La calle de Argelia apunta ahora contra el r¨¦gimen que ampar¨® a Buteflika
Cientos de miles de manifestantes reclaman la dimisi¨®n de las autoridades que pretenden pilotar la transici¨®n tras la marcha del presidente
Cientos de miles de argelinos han vuelto a salir a las calles por s¨¦ptimo viernes consecutivo, el primero tras la dimisi¨®n de Abdelaziz Buteflika, el pasado martes 2 de abril. La contestaci¨®n supone una prueba de fuego para el jefe del Estado Mayor, Ahmed Gaid Salah, de 79 a?os. El general forz¨® la dimisi¨®n de Buteflika en nombre del pueblo esgrimiendo la Constituci¨®n. Pero la Constituci¨®n podr¨ªa dejar la transici¨®n en manos de las autoridades de siempre. Y el pueblo ha vuelto a rechazar este viernes un camino que parece conocer demasiado bien. Ahora le toca al jefe del Ej¨¦rcito demostrar en qu¨¦ lado de la historia quiere situarse.
Buteflika emiti¨® el mi¨¦rcoles una carta atribuida a ¨¦l donde ped¨ªa perd¨®n a su pueblo por sus incumplimientos y errores. Este viernes, uno de los lemas m¨¢s difundidos fue: ¡°No hay perd¨®n¡±. En otra pancarta se le¨ªa: ¡°No le perdonaremos jam¨¢s los j¨®venes muertos en el mar¡±, en referencia a los miles de emigrantes que han salido en patera hacia Europa. Tambi¨¦n hab¨ªa numerosas pancartas contra Gaid Salah, difundidas en Twitter por el periodista argelino Khaled Drareni: ¡°Un general no se rinde jam¨¢s, ni siquiera a la evidencia¡±, se?ala un cartel que portaba una joven. ¡°Gaid Salah, vete. El pueblo no es tonto¡±, dec¨ªa otro.
No faltaron tampoco las pancartas que dec¨ªan: ¡°Liberad a Hadj Ghermoul¡±, en referencia a un activista de 37 a?os detenido en enero y condenado a seis meses de c¨¢rcel por difundir en Facebook una foto suya donde dec¨ªa: ¡°No al quinto mandato¡±. Aunque parece que ha pasado una eternidad, solo hace tres meses que una persona fue encarcelada por reclamar lo que desde el 22 de febrero se atrevieron a pedir millones de argelinos.
Como cada viernes, las manifestaciones se han desarrollado en su gran mayor¨ªa en un ambiente pac¨ªfico, festivo incluso, con familias enteras en las calles de las principales ciudades del pa¨ªs. Los lemas m¨¢s extendidos esta jornada fueron los que exigen la partida de ¡°las tres B¡±. La primera B es la de Nord¨ªn Bedoui, de 59 a?os, primer ministro nombrado por Buteflika en marzo, que fue ministro del Interior desde 2015. La segunda B es la del presidente del Consejo Constitucional, Tayez Belaiz, un jurista de 71 a?os que ha permanecido fiel a Buteflika hasta su dimisi¨®n. Y la tercera B es la del presidente del Senado, Abdelk¨¢der Bensal¨¢, de 77 a?os y 17 al frente del segundo puesto pol¨ªtico del pa¨ªs. Bensal¨¢ apoy¨® de lleno la reforma de la Constituci¨®n de 2008 que permiti¨® a Buteflika optar a un tercer mandato. Si el r¨¦gimen hace caso omiso a la calle, Bensal¨¢ ser¨¢ nombrado en los pr¨®ximos d¨ªas presidente interino durante tres meses.
Adem¨¢s de los ¡°no te perdonamos¡± y ¡°que se vayan las tres B¡±, en las redes sociales ha circulado otro lema que dice: ¡°Eduqu¨¦monos todos¡±. Tom¨® fuerza despu¨¦s de que el mi¨¦rcoles un argelino residente en Londres pidiera en v¨ªdeo, a cara descubierta, que se rociara con ¨¢cido el rostro de las feministas durante las manifestaciones. El viernes pasado un grupo de feministas en Argel fueron violentadas y expulsadas de la marcha porque ped¨ªan un nuevo C¨®digo de Familia. Las mujeres argelinas no tienen derecho a heredar la misma cantidad que los hombres, como sucede en la inmensa mayor¨ªa de los pa¨ªses isl¨¢micos. Y ese es solo un ejemplo m¨¢s de las muchas desigualdades que sufren respecto a los hombres. Las feministas fueron expulsadas por quienes dec¨ªan que ese no era el momento de reivindicar algo que atenta contra el Cor¨¢n y que pod¨ªa provocar divisiones en el movimiento. Esas agresiones y el v¨ªdeo del argelino de Londres han provocado reacciones de solidaridad en favor de estas mujeres. Incluso el tipo del v¨ªdeo lleg¨® a publicar otro el mismo mi¨¦rcoles en el que ped¨ªa disculpas.
Mientras la presidencia contin¨²a vacante, el Gobierno que nombr¨® Buteflika el domingo 31 de marzo, parece actuar como un zombi ajeno a las demandas de la calle. El consejo de ministros se reuni¨® el mi¨¦rcoles en una sala presidida a¨²n por el retrato oficial de Buteflika y anunci¨® dos medidas, tal vez con la ingenua intenci¨®n de ganarse al pueblo. Se?al¨® que a partir de ahora habr¨¢ m¨¢s ¡°transparencia y objetividad¡± en la distribuci¨®n de la publicidad p¨²blica a los medios p¨²blicos y privados. Y anim¨® a que se presentaran solicitudes para crear nuevos partidos y sindicatos, ya que se van a ablandar las exigencias que hab¨ªa hasta ahora. Ninguna de esas medidas impidi¨® que cientos de miles de argelinos se echaran a la calle este mi¨¦rcoles pidiendo la partida de ¡°las tres B¡±.
De momento, el r¨¦gimen sigue bloqueando la concesi¨®n de visados para decenas de medios de comunicaci¨®n extranjeros.
M¨¢s poder para el jefe del Ej¨¦rcito
La ma?ana de este viernes amaneci¨® con la noticia de la marcha del responsable de los servicios secretos (DRS, por sus siglas en franc¨¦s), el general Athmane Tartag, alias Bachir, quien hab¨ªa presentado su dimisi¨®n a Buteflika el martes, pero solo trascendi¨® el viernes. Los todopoderosos servicios secretos no son lo que eran desde que Buteflika y Gaid Salah lograron mandar a la reserva al hombre que dirigi¨® esos servicios durante 25 a?os, el general Mohamed Mediene. Pero a¨²n siguen siendo un n¨²cleo de poder sustancial. Desde ahora, las tres direcciones generales de la DRS pasan al Ej¨¦rcito, en lugar de la presidencia tal como estaba asignada desde 2015. O sea, m¨¢s poder, mucho m¨¢s, para Ahmed Gaid Salah.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.