La izquierda israel¨ª se resigna a un papel secundario en las elecciones
Los sondeos asignan al laborismo menos de la mitad de los esca?os que obtuvo en los comicios de 2015
La izquierda israel¨ª, las fuerzas pol¨ªticas y sociales que fundaron el Estado jud¨ªo hace casi 71 a?os, parece haberse resignado a desempe?ar un papel secundario en las legislativas del pr¨®ximo martes. Relegado en la disputa que libran la derecha, liderada por Benjam¨ªn Netanyahu, y el centro emergente que encarna el exgeneral Benny Gantz, el hist¨®rico Partido Laborista vive hoy sus horas m¨¢s bajas, sin un plan de paz propio ni programa social definido.
Las primarias que celebraron hace dos meses los laboristas se convirtieron en un mero juego de las sillas, en el que los dirigentes m¨¢s destacados ya solo trataban de salvar su puesto en la pr¨®xima Kneset (Parlamento, de 120 esca?os). Los sondeos publicados el viernes por la prensa israel¨ª, los ¨²ltimos permitidos antes de la jornada de votaciones, les asignan una horquilla de entre 9 y 11 diputados, menos de la mitad que los 24 obtenidos hace cuatro a?os, cuando se presentaron en coalici¨®n con el centroizquierda de la exministra Tzipi Livni, apartada ahora de los comicios.
Una deriva similar ha seguido la izquierda pacifista de Meretz. Con su cima de 12 esca?os, consolid¨® en 1992 el pacto de Gobierno presidido por el laborista Isaac Rabin que impuls¨® los Acuerdos de Oslo con los palestinos bajo la f¨®rmula paz por territorios.
Ambas formaciones de la izquierda pugnan por sobrevivir ¡ªen el caso de Meretz, de forma literal, al filo del 3,25% de los sufragios que permite acceder a la Kneset¡ª en una sociedad que cada vez presenta m¨¢s sesgos nacionalistas y conservadores tras la violencia de la Segunda Intifada (2000-2005).
Sin se?as de identidad
Despu¨¦s de haber resurgido en los comicios de 2015 y de liderar durante la pasada legislatura la oposici¨®n al primer ministro Netanyahu, el hist¨®rico Avod¨¢ (laborismo, en hebreo) se ve limitado a ejercer de comparsa electoral, sin se?as de identidad frente a la alianza de centro Azul y Blanco, que aglutina la oferta de alternancia en el poder. Las ¨²ltimas encuestas de intenci¨®n de voto apuntan a que la suma de esca?os de centroizquierda no bastar¨¢ para superar a la de los partidos conservadores, de extrema derecha y ultrarreligiosos que han gobernado desde 2015.
La federaci¨®n sindical Histadrut, todopoderosa central en la era fundacional del Estado hebreo, y los dirigentes del anta?o floreciente movimiento de los kibutz (granjas colectivas), han dado un paso atr¨¢s dentro de Avod¨¢ ante la irrupci¨®n de dirigentes j¨®venes surgidos de las movilizaciones sociales de 2011. La diputada Stav Shaffir y el parlamentario Itzik Shmuli, que encabezaron las protestas de los indignados de 2011 en Tel Aviv, en paralelo al movimiento 15-M en Espa?a, desaf¨ªan a Avi Gabbay, el actual l¨ªder del partido, a quien los analistas responsabilizan del declive electoral.
Exconsejero delegado de Bezeq, la mayor compa?¨ªa de telecomunicaciones israel¨ª, y exministro de Medio Ambiente entre 2015 y 2016, Gabbay destron¨® en las primarias de 2017 al anterior l¨ªder, Isaac Herzog, debilitado por su tibia estrategia de oposici¨®n a Netanyahu. Ha intentado capitanear el periplo del laborismo hacia al centro, un espacio que ya estaba ocupado.
La cainita disputa por el poder interno ha marcado la historia reciente de Avod¨¢, con sucesivos relevos en la direcci¨®n de un partido que muchos israel¨ªes identifican a¨²n con un pasado de hegemon¨ªa pol¨ªtica (gobern¨® con mano de hierro de 1948 a 1977) y de exclusi¨®n del pluralismo.
El formidable crecimiento de la econom¨ªa en Israel no se ha correspondido con una reducci¨®n de las desigualdades sociales. En lugar de enarbolar la bandera del bienestar social, la izquierda ha quedado reducida en estas elecciones a un mero papel de reparto ante el protagonismo absoluto del centro.
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