Pete Buttigieg, la sorpresa dem¨®crata que rompe todos los esquemas
Religioso, veterano de Afganist¨¢n, gay, pol¨ªglota y de tan solo 37 a?os, quiere ser presidente de EE UU
Pete Buttigieg no necesita subirse a las mesas para llamar la atenci¨®n. El precandidato presidencial dem¨®crata roba las miradas cuando lamenta el incendio de Notre Dame en franc¨¦s o ampara la inmigraci¨®n en espa?ol. El veterano de guerra sobresale cuando presume de tener m¨¢s experiencia militar que cualquier presidente desde George H. W. Bush, mientras su marido sube fotos tiernas de sus perros a Instagram. El graduado en Harvard y Oxford de 37 a?os defiende su fe cristiana al tiempo en que se viraliza un v¨ªdeo en el que aparece tocando el piano en un concierto de los Ben Folds Five. El alcalde de South Bend, una ciudad de 100.000 habitantes en el conservador Estado de Indiana, quiere convertirse en el presidente m¨¢s joven de Estados Unidos.
En cuesti¨®n de tres meses, se ha disparado en popularidad. El aspirante a la Casa Blanca obtuvo 0% en la encuesta de Emerson del pasado febrero en Iowa y en abril consigui¨® el tercer puesto tanto en ese Estado como a nivel nacional, solo detr¨¢s de los veteranos Bernie Sanders y Joe Biden, -quien a¨²n no ha oficializado su candidatura-. El caucus (reuni¨®n de partido para elegir candidato) de Iowa es el primer term¨®metro de las bases sobre los aspirantes y un buen resultado puede ser determinante para el futuro de cualquier candidato. Las donaciones tambi¨¦n han ido subiendo a un ritmo descomunal. Pas¨® de recaudar 120.000 d¨®lares (unos 107.000 euros) en enero, a cerrar el primer trimestre con siete millones (6,2 millones de euros). Gast¨® menos de un 10% de lo obtenido, convirti¨¦ndose en el candidato que invirti¨® con mayor eficacia su dinero.
Buttigieg intenta hablar poco de Donald Trump. Cuando a finales de marzo particip¨® en un programa con preguntas abiertas del p¨²blico en CNN, una de sus primeras grandes apariciones televisivas en la carrera, se defendi¨® bien: contest¨® r¨¢pido, sonri¨® lo suficiente para mostrarse c¨¢lido, pero sin parecer fr¨ªvolo y, como de costumbre, no pronunci¨® el nombre del presidente porque ¡°no se trata de ¨¦l¡±. Defendi¨® que el sistema electoral deber¨ªa cambiar para que ¡°el que m¨¢s votos obtiene, gane¡±. Eso supone eliminar el actual sistema de colegio electoral que le cost¨® la presidencia a Hillary Clinton. Despu¨¦s del show duplic¨® sus seguidores en Twitter, que rozan el mill¨®n, y recaud¨® seis veces la cifra conseguida en enero. El ¡°candidato de laboratorio¡±, como lo llaman algunos, parece haber destronado al texano Beto O'Rourke en su puesto de fen¨®meno dem¨®crata, a un a?o y medio de las elecciones.
Intelectualmente es lo bastante inquieto como para haber aprendido noruego con el objetivo de leer a Erlend Loe - autor del libro de culto Naiv. Super- en su lengua original. Hijo de madre estadounidense y padre malt¨¦s, se acostumbr¨® desde temprano a los galardones. El ¨²ltimo a?o de instituto, el entonces presidente de la clase gan¨® un concurso de la Biblioteca John F. Kennedy por un ensayo sobre uno de sus actuales rivales: Bernie Sanders. Buttigieg alertaba de ¡°una tendencia preocupante hacia el cinismo¡± en la pol¨ªtica, y destacaba el papel del entonces congresista -y hoy senador- por Vermont, ¡°un ejemplo sobresaliente e inspirador de integridad¡±. ¡°El coraje de Sanders es evidente en la primera palabra que usa para describirse a s¨ª mismo: socialista", escribi¨® en un texto que le vali¨® una felicitaci¨®n personal de Caroline Kennedy, la ¨²nica hija viva del matrimonio entre John y Jackie. Dos d¨¦cadas despu¨¦s, Kennedy ha hecho ya tres donaciones para la campa?a de ese joven talento.
De ni?o, cuenta, so?aba con ser piloto. Entr¨® a estudiar Historia y Literatura en Harvard y luego, con la ayuda de la prestigiosa beca Rhodes, curs¨® Filosof¨ªa, Pol¨ªtica y Econom¨ªa en Oxford. Con una bater¨ªa de premios y honores a cuesta, trabaj¨® durante tres a?os en la consultora McKinsey, para despu¨¦s renunciar y volver a su peque?o pueblo. Quer¨ªa ser Tesorero de Estado, pero el conservador Richard Mourdock le gan¨® la partida. Despu¨¦s de todo, segu¨ªa siendo Indiana. As¨ª que achic¨® el campo de juego y en 2011, a los 29 a?os, se convirti¨® en alcalde m¨¢s joven de su oriundo South Bend. Antes de presentarse a la reelecci¨®n, y bajo la gubernatura del ultrareligioso y actual vicepresidente de EE UU, Mike Pence, Buttigieg le comunic¨® a la ciudadan¨ªa que era homosexual. Lo hizo a los 33 a?os, tras llegar de servir en Afganist¨¢n como oficial de Inteligencia de la Armada, para lo que pidi¨® una excedencia como alcalde.
El joven del Medio Oeste se sincer¨® cuando en varias ciudades de Indiana todav¨ªa era legal despedir a alguien por ser homosexual. La Corte Suprema a¨²n no legalizaba el matrimonio entre personas del mismo sexo y el acoso a adolescentes gais hab¨ªa disparado las tasas de suicidio. El alcalde pensaba que servir en el Ej¨¦rcito y ser un funcionario electo en su Estado era "totalmente incompatible" con su sexualidad. En la reelecci¨®n obtuvo el 80% de los votos en la elecci¨®n, seis puntos m¨¢s que la primera vez.
En los dos mandatos al frente de?South Bend ha logrado aumentar la tasa de empleo y dejar atr¨¢s la agonizante industria manufacturera para dar paso a la del big data y la tecnolog¨ªa. Dice que le encanta ser alcalde de su ciudad aunque, adem¨¢s de la excedencia que se pidi¨® para ir a Afganist¨¢n, tambi¨¦n se ausent¨® de sus labores cuando compiti¨® sin ¨¦xito para presidir el Comit¨¦ Nacional Dem¨®crata (DNC, por sus siglas en ingl¨¦s) en 2017 y ahora para participar en la campa?a presidencial. Por eso los republicanos lo han apodado Part-Time Peter (Peter a media jornada).
Lo que se interpret¨® como un fracaso cuando abandon¨® la carrera por la presidencia del DNC, puede ser una de las grandes ventajas del Buttigieg candidato. Esa postulaci¨®n le ofreci¨® un escaparate nacional dentro del partido, algo que no hab¨ªa logrado trabajando para el senador Ted Kennedy o en las campa?as presidenciales de John Kerry y Barack Obama. En su libro El camino m¨¢s corto a casa, publicado el pasado febrero, relata que lo que aprendi¨® en aquella ocasi¨®n es que los votantes estaban ansiosos por un "mensaje basado en valores". Y eso repite en cada podcast, programa de televisi¨®n, revista, peri¨®dico online o impreso, que le pone un micr¨®fono delante. Dice que tiene pol¨ªticas fuertes, pero que vendr¨¢n luego. Ahora habr¨¢ que ver si las presenta antes de que aparezca otro candidato fen¨®meno y la atenci¨®n sobre ¨¦l se desvanezca.
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