Los siete disparos de Bolsonaro
Desde la campa?a electoral, el presidente brasile?o mostr¨® su predilecci¨®n por el lenguaje expl¨ªcito de las armas
El presidente de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, quiso hacer una exhibici¨®n de tiro con un fusil durante su reciente y pol¨¦mica visita a Israel. Seg¨²n el ministro de Seguridad de aquel pa¨ªs, el mandatario ¡°acert¨® en el blanco siete tiros de alto alcance¡±. No s¨¦ por qu¨¦ se quiso destacar que los disparos de Bolsonaro, que dieron en el blanco, fueron siete. Es un n¨²mero, en efecto, m¨¢gico desde los tiempos antiguos, pero nunca fue un n¨²mero de destrucci¨®n y muerte. Para Pit¨¢goras era el n¨²mero perfecto. Roma fue edificada sobre siete colinas. Siete son las fases de la luna y siete los d¨ªas de la semana.
Desde las siete maravillas del mundo a los siete pecados capitales, se dir¨ªa que ese n¨²mero entra?a un poder oculto. Tambi¨¦n en la Biblia, el n¨²mero siete domina los acontecimientos m¨¢s importantes de la historia de Israel. Dios descansa el s¨¦ptimo d¨ªa despu¨¦s de haber creado el mundo. El candelabro del templo ten¨ªa siete brazos y Salom¨®n construy¨® el templo en siete a?os. Y siete son los sellos del Apocalipsis.
Los siete tiros con un fusil de Bolsonaro, que alcanzaron en Israel el blanco con precisi¨®n a larga distancia, pueden ser vistos como s¨ªmbolo de la pol¨¦mica presidencia del mandatario brasile?o. Si el presidente hubiese querido hacer honor al b¨ªblico n¨²mero siete, podr¨ªa haber elegido otros campos para prestigiarlo, en vez del gesto b¨¦lico de disparar un fusil siete veces.
Siete podr¨ªan ser los proyectos del presidente para transformar Brasil, para devolverle vitalidad econ¨®mica y la ilusi¨®n de una convivencia pac¨ªfica que supere odios y discordias. Podr¨ªan haber sido siete anuncios de otras tantas decisiones capaces de entusiasmar a un pa¨ªs encogido y lacerado tras tantas frustraciones con sus gobernantes. Podr¨ªa haber pedido en Israel, tierra b¨ªblica, un proyecto para reunificar a jud¨ªos y palestinos en un nuevo horizonte de di¨¢logo y de paz, algo que anhelan sobre todo las nuevas generaciones de ambos lados. Podr¨ªa en aquel pa?uelo de tierra cargado de historia milenaria haber soltado siete palomas de la paz, en vez de disparar un arma que evoca guerra y destrucci¨®n.
El mundo de los s¨ªmbolos es antiguo como el Homo Sapiens. La humanidad se comunica de muchas formas, desde las palabras y la escritura a los gestos del lenguaje no verbal. Bolsonaro, desde los tiempos de la campa?a electoral, nos mostr¨® su predilecci¨®n por el lenguaje expl¨ªcito de las armas. Son ya mitolog¨ªa sus gestos de las manos imitando los disparos de un rev¨®lver. Gesto que quiso ense?ar a una ni?a de cinco a?os profanando su mano a¨²n inocente.
En su emblem¨¢tica visita a Israel, quiz¨¢s no haya sido s¨®lo casualidad que el presidente brasile?o, nost¨¢lgico de dictaduras y torturas, quisiera, en vez de gestos de paz y de distensi¨®n mundial, en un pedazo del mundo que es un polvor¨ªn, hacer exhibici¨®n simb¨®lica de su gran punter¨ªa militar. ?Servir¨¢n esos disparos para abrir un gran di¨¢logo con todos los brasile?os que prefieren la paz a la pelea, o le impedir¨¢n ser presidente de todos para limitarse a los que, como ¨¦l, tienen sue?os poblados de violencias y venganzas?
El significativo y pol¨¦mico viaje de Bolsonaro a Israel seguir¨¢ teniendo consecuencias en su destino como presidente de Brasil. Mientras los brasile?os condenaban aqu¨ª la dictadura en su 55 aniversario, el presidente se divert¨ªa en Israel en una exhibici¨®n de tiros, sin que nadie viera revolotear sobre su cabeza una fugitiva paloma de paz.
La guerra, la de las armas y la de las ideolog¨ªas, es la hierba que mejor parece crecer en ese jard¨ªn sombr¨ªo del excapit¨¢n cazador de conflictos. En Jerusal¨¦n, antes de dejar Israel, el mandatario brasile?o quiso dejar plantada una nueva especie maligna. Afirm¨®, sin que le temblara la voz, que el nazismo fue de izquierdas. ?El Holocausto tambi¨¦n?
Bolsonaro y sus aliados de Gobierno, siempre en pie de guerra contra las evidencias de la historia, pasar¨¢n y la realidad brasile?a resucitar¨¢. Si el presidente hace alarde de haber adoptado como lema las palabras del evangelio de Juan: ¡°La verdad os har¨¢ libres¡± (Jn.8,31ss), lo que estamos viendo, al rev¨¦s, es que su verdad, vendada y negada por la ideolog¨ªa, lo est¨¢ dejando ciego.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.