Un juez federal proh¨ªbe que Estados Unidos obligue a los migrantes centroamericanos a esperar en M¨¦xico

La pol¨ªtica antiinmigrantes de Donald Trump se ha vuelto a topar con la justicia. Un juez federal de California dict¨® este lunes una orden cautelar que impide al Gobierno de Estados Unidos poner en pr¨¢ctica su ¨²ltima idea para desalentar la inmigraci¨®n. Desde el pasado enero, la polic¨ªa fronteriza pod¨ªa aceptar una petici¨®n de asilo en un puerto de entrada y despu¨¦s devolver a la persona a M¨¦xico a esperar all¨ª a que su caso llegara a juicio. Esa pr¨¢ctica debe parar, ordena el juez.

La pol¨ªtica de quedarse en M¨¦xico ha afectado en este tiempo a m¨¢s de 300 personas. Empez¨® en la entrada de San Ysidro/Tijuana, en California, y se ha ido extendiendo al resto de la frontera. Las autoridades mexicanas han dicho p¨²blicamente que no existe ning¨²n acuerdo entre los dos Gobiernos para aceptar a esos demandantes de asilo, pero tampoco han hecho nada por impedirlo.

La decisi¨®n del juez Seeborg entrar¨¢ en vigor el viernes. El Gobierno puede recurrir y pedir que se levante la prohibici¨®n cautelar mientras se resuelve la denuncia. Como parte de la medida, los 11 migrantes en cuyo nombre se present¨® la demanda deben ser readmitidos en Estados Unidos para ser procesados dentro del sistema de inmigraci¨®n con normalidad.

Desde el a?o pasado, Estados Unidos se enfrenta a un aumento repentino de la llegada de familias con ni?os de Centroam¨¦rica que se entregan a la polic¨ªa, bien al ser detenidos o de manera legal en los puertos de entrada, y piden refugio. Las limitaciones legales a la detenci¨®n de ni?os y el enorme retraso en los juzgados de inmigraci¨®n est¨¢n colapsando los recursos del sistema de inmigraci¨®n.

La polic¨ªa fronteriza ha explicado que el sistema est¨¢ preparado para recibir hombres solos de M¨¦xico, que pueden ser detenidos en un entorno carcelario y deportados inmediatamente. Con las familias centroamericanas el proceso es mucho m¨¢s complicado, lo que obliga a dejar a los migrantes en libertad a la espera de juicio, una realidad judicial que el presidente Donald Trump considera una burla y est¨¢ decidido a eliminar.

Dentro de esa estrategia, la Administraci¨®n puso en marcha en 2018 la pol¨ªtica de ¡°tolerancia cero¡± que result¨® en la separaci¨®n de ni?os de sus padres, de forma que los padres se quedaban detenidos mientras los ni?os pasaban al sistema de acogida. Miles de ni?os fueron separados hasta que la indignaci¨®n del p¨²blico oblig¨® a Trump a revertir esta pol¨ªtica. A¨²n hay ni?os que permanecen separados. El Gobierno dejo claro que pretend¨ªa que la crueldad de la medida sirviera para desincentivar la migraci¨®n.

La pol¨ªtica de quedarse en M¨¦xico se enmarca en esa fijaci¨®n por evitar que los migrantes sean puestos en libertad en suelo norteamericano. De nuevo, la perspectiva de pasar meses o a?os en ciudades fronterizas como Tijuana, Mexicali o Ciudad Ju¨¢rez esperando la oportunidad de defender el caso de asilo ante un juez deb¨ªa servir como disuasi¨®n para los migrantes. Las ¨²ltimas cifras de llegadas demuestran que no ha sido as¨ª. Hace dos semanas, el jefe provisional de la polic¨ªa fronteriza, Kevin McAleenan, aseguraba en El Paso que el ¡°el sistema ha llegado al punto de quiebre¡±.