Trump carga contra la c¨²pula de seguridad tras el fracaso de su pol¨ªtica migratoria
La falta de resultados para afrontar la situaci¨®n en la frontera con M¨¦xico ha provocado una ola de destituciones
Impaciente por detener el flujo migratorio en la frontera con M¨¦xico, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, carga contra la c¨²pula de las agencias responsables. El fracaso de su pol¨ªtica migratoria ya se ha llevado por delante a la secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, y tambi¨¦n al jefe del Servicio Secreto, Randolph Alles. Y se esperan m¨¢s salidas.
Un r¨¦cord del que no presume Donald Trump es el de liderar una Administraci¨®n con la mayor tasa de rotaci¨®n de personal en d¨¦cadas. El desmantelamiento de la c¨²pula del Departamento de Seguridad Nacional iniciado la semana pasada ha marcado un nuevo hito y se desencaden¨® con la sorpresiva renuncia de Kirstjen Nielsen como secretaria de Seguridad Interior. La experta en ciberseguridad no ten¨ªa la intenci¨®n de dimitir, pero Trump la habr¨ªa forzado a hacerlo, seg¨²n medios estadounidenses.
Con la resaca a¨²n fresca de la noticia, el pasado lunes la Casa Blanca anunci¨® la destituci¨®n Randolph Alles, responsable del Servicio Secreto. Las salidas llegaron apenas unos d¨ªas despu¨¦s de que el mandatario diera marcha atr¨¢s en el nombramiento de Ronald Vitiello como jefe de la polic¨ªa de inmigraci¨®n de EE UU (ICE, por sus siglas en ingl¨¦s), argumentando que busca a alguien ¡°m¨¢s duro¡± que este veterano de la Patrulla Fronteriza. Adem¨¢s, la lista de bajas no parece estar cerrada. Seg¨²n han revelado funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en ingl¨¦s) a The Washington Post, se espera que pronto se marchen tambi¨¦n el director de los Servicios de Ciudadan¨ªa e Inmigraci¨®n, Lee Francis Cissna, y otro alto cargo del ¨¢rea, John Mitnick.
Con la salida de Nielsen ya son tres los departamentos destacados dirigidos por interinos, ya que a¨²n no han sido confirmados en sus cargos por el Senado: Kevin McAleenan, comisario de la guardia fronteriza, en Seguridad Nacional; David Bernhardt, en Interior; y Patrick Shanahan en Defensa. A ellos se suma Mick Mulvaney como jefe de gabinete en funciones en la Casa Blanca desde el pasado diciembre. Seg¨²n Trump, no hay ¡°prisa¡±.
Mano dura
El vuelco en los puestos de Seguridad Nacional tiene lugar cerca de dos meses despu¨¦s de que el republicano declarara un estado de emergencia en EE UU arguyendo una crisis de drogas e inmigraci¨®n ilegal en la frontera sur. Trump tuvo que recurrir por primera vez al veto presidencial para mantener una medida que le permite dotarse de los fondos p¨²blicos para construir el muro con M¨¦xico tras la negativa del Congreso y los dem¨®cratas a concederlos.
Mientras, el flujo migratorio se robustece. La Oficina de Aduanas y Protecci¨®n Fronteriza sostiene que el sistema est¨¢ ¡°colapsado¡± tras una escalada en la llegada de familias sin papeles, sobre todo centroamericanos. En marzo, las patrullas fronterizas detuvieron a cerca de 100.000 inmigrantes, en comparaci¨®n con los 58.000 de enero.
Mientras la Casa Blanca carga contra la c¨²pula que lleva la pol¨ªtica migratoria, la voz de Stephen Miller, asesor del presidente y emblema de la mano dura en inmigraci¨®n, se levanta con fuerza. Cr¨ªtico con la gesti¨®n de Nielsen y Vitiello, el mandatario le dijo recientemente que ahora estar¨ªa a cargo de todas las iniciativas de inmigraci¨®n y asuntos fronterizos, seg¨²n fuentes presentes en la reuni¨®n citadas por The Washington Post. Miller, de 33 a?os, apoya los planteamientos m¨¢s radicales del mandatario, como llevar a cabo su amenaza de cerrar la frontera con M¨¦xico.
Nuevo freno judicial en la frontera
Ni las amenazas ni las pol¨ªticas ¡°de mano dura¡± han logrado que Donald Trump consiga detener el flujo migratorio, una de sus propuestas estrella durante la campa?a electoral a la Casa Blanca. La justicia tampoco est¨¢ de su lado. El lunes, un juez de California paraliz¨® la aplicaci¨®n de una orden que permit¨ªa desde el pasado enero que la polic¨ªa fronteriza aceptara una petici¨®n de asilo en un puerto de entrada y despu¨¦s obligara al solicitante a esperar en M¨¦xico a que su caso llegara a juicio.
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