va all¨¢ adonde cree oportuno que tiene que ir¡¯. A m¨ª me doli¨® en el alma. Porque era una persona que sal¨ªa de la misa. ?Qu¨¦ hab¨ªa entendido del mensaje cristiano?¡±.
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