Los ¡®mormones¡¯ de Macron esbozan un ¡®mea culpa¡¯
"El rumbo es correcto, pero al ejercer el poder nos hemos desconectado demasiado de la sociedad¡±, dice Isma?l Emelien, exconsejero en la sombra del presidente franc¨¦s
No fue la revuelta inesperada de los chalecos amarillos, el pasado oto?o, el momento m¨¢s dif¨ªcil de estos a?os en el Palacio del El¨ªseo. Ni tampoco, unos meses antes, la revelaci¨®n del llamado caso Benalla, el jefe de seguridad del presidente Emmanuel Macron filmado in fraganti agrediendo a manifestantes en Par¨ªs.
Para Isma?l Emelien, hasta hace unas semanas consejero especial del presidente de la Rep¨²blica, el ¡°momento epif¨¢nico¡± ocurri¨® en mayo de 2018. Los institutos Ipsos y Cevipof publicaron una macroencuesta con revelaciones desconcertantes para un macronismo que cre¨ªa gobernar viento en popa. El 95% de franceses consideraban que su situaci¨®n personal no hab¨ªa cambiado desde que Macron lleg¨® al poder en mayo de 2017, o que se hab¨ªa deteriorado.
¡°La distancia respecto a lo que cre¨ªamos haber logrado era monstruosa¡±, dice ahora Emelien. ¡°Hab¨ªamos reformado el mercado laboral, la universidad, la fiscalidad, la Administraci¨®n. Quiz¨¢ sea una forma de ingenuidad, de acuerdo, pero en este momento tomamos consciencia de que, al cabo de un a?o, el m¨¦todo, las herramientas de las que dispon¨ªamos no estaban al nivel ni de los temas que deb¨ªamos tratar ni de la manera como funciona la sociedad¡±.
Fue como si los mormones, como se les conoc¨ªa en los c¨ªrculos del poder, aquel grupo de veintea?eros y treinta?eros que rodeaba a Macron, convencidos de que su misi¨®n para transformar Francia y Europa (Revoluci¨®n era el t¨ªtulo del libro electoral del futuro presidente) era imparable, descubriesen que nada era s¨®lido bajo sus pies. Algo hab¨ªa fallado. Nadie hablaba a¨²n de los chalecos amarillos, pero el malestar estaba ah¨ª.
La larga vida del ¡®strauss-kahnismo¡¯
Dominique Strauss-Kahn lo fue casi todo en la pol¨ªtica francesa. En 2011 el entonces director del FMI parec¨ªa preparado para ser el presidente de la Rep¨²blica. Su detenci¨®n en Nueva York tras la denuncia por agresi¨®n sexual de una empleada en un hotel y los posteriores esc¨¢ndalos por prostituci¨®n lo convirtieron en persona non grata en los c¨ªrculos pol¨ªticos. Sus disc¨ªpulos han hecho carrera. J¨®venes estudiantes que empezaron de becarios en su campa?a, o escribi¨¦ndole discursos, tienen un papel relevante en la ¨®rbita de Emmanuel Macron. Uno de ellos es Isma?l Emelien. Se forj¨® pol¨ªticamente colaborando con Strauss-Kahn y con su social-liberalismo, una socialdemocracia centrista, y algunas de estas ideas se encuentran en el libro 'El progreso no cae del cielo', del que Emelien es el coautor. Propuestas centrales en el manifiesto como la "maximizaci¨®n de los posibles", en vez de la tradicional igualdad de oportunidades, tiene un aire a tercera v¨ªa a la francesa. Pocos se acuerdan de DSK, como le llamaban, pero el strauss-kahnismo ha perdurado.
Emelien, de 32 a?os, fue uno de los fundadores del movimiento En Marche! y el director de estrategia de la campa?a. Ya en el poder, perfilaba el mensaje y la visi¨®n del presidente. Siempre en la sombra: no daba entrevistas y raramente hablaba con la prensa. Ahora es uno de los 17 colaboradores de Macron que ya ha abandonado el barco. Otro es David Amiel, de 26 a?os, que tambi¨¦n era consejero presidencial. Ambos acaban de publicar Le progr¨¨s ne tombe pas du ciel (El progreso no cae del cielo). El libro es un manifiesto en favor de lo que los autores llaman el progresismo. Es decir, el campo ideol¨®gico que va del centro-izquierda al centro-derecha y que se opone al nacionalismo y al populismo.
¡°Estamos en una fase de transici¨®n, en la que la divisi¨®n [entre izquierda y derecha] se diluye de manera profunda en Francia y en el extranjero¡±, dice Amiel en una conversaci¨®n junto a Emelien, en un caf¨¦ de Par¨ªs. ¡°Los grandes desaf¨ªos que la alimentaban no son tan controvertidos. En el econ¨®mico, la derecha defend¨ªa con energ¨ªa el capitalismo y la izquierda la redistribuci¨®n. Hoy la izquierda acepta la econom¨ªa de mercado y la derecha ya no propone desmantelar el Estado de bienestar. Respecto a las libertades personales, la izquierda defend¨ªa la conquista de nuevos derechos, y la derecha era m¨¢s conservadora. Esta din¨¢mica se ha agotado. Hoy la derecha ya no quiere abrogar el matrimonio gay, mientras que, en 2013, en Francia hizo de ello un combate casi de civilizaci¨®n. En cambio, han surgido otros temas que no entran en este marco, como la fractura territorial, con un abismo que se ampl¨ªa entre las grandes ciudades y el resto del pa¨ªs¡±.
Pero, como ha comprobado Macron, los bellos esquemas se estrellan contra la realidad. O esta les da la vuelta: los chalecos amarillos ¡ªesta Francia perif¨¦rica que se siente despreciada por la ¨¦lites¡ª tampoco creen en la divisi¨®n entre izquierda y derecha.
¡°La principal lecci¨®n que sacamos de los dos a?os en el El¨ªseo es que, respecto al m¨¦todo, de momento hemos fracasado a la hora de dar vida a todo aquello que hab¨ªamos creado en la campa?a. El rumbo es correcto, pero al ejercer el poder nos hemos desconectado demasiado de la sociedad¡±, admite Emelien.
El poder desmitifica. Antes, los Emelien y compa?¨ªa eran los ni?os prodigio que hab¨ªan dado con el grial de la pol¨ªtica francesa. Aquellos muchachos que parec¨ªan insultantemente brillantes y que a la vez rehu¨ªan los focos p¨²blicos se han convertido de repente en "los becarios¡±. As¨ª les describ¨ªa recientemente el semanario Le Point: un pu?ado de aficionados en los mandos del Estado. Y, al mismo tiempo, el presidente incombustible aparece retratado como un l¨ªder solo y aislado, al borde del burn-out, agotado.
¡°Pensar que Emmanuel Macron pueda tener un burn-out es desconocerlo del todo. Es infatigable¡±, replica Emelien. Como Amiel, ¨¦l ya no trabaja en el El¨ªseo, pero la lealtad con el hombre al que ayudaron a conquistar el poder no flaquea. Esta es una revoluci¨®n inacabada.
La conciencia tranquila con el ¡®caso Benalla¡¯
Isma?l Emelien, exconsejero especial del presidente franc¨¦s Emmanuel Macron, dice tener la conciencia tranquila por su papel en el caso Benalla, pero admite que la respuesta inicial del caso por parte del Palacio del El¨ªseo fue inadecuada.
El caso se conoci¨® el 18 de julio de 2018, cuando Le Monde revel¨® que Alexandre Benalla, jefe de seguridad de Macron, hab¨ªa agredido, haci¨¦ndose pasar por polic¨ªa, a unos manifestantes durante las protestas del 1 de mayo anterior. Macron y su equipo intentaron, en un primer momento, quitar hierro al caso, y el presidente acus¨® a la prensa de exagerarlo. Varios colaboradores y excolaboradores de Macron, entre ellos Emelien, han tenido que declarar ante los investigadores.
¡°Ahora que conocemos toda la historia, evidentemente la manera como la gestionamos nos parece desajustada, inadaptada. Pero teniendo en cuenta lo que entonces conoc¨ªamos, reaccionamos lo mejor que pudimos. Evidentemente, si hubi¨¦semos sabido todo lo que sabemos hoy, [Benalla] no se habr¨ªa quedado tanto tiempo en el El¨ªseo¡±, dice Emelien en una entrevista con los corresponsales en Par¨ªs de la red de diarios europeos LENA, a la que pertenece EL PA?S.
Lo que pudo parecer, al principio, como el caso aislado de un colaborador al que se la hab¨ªa ido la mano en un momento de tensi¨®n, se ha convertido con los meses en un aut¨¦ntico problema pol¨ªtico para el presidente. Las revelaciones en los ¨²ltimos meses sobre el hecho de que Benalla port¨® armas de manera irregular, sus contactos con oligarcas rusos o el uso indebido, una vez ya hab¨ªa sido despedido del El¨ªseo, de un pasaporte diplom¨¢tico, han dejado claro que el caso Benalla es mucho m¨¢s que una tormenta de verano, como quiso describirla el presidente al estallar.
Emelien, que en aquel momento estaba en el n¨²cleo de las cocinas del El¨ªseo, ha tenido que dar explicaciones sobre su reacci¨®n a las revelaciones de Le Monde el 18 de julio. Se le cuestiona por difundir un v¨ªdeo del incidente del 1 de mayo. Este v¨ªdeo se hab¨ªa sustra¨ªdo ilegalmente de los circuitos de videovigilancia de la prefectura de Par¨ªs. "Si yo hubiese sabido que el v¨ªdeo era robado, evidentemente, no habr¨ªa hecho nada", dice Emelien.
Su marcha del Palacio del El¨ªseo, explica, no tiene nada que ver con el caso Benalla, y s¨ª con la publicaci¨®n y promoci¨®n de su libro con otro exconsejero de Macron, David Amiel, El progreso no cae del cielo, un manifiesto para un nuevo progresismo franc¨¦s y europeo. Desde el El¨ªseo, dif¨ªcilmente habr¨ªan podido publicar y defender el libro como han hecho. Emelien, conocido por su extrema discreci¨®n mientras trabajaba con el presidente, se ha visto obligado en las entrevistas de promoci¨®n a defender su papel en el caso.
¡°No tengo la sensaci¨®n de haber cometido nada reprochable. Si tuviese la conciencia intranquila, me habr¨ªa escondido, no habr¨ªa escrito un libro¡±, argumenta. ¡°Y si mi presencia hubiera supuesto un problema para el presidente, no habr¨ªa esperado siete u ocho meses para marcharme¡±.
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